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Apuntes económicos para avanzar hacia un borrador de un proyecto de un país en vías de desarrollo

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En días en los que Gabriel Oddone anuncia el equipo del Ministerio de Economía y Finanzas, Trump dice que Estados Unidos no necesita a América Latina, Leo Fernández no rinde en el clásico, y con lo que salen las sillas para el desfile del carnaval capaz que los pomos en vez de agua adentro tienen Champagne Moet & Chandon Brut Imperial, no queda otra que hablar de economía y política internacional. 

Mercosur sí o Mercosur no

Según nuestro último análisis geopolítico, el primer y gran problema del Mercosur radica en su nombre. Mercosur significa Mercado Común del Sur, un nombre que no se ajusta a la verdad. Es un mercado que está formado por cuatro países y uno que está suspendido. Así como cuatro tiendas no hacen un shopping, cuatro países no hacen un mercado, en todo caso le pondría Galería Común del Sur o Expo Roxlo Común del Sur o Techitos Verdes Común del Sur. Común tampoco es, porque no hay libre circulación de productos ni de servicios ni de personas. Tal vez lo único cierto sea “del Sur”, pero a decir verdad no es representativo del sur, porque hay muchísimos más países del hemisferio sur que están fuera del Mercosur que dentro. 

Aparte del nombre, uno de los problemas de Uruguay en el Mercosur es una desfavorable correlación de fuerzas que le impide influir en las decisiones y defender sus intereses comerciales en igualdad de condiciones.Y cómo se soluciona ese problema, correlacionándote con gente de tu tamaño.

Creemos en la firme necesidad de que nuestro país pueda armar un bloque con países con los que nos podamos sentar alrededor de una mesa y tener poder de negociación, donde nos comprendamos, donde entendamos nuestros problemas, donde con sólo mirarnos ya sepamos lo que nos pasa y donde nuestro rol sea no sólo acatar condiciones, sino también discutirlas. 

Un mercado común a medida

En el mundo hay unos cuantos bloques y, según nuestro estudio, en todos ellos existe el mismo problema: países chicos que son desestimados por sus pares poderosos, porque, según ellos, tienen un mercado poco atractivo y una producción escasa. Y es ahí, y es con ellos con los que Uruguay debe formar un bloque. El bloque de los desencantados. Lo que proponemos es meternos a negociar con países de nuestro tamaño, alcance, intereses y posibilidades. Porque en realidad no es que un país sea chico o grande per se, lo es en comparación con otro. Brasil es grande en el Mercosur, pero que vaya a Asia a hacer capoeira económica a ver cómo vuelve. Los bloques geopolíticos deberían ser como en el boxeo, en donde no se arma una pelea entre un peso pesado y un peso pluma. ¿Y por qué te parece? ¿Vos te pensás que las categorías en boxeo las pidieron los pesados o los pluma? ¿Es el peso pluma menos boxeador que el peso pesado? No. Los dos son boxeadores. Y los dos pueden ser exitosos siempre y cuando estén las condiciones propicias para ambos. 

Según nuestro paper, al día de hoy, hay al menos 19 países de al menos ocho bloques que están en la misma situación de desventaja que Uruguay.

Y muchos saltarán a decir que no se puede, que es imposible, y yo hasta hace un tiempo era de esos, pero con las agiornadas formas de hacer política el horizonte está más cerca. La manera de armar ese nuevo bloque que planteamos es alineándonos con la política exterior de Trump, pero, en lugar de hablar con él o mandar saludos desde la cancillería que después no lee nadie, hablar directamente con el diseñador que le arma los mapas, que es el Von Bismark de la actualidad, la neodiplomacia, la política de si pasa, pasa, y así como armó el mapa de Estados Unidos y Canadá, pueda armar el mapa de este bloque que proponemos y ver qué pasa. A veces damos muchas vueltas; en lugar de andar con reuniones diplomáticas y trancaderas por pérdida de soberanía, capaz que lo mejor es primero cambiar el mapa y después ver cómo lo rellenamos. Porque, a fin de cuentas, en el correr de la historia, ¿qué fue primero, el mapa o los intereses económicos?

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