El capo narco había sido llevado al centro asistencial el miércoles luego de recibir un balazo en el abdomen. Pero antes de obtener el alta médica, Suárez se fue del hospital. Fuentes del Ministerio del Interior consideraron que la decisión del narcotraficante “no tuvo nada que ver con una intención de permanecer lo más alejado posible de la Policía y las instituciones del Estado en general, sino que simplemente se aburrió de esperar que llegara un médico para atenderlo y se fue”.
Las fuentes consideraron que Suárez “hizo exactamente lo mismo que haría cualquier persona si tuviera el dinero para pagarse un tratamiento médico clandestino a manos de un veterinario alcohólico necesitado de dinero, que obviamente es algo extremadamente riesgoso pero aun así es mejor que morirse en un pasillo de un hospital público en espera de ser atendido”.
La humildad: “Soy un narco pobre, no tengo dinero para pagarme un seguro privado o una casa en un country como los narcos de verdad”. Betito Suárez, narco de la B.
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