Ayer se llevó a cabo la primera votación para elegir al sucesor de Wilder Tyler en el Consejo Directivo de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría delPueblo. Tal como se esperaba, la candidatura de Mariana Mota, impulsada por el oficialismo, no contó con el respaldo de la oposición. Un diputado del Partido Nacional justificó la negativa con el argumento de que “la postulación de Mota es un nuevo intento de la izquierda por imponer su hegemonía. Quieren imponer su perspectiva en la Universidad de la República, en la academia, en los medios, en la cultura y ahora en la búsqueda de desaparecidos”. El legislador opinó que “con Mota en el Consejo Directivo de la institución se corre el riesgo de que la búsqueda de desaparecidos se transforme en un intento por encontrar a los desaparecidos, es decir, imponer una visión claramente de izquierda y aplicar la cultura de la cancelación contra quienes propongan enfoques diferentes o alternativos del tema”.
El pronunciamiento: “No importa que me haya propuesto una organización defensora de represores. Yo sería incapaz de proteger a alguien cuyo nombre no sea Luis Lacalle Pou”. Gabriela Fossati, lacallista de alma.