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Ilustración: Ramiro Alonso

Documentos desclasificados por Estados Unidos aportan pruebas sobre el Plan Cóndor en el juicio de Roma

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La investigadora Francesca Lessa encontró un telegrama de la CIA de 1977 que informa sobre el nombramiento del general argentino Carlos Laidlaw como jefe de la coordinación represiva.

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El 14 de octubre las partes involucradas en el juicio por el Plan Cóndor en Roma fueron notificadas de que la audiencia final de casación tiene fecha para el 24 de junio de 2021. En junio del año que viene, la Corte de Casación de Roma emitirá su fallo en relación a los recursos presentados por los abogados de los 27 imputados, entre los cuales hay 13 uruguayos, 12 militares retirados y un civil, que fueron condenados a cadena perpetua por los delitos de muerte y desaparición forzada de 23 ciudadanos italianos y 20 uruguayos. La corte también responderá los pedidos de oposición a los recursos presentados por las partes querellantes, entre las que se encuentra el Estado uruguayo.

Consultado por la diaria, el abogado de Uruguay, Andrea Speranzoni, dijo que “la fijación de la audiencia ante el Tribunal Supremo de Casación representa la última etapa del juicio del Plan Cóndor”. “Todos los acusados apelaron ante este tribunal contra las condenas y será mi tarea, junto con los demás abogados, impugnar los argumentos de cada apelación para tratar de confirmar las sentencias de cadena perpetua. Las pruebas reunidas son sólidas, tanto en lo que respecta a la existencia del Plan Cóndor como en la participación de los acusados en la comisión de los delitos”, agregó.

Pero, tras el fallo de la Corte de Apelaciones de Asís de Roma del 8 de julio de 2019, que declaró culpables a los imputados y los condenó a cadena perpetua, se conocieron nuevos documentos que prueban que el general argentino Carlos Laidlaw, que fue jefe de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) entre el 9 de diciembre de 1976 y el 1° de enero de 1978, se desempeñó además en ese mismo período como el jefe del Plan Cóndor. Laidlaw tiene actualmente casi 94 años.

Hace unos meses la investigadora italiana de la Universidad de Oxford Francesca Lessa, revisando algunos documentos desclasificados por Estados Unidos y presentes en los archivos del National Security Archive, encontró un telegrama con información de inteligencia de la CIA, fechado el 2 de febrero de 1977, que relata cómo Laidlaw fue nombrado durante la última reunión de los representantes de los países del Plan Cóndor [13 a 16 de diciembre de 1976] como jefe de la operación. Esta nueva información no se conocía en el momento de los juicios por el Plan Cóndor que tuvieron lugar en Argentina y en Italia.

“Este documento es realmente novedoso, ya que nos permitió conocer por primera vez la decisión de los países del Cóndor, y confirmar que la dirección de esa operación rotaba cada año entre los países miembros,” señaló Lessa, quien agregó que el que se encontraba en la posición de jefe se encargaba de la “adecuada administración y coordinación de todos los temas vinculados al Cóndor”.

La SIDE estuvo directamente involucrada en el Plan Cóndor, al punto de que uno de sus representantes, el capitán de navío Jorge Casas, firmó el acuerdo sobre el Plan Cóndor, del 28 de noviembre de 1975. Luego, los dos jefes de la SIDE, el general Otto Paladino (1976) y Laidlaw (1977), fueron los principales líderes de esa coordinación represiva en los años de mayor operatividad. Paladino fue uno de los fundadores de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina).

En 1977, cuando Laidlaw era jefe del Plan Cóndor, hubo varios episodios en los que ciudadanos uruguayos, argentinos e italianos fueron víctimas de la operación. Entre fines de diciembre de 1977 y comienzos de enero de 1978, se desató en Argentina la gran oleada represiva hacia los Grupos de Acción Unificadora (GAU), de Uruguay, y todavía no se conoce el destino de la mayor parte de los militantes secuestrados.

Anteriormente, en marzo de 1977, fueron secuestrados en Paraguay, en Asunción, Dora Marta Landi y Alejandro Logoluso. Tras estar varias semanas en la prisión secreta del Departamento de Investigación de la Policía de la Capital, el 16 de mayo de 1977, estos dos ciudadanos –junto con otros– fueron transportados a Buenos Aires por agentes de la SIDE en un avión de la Armada argentina, y desde ese día permanecen desaparecidos.

El 19 de abril de 1977, fue secuestrado en Buenos Aires Andrés Humberto Bellizzi Bellizzi, también desaparecido, y en mayo del mismo año fueron secuestrados en Montevideo Rafaela Filippazzi, de origen italoargentino, y su compañero, José Potenza. Los dos fueron transportados a Asunción en los primeros días de junio, donde posteriormente fueron asesinados. Sus cuerpos fueron encontrados e identificados en 2016 en ese país.

En los últimos meses, Speranzoni ha entregado documentación sobre el caso Filipazzi en la cancillería del Tribunal de Roma, en el trámite de investigación que involucra al capitán de navío retirado Jorge Néstor Tróccoli, que se fugó de Uruguay a Italia para evitar a la Justicia pero fue detenido y condenado a cadena perpetua en el juicio de Roma.

“La documentación desarchivada por Estados Unidos sobre el papel de Laidlaw en el Plan Cóndor es de importancia fundamental para las víctimas uruguayas. Está en el centro de una investigación que la Justicia italiana lleva a cabo desde hace un año y que se refiere a los casos de los asesinatos de la ciudadana italiana Rafaela Filipazzi y de la ciudadana uruguaya Elena Quinteros [en este caso es la nacionalidad italiana de Tróccoli la que justifica la competencia de la Justicia de Italia]. Tengo entendido que se han completado con éxito varios petitorios internacionales y que otros están en curso. Creo que el descubrimiento hecho por Francesca Lessa es fundamental. El objetivo de la investigación es determinar las responsabilidades individuales, pero también saber dónde están los cuerpos de las personas asesinadas. Por lo tanto la identificación de personas vivas que participaron en operaciones bilaterales o multilaterales en el marco del Plan Cóndor, con funciones de liderazgo, puede ser importante. En eso está trabajando la Justicia italiana y no se puede descartar que más información valiosa pueda provenir de la documentación de Estados Unidos y de otras fuentes”, concluyó el abogado.

Nadia Angelucci, desde Roma.

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