Tel Aviv anunció ayer una operación de “ocupación” de territorios en la Franja de Gaza. A tales efectos comenzó a delimitar algunas zonas a las que deberán trasladarse centenares de miles de civiles palestinos. Según explicaron las autoridades israelíes, la medida no busca desplazar a los gazatíes de sus tierras, como muchos afirman. “Eso no es cierto. El objetivo de este desplazamiento es llevar a los palestinos al lugar en donde vamos a tirar las bombas. El problema que estamos teniendo en estos momentos es que se nos están acabando las bombas, por lo que tenemos que hacer un uso más racional de ellas. Repito, el objetivo no es desplazar personas, sino masacrarlas de la forma más rápida y eficiente posible. Además, el objetivo de reducir hasta los escombros la infraestructura de Gaza, incluyendo hospitales, plantas potabilizadoras y redes de saneamiento, ya está cumplido. No tiene sentido seguir bombardeando a diestra y siniestra”, aseguró un vocero del gobierno israelí.
Respuesta enérgica: “No vamos a permitir que Israel siga haciendo esto”. Dicho tradicional de la diplomacia occidental.