Los planes israelíes para Gaza y Cisjordania, que implican la expulsión de millones de civiles en el primer caso y la anexión de grandes porciones de territorio en el segundo, están generando una resistencia cada vez mayor de varios países poderosos. Seguramente como reacción a esta tendencia, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, propuso una solución “pacífica y que no implica derramar ni una sola gota de sangre” para el conflicto. “Decidí contactar al reconocido mago David Copperfield para que eche una gigantesca capa roja sobre Gaza y, al retirarla, esta desaparezca. La idea es que luego haga lo mismo con Cisjordania. De esta manera se acabarán los enfrentamientos por las fronteras”, declaró el mandatario.
Netanyahu aclaró que esto no implica “de ninguna manera” que los palestinos vayan a desaparecer. “Al contrario. Se van a transformar todos ellos en hermosas palomas que podrán volar al destino que quieran en total libertad”.
El planteo: “Vamos a construir un nuevo distrito para los palestinos en las afueras de Jerusalén. Cuando digo ‘en las afueras’ me refiero a 2.000 kilómetros”. Benjamin Netanyahu, desarrollador inmobiliario.