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Carta abierta al filósofo surcoreano Byung-Chul Han

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Estimado Byung, de mi mayor consideración:

Resulta que el otro día que el clima estaba que llueve, que no llueve, me apronté un mate y le entré a sus libros y toda su crítica a la productividad, la cuestión de la sociedad del cansancio, del rendimiento y la autoexplotación. Lo primero que me llamó la atención fue la cantidad de artículos en los que toca estos temas: ¿cuánto hace que no pasa un día entero sin analizar la productividad? Porque habla mucho en contra de la productividad, pero bien que lleva 113 libros escritos y recién tiene 66 años (está a un promedio de dos libros por año teniendo en cuenta que el primero lo publicó a los seis), más todas las charlas, las conferencias, los viajes, la docencia, el que está cansado es usted. ¿Usted está en contra de la productividad o de la productividad del otro? Espero que no lo tome a mal, pero más que una crítica a la sociedad, lo que usted está escribiendo es una autobiografía en cuotas. ¿En Corea conocen la metáfora del perro que se muerde la cola?

Master, acá empezamos el año en mayo

Usted dice que en la sociedad actual “se eliminan todas las formas de tiempo que no obedecen a la eficacia”, y permítame que le diga: ¿a qué sociedad se refiere, concretamente? ¿Usted se dio una vuelta por Uruguay antes de tirar semejante afirmación? ¿Hizo algún trámite en BPS? ¿Intentó sacar turno en una mutualista? Usted habla de la sociedad de la eficiencia, la velocidad y el rendimiento, ¿y nos mete en la misma bolsa de países que sí están pasados de productividad? Acá no, acá la llevamos como podemos y la palabra eficiencia no salta en el buscador cuando googleás “Uruguay”.

Por eso le pido que cuando hable así, al voleo, de la sociedad actual, si no es molestia, ponga un asterisco y aclare: “excepto Uruguay, donde el tiempo acontece de otra forma”. Y cuando dice que estamos en una época en la que se dedica poco tiempo a los rituales y las fiestas, aclare: “salvo Uruguay, que tiene el carnaval más largo del mundo” (40 días lo hacemos durar, es el jugo caribeño de los rituales). Y no se hace una idea, Byung, del laburo que les da a los humoristas sostener el espectáculo por tres ruedas y 50 tablados, con un público que los vio unas cuantas veces y ya conoce los chistes. Es como si usted fuera a dar una clase a Harvard tres veces por semana y les lea siempre el mismo texto a las mismas personas, no hay mecha que lo arregle.

No lea esto como una recriminación, es más bien un agradecimiento, porque con el modelo de sociedad ideal que usted plantea (sin apuro, sin productividad, lejos del rendimiento y la eficiencia, y abocada a extensos rituales), querido Byung, sin saberlo, ha estado describiendo a la sociedad uruguaya. Cada característica humana que rescata en sus textos es una descripción de nuestro modo de ser. Y qué bien que se siente en su prosa. Cuanto más lo leo, más percibo que somos su pequeño oasis en medio de un desierto capitalista. No busque más, somos su sociedad aspiracional. Ahora, si tanto le molesta la sociedad de la eficiencia, ¿por qué vive en Alemania? Por eso, amigo Byung, lo invito a pasar unos días en Uruguay. Una vez que conozca cómo funcionan las cosas acá, no se va a querer ir más. La tierra del tiempo diferente (donde la eficiencia se mira de reojo y los apurados son de palo) lo espera con los brazos cruzados. Además, compatriota Byung (en sentido filosófico), tenemos un precioso monumento de un coreano en la rambla, que también parece ser una crítica a la funcionalidad y la eficiencia del mundo actual, porque está ahí, pero nadie sabe qué es ni para qué sirve (tremenda no-cosa), capaz que usted cuando lo vea se da cuenta.

Acá lo esperamos para mostrarle un paraíso, su tierra prometida o que venga a meter nariz en el aroma de nuestro tiempo, su tiempo prometido.

Saluda atte.

Departamento de relaciones internacionales y respuestas a escritores que hablan de nosotros de a grosso modo.

PD1: 7 y 8 de febrero son las Llamadas; si está interesado en conocer el ritual, por unos pocos euros le consigo un lugar en la azotea de la casa de mi tía (perdón que le avise tan sobre el pucho, vio cómo somos acá con el tiempo).

PD2: ¿No nos tendría que pagar algún porcentaje por agarrarnos de modelo, describirnos en sus libros y hacerse el que nos inventó usted?

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