Como quien no quiere la cosa, ya pasamos la mitad del año y, cuando quieras acordar, en el próximo pestañeo estás adobando el cordero de fin de año, cortando la zanahoria para la rusa y encargando seis casilleros de cerveza. No está de más, entonces, hacer un pequeño relevamiento de momentos destacados del primer semestre de 2025.
Porque entre otras cosas...
Asumió el gobierno de Orsi
Comenzó la “revolución de las cosas simples”. Tan pero tan simples que ni se notan, como los efectos en el bolsillo de la rebaja del precio del supergás. Por eso no quiere saber de nada con eso de gravar con un impuesto del 1% al 1% más rico del país. Porque es muy complicado y hay que hacer muchas cuentas con regla de tres y usar calculadora científica y todo eso, que no tiene nada de simple.
Se murió Mujica
Luego de tanto anunciar todos los meses que se estaba muriendo y no se moría nada (fiel a su estilo “como te digo una cosa, te digo la otra”), al final se murió. Y desató, como no podía ser de otra manera, la pepemanía universal, que no sólo hizo trepar las ventas de los libros que hablan de él, con él y sobre él, sino que provocó la salida de segundas ediciones corregidas y aumentadas (como Pepe: coloquios) con revelaciones espectaculares como la mañana en que, cuando paseaba por la chacra, se le escapó un caldudo porque había tomado mucho mate y se había comido un par de tangerinas. Los próximos éxitos van a ser una biografía no autorizada de Manuela y el álbum de figuritas del Pepe, pero este aún está en etapa de negociación entre Panini y el MPP por los derechos de imagen. Si hay algo en lo que fue generoso el Pepe, fue en darles de comer a tantos periodistas y editoriales.
El cagazo de Albisu y Olivera en Israel
Los intendentes electos de Salto y Paysandú, Carlos Albisu y Nicolás Olivera, fueron a un encuentro de alcaldes e intendentes a Israel justo durante los días en que los israelíes y los iraníes estaban meta cagarse a misilazos. Pensaron que se la iban a pasar comiendo sanguchitos y chupando espumante, como se estila en esta clase de eventos, pero se la pasaron días enteros corriendo como locos, con el culo entre las manos y los ojos como el 2 de oro, a esconderse en los búnkeres cuando sonaban las sirenas. Y después de tantos días entrando y saliendo, locos de los nervios (además de que se habían quedado sin yerba hacía como dos días), agarraron, pararon un taxi israelí y le dijeron al chofer, en perfecto canario: “¡Al puente e Fray Bento, ligerito, hermano! ¡¡Y no nos pasié!!”. Fue el viaje en taxi más largo del mundo y lo pagó Albisu con unos pesitos que tenía ahorrados de cuando era presidente de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande. Al llegar, cruzaron corriendo el puente y siguieron corriendo cada uno pa las casas, y de allá no piensan salir hasta el día de la asunción de sus respectivos mandos.
Hubo corrupción, pero a la uruguaya
Los uruguayos somos humildes hasta para robar. Si no, pregúntenle al que se afanó los 50.000 pesos en monedas del despacho del diputado Álvaro Perrone. No andamos revoleando bolsos con millones de dólares de curros con licitaciones millonarias con el Estado arriba de unas monjas, ni saliendo en las revistas chupando champán en el yate con una modelo de 22 años, como se estila en La Argentina. La hacemos más tranqui, con unas bolsas de pórtland y unos metros de arena, como Besozzi en Soriano, o manoteando unos mangos para comprar un vibrador (como hizo la encargada de finanzas del Fosvoc) y a lo sumo algún arnés o un succionador de clítoris para pasar una noche de placer en Séptimo Cielo. Porque una cosa es la avaricia por la avaricia misma y otra cosa es no privarse de los pequeños placeres de la vida. ¿Cómo puede considerarse corrupción un desvío de fondos que se utiliza para comprar juguetes sexuales y comida para perros? Un poco más de empatía, por favor.
Se vino el frío (y los muertos de frío)
Si bien el frío llega todos los años más o menos a la misma altura del año desde al menos la Jura de la Constitución de 1830 –debe haber hecho un frío bárbaro ese día–, ahora tenemos relatores del estado del tiempo que nos informan minuto a minuto del ingreso de una poderosa masa de aire polar que va a provocar todo tipo de heladas y, a medida que hablan, más frío nos da. El terrorismo climático se instaló definitivamente para hacernos pasar más frío aún.
Y con los fríos satánicos vinieron los infaltables memes de Julio Iglesias y los lamentables pero esperados fallecimientos de gente que, por un motivo u otro, vive en la calle. Y con esas muertes empezó una especie de guerrilla política de cadáveres de indigentes entre el gobierno y la oposición. “Que este se te murió a vos”, “sí, pero ya venía pachucho de cuando gobernaban ustedes”, y así sucesivamente hasta que el gobierno se calentó y decretó la “evacuación obligatoria”. El mismísimo ministro Gonzalo Civila coordinó en persona al Ministerio de Desarrollo Social con el Ministerio del Interior y ordenó a un milico: “Subí a patadas en el culo a ese pich...rsona en situación de calle al patrullero antes de que quede seco ahí y llevalo pal refugio, que no le quiero escuchar más la boca a Sebastián da Silva”.