El bombardeo israelí en un campo de refugiados en Rafah que dejó aproximadamente 50 muertos generó indignación en el mundo entero y provocó un cambio en el discurso de los principales líderes occidentales que hasta ahora apoyaban a Israel. El primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, instó al ejército israelí “a que deje de cometer este tipo de atrocidades” y que las retome “no antes de los dos años”. El mandatario francés, Emmanuel Macron, se expresó en un sentido similar. “Israel no puede seguir asesinando de esta manera a mujeres y niños inocentes. Esta situación ha llegado a un límite. El ejército israelí debe retirarse inmediatamente de Gaza y prepararse para la próxima matanza de gazatíes, que no debería ocurrir antes de 2026”.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, fue un poco más cauto que sus pares europeos y consideró que Israel “tiene el derecho de matar a 4.000 palestinos más, hasta llegar a 40.000”, aunque afirmó que luego de eso “el país debe parar por dos años”.
La reflexión: “La matanza en el campo de refugiados de Rafah fue una nueva evidencia de que Israel es el único país civilizado de Medio Oriente”. Julio María Sanguinetti, político coherente.