De más
- La categoría revistas. Pero de más en serio, en la otra acepción de la expresión.
- Que te empapen con una bombita de agua arrojada a través de la ventanilla del bondi y ser capaz de procesar el hecho con sabiduría y buen humor, recordando que vos también fuiste joven y que, si bien una vez te cagaron a piñas por mojar gente y ahora entendés que esas piñas estuvieron bien dadas, no querés desquitarte con unos pobres guachos.
- Que haya tres fechas consecutivas de la Liguilla sin murgas, así uno se puede ir desapegando del Carnaval y que no le importe mucho su finalización.
- Los conjuntos que tienen menos de 80 auspiciantes y pueden dedicar algunos minutos a hacer su actuación.
- Los tablados que aún tienen alguna zona de levante, fundamental para el público de 15 a 55 años.
- Las pantallas que pasan publicidad al lado del tablado y ayudan a mirar para otro lado cuando hay parodistas.
- Que se hayan terminado las semanas en que todavía había corsos barriales y esas cosas, para concentrarnos en ver la Liguilla por la tele, como indica la tradición ancestral.
- Aprovechar el clima distendido e informal de los tablados para empedarte a mitad de semana.
- Que el Inumet complique el concurso, pero también la asunción presidencial.
- Que todo el mundo se esté ahogando por la falta de lluvias, pero estar feliz porque sos dueño de un tablado.
De menos
- Extrañar los programas de Julio Alonso sobre el Carnaval de Río.
- Que un chorizo del Teatro de Verano cueste más caro que un plato en La Huella de Punta del Este.
- Preguntar: “¿Y, hay algo bueno este año en Carnaval?”, cuando sabés perfectamente que todos los años son más o menos lo mismo.
- No saber por qué carachos el Carnaval se celebra en estas fechas.
- Que Jorge Piñeyrúa no sea el dueño de la murga Jorge.
- Que te dé vergüenza ponerte a ver el celular para no tener que fumarte el quiebre sensiblero con golpes bajos de las murgas.
- Tirar “qué buen coro tiene esta murga” para hacerte el que sabés de carnaval, pero que resulte ser la que tiene más gordos que desafinan.
- Ser de derecha, ir a un tablado y justo fumarte una murga que critica a la izquierda, algo que según X no existe.
- Seguir escuchando los mismos cuentos de hace 30 años sobre las orgías públicas que se arman en Río de Janeiro durante el Carnaval.
- Tener una vida tan falta de momentos interesantes que cuando vas al tablado te fumás todo hasta el final, incluyendo el bingo y el conjunto de humoristas más flojo de su categoría por lejos.
- Darte cuenta de que los integrantes del conjunto que siempre asociaste a Murga Joven están tan viejos como vos.
- Pasarte meses tratando de que tu conjunto tenga buenas letras y un coro sólido y después comprobar que todo fue al pedo porque en el 90% de los tablados el sistema de amplificación suena como el orto.