El viernes se llevó a cabo una nueva Marcha de la Diversidad y, como suele ocurrir, el tránsito en el Centro de Montevideo se enlenteció considerablemente. Algunos automovilistas que no son para nada homófobos reconocieron que la situación les causó “cierta irritación”. “Yo me considero una persona tolerante y no tengo nada contra los gays, pero cada vez que cortan una calle me dan ganas de que venga un Bolsonaro”, afirmó un hombre que estuvo cuatro minutos esperando para cruzar la calle San José. Este automovilista hizo hincapié en que “jamás” discriminó a nadie y dijo estar convencido de que “cada cual debe vivir su vida de la manera que lo haga sentirse más pleno y feliz”. De todas maneras, consideró que “a veces los homosexuales hacen movilizaciones que no son buenas para el tránsito, por lo que nos vendría bien un poco menos de tolerancia y un poco más de leyes que penalicen la sodomía”.
La denuncia: “De todas las medidas que tomó la Intendencia de Montevideo para favorecer a los homosexuales, la ciclovía es la que más nos complicó la vida”. Chofer de ómnibus para nada homófobo.
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