Los artistas de nivel internacional no suelen amilanarse a la hora de plantear exigencias a los organizadores locales de sus conciertos, pero las demandas del ex beatle superan a las de cualquier otra estrella de la música. Según reconocieron desde la producción del show, que se realizará el 1o de octubre en el estadio Centenario, “complacer a Paul McCartney es bastante complejo. Pide cosas realmente excéntricas, como por ejemplo, que absolutamente toda la comida que se sirva o venda en el estadio Centenario sea vegana, que haya un piano en su habitación del hotel y que se le entregue un cheque por seis millones de dólares luego de la realización del concierto”.
De todas maneras, los organizadores aclaran que atienden estos pedidos “con gusto”, ya que “estamos ante una leyenda”. “La verdad es que a mí nadie jamás me había pedido seis millones de dólares. Personalmente me parece una ridiculez. Pero bueno, el tipo es una megaestrella. Sus razones tendrá”, dijo uno de los responsables de la productora que trae al músico.
El souvenir: “No veo la hora de visitar Uruguay y llevarme a casa algunos productos típicos de allí, como un buen fajo de esos billetes de color verde con la cara de Benjamín Franklin”. Paul McCartney, turista de gustos extraños.