El homicidio de Miguel Palazuelos fue el quinto de una seguidilla de casos en el barrio Peñarol. Le dispararon en el cruce de Soria y Olivera. En Uruguay en lo que va del año hubo un homicidio cada 22 horas y el análisis de los casos apunta al conflicto entre grupos semiorganizados asociados al tráfico de drogas. El discurso oficial del Ministerio del Interior englobó todos los homicidios que ocurrieron en Peñarol como situaciones asociadas al microtráfico de drogas y la disputa entre grupos.
Esto generó malestar en la familia y las amistades de Miguel, o Miguelito, como le decían en el barrio. Desmintieron que consumiera drogas y que tuviera algún tipo de involucramiento criminal.
Miguel era hincha de Montevideo Wanderers, club que exigió justicia por su asesinato. En el partido disputado este sábado, los jugadores salieron a la cancha con una pancarta con este reclamo. También emitieron un comunicado: “Lamentamos informar el fallecimiento de Miguel Palazuelos, hincha y socio, quien fue asesinado en la noche de ayer. Nuestras condolencias a sus familiares, amigos y toda la gente del barrio Lavalleja en este triste y duro momento. Desde Montevideo Wanderers rechazamos todo tipo de violencia y pedimos a las autoridades competentes que actúen sin pausa hasta hallar y condenar a los responsables”.
En diálogo con la diaria, Nicolás Mederos, uno de sus amigos, con quien compartía la afiliación por los bohemios, resaltó su rol en el club: “Da la casualidad de que una barra de referentes en el barrio Lavalleja, que son hinchas del club, aprovechan la cercanía con el club para generar espacios más sociales. Así se han arrimado muchos gurises de contexto complicado. Miguel venía dando una mano en la olla popular que Los Vagabundos [la hinchada de Wanderers] venía organizando en el barrio”.
Mederos comentó que “además de eso, él había tenido problemas con el alcohol hacía varios años”. Miguel apoyaba a personas que tenían uso problemático de drogas. “Logró rehabilitarse y desde entonces venía acompañando a otros gurises que estaban con consumo problemático, conversando con ellos y acompañándolos en el proceso de recuperación”, resaltó.
“La gente del barrio lo quería mucho, y quedó ese sentimiento de amargura y mucho dolor, porque se fue uno de los pibes que no tenían vínculo con ningún ambiente de mierda, más allá de vivir en la zona”, lamentó. El malestar de quienes lo querían estuvo asociado a cómo se informó sobre su fallecimiento. “Cuando se presentó la muerte de Miguel, se lo asoció con [ser] consumidor de una boca que en conflicto de narcos terminó generando esa muerte. Y a nosotros, como grupo de hinchas de Wanderers que lo conocíamos y disfrutábamos de compartir con él distintos espacios, nos pareció una injusticia tremenda”, dijo Mederos. “Porque no justifica ni en pedo ese testimonio, pero justo en el caso de él era un pibe que no tenía nada que ver con eso y que hagan esa asociación nos pareció injusto”, agregó.
Comentó las circunstancias del homicidio: “Él estaba en un cumpleaños con amigos y familiares. Quiso ir a comprarse una bebida energizante. Como estaba cerrado todo, fue hasta una estación. Ahí pasó el auto y le disparó”. “Él tenía esa idea de que como no tenía problema con nadie, no iba a pasar nada”, expresó Mederos.
A partir de esta situación, resolvieron hablar con la prensa al respecto: “Lo resolvimos para poder aclarar quién era. Porque mínimamente Miguel merecía irse no siendo un número más en la lista de daños colaterales de ‘ajustes de cuentas’”, afirmó.
Por otra parte, en el medio alternativo en línea La Propia FM emitieron un comunicado producido en el barrio en el que calificaron los hechos como “lamentables”. “Hoy es el entierro de un chico sano y buena gente. Fue acribillado anteanoche en la calle Soria y Olivera. Miguel es su nombre, de 29 años, y no fue ajuste de cuentas. No es un número más. El barrio lo describe con mucho cariño: buen chico, trabajador, siempre con buen humor”, indicaron. “No, no andaba en nada”, aclararon. “De vestimenta formal, no vestía gorrito ni pinta ñery como para poder ser confundidos”, acotaron y agregaron: “No, no fue un matarse entre ellos. Fue víctima del ‘lejano oeste’, donde hay que tirar para empoderar”, plantearon. “Hay un barrio donde se mezclan los de bien y los de mal (como tantos barrios) que hoy se viste de luto por la pérdida de Miguel”.
“Pedir que en paz descanse es un absurdo”, dijeron. “Pobrecito, toda una juventud para vivirla y cumplir metas se perdió por estar en el momento y lugar equivocados”, lamentaron. Y enfatizaron: “No, no es destino”. “Vuela alto. Lejos de lo injusto y de lo que la prensa calla”, finalizaron.