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Unidad 5 Femenino, cárcel de mujeres en Colón (archivo, mayo de 2018).

Foto: Mariana Greif

Mecanismo contra la Tortura alerta sobre hacinamiento y violencia en la cárcel de mujeres

3 minutos de lectura
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Advierten sobre las situaciones de aislamiento del quinto piso de la Unidad 5 y manifiestan una inadecuada relación numérica entre los funcionarios y las mujeres privadas de libertad; plantean que el INR no ofrece las garantías adecuadas para asegurar la integridad física.

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El Mecanismo de Prevención de la Tortura (MNP) de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (INDDHH) hizo un informe tras sus visitas en 2023 a la Unidad 5 Femenino, cárcel de mujeres de Montevideo, que está firmado por su directora, Jimena Fernández.

Aunque reconocen “los esfuerzos realizados por el equipo de dirección de la unidad [encabezado por Alejandro Chaves] y sus funcionarios, se han constatado diferentes situaciones de vulneración de derechos que ameritan la adopción de medidas urgentes por parte de las autoridades”. Las situaciones que detallan son cuatro: hacinamiento, inadecuada relación numérica entre los funcionarios y las mujeres privadas de libertad, aislamiento en el quinto piso y situaciones de violencia.

Hacinamiento

Sobre el hacinamiento plantean que “si bien el reciente crecimiento de plazas permitiría mitigar la superpoblación, se sigue registrando un hacinamiento crítico”, que supera el 160%, “considerándose como tal cuando la densidad penitenciaria es igual o mayor a 120%”. “Las secuelas que tiene esta situación no se reflejan solamente en el espacio disponible, sino que impactan también en las actividades que se desarrollan en el exterior de las propias celdas”, afirman. “El MNP manifiesta su especial preocupación por la situación de mujeres que se encuentran alojadas en el 3 Este en la zona de baños o en espacios originalmente previstos para cocina”, detallan.

Inadecuada relación numérica entre funcionarios y mujeres privadas de libertad

En cuanto a la inadecuada relación entre funcionarios y mujeres privadas de libertad, plantean que lo inadecuado es la cantidad de operadores penitenciarios y policías por la cantidad de mujeres que hay presas. El MNP entiende que es “una situación que se ve agudizada por un importante índice de ausentismo, muchos de los cuales se producen de manera prolongada”.

Aislamiento en el quinto piso

Respecto al aislamiento que tienen las mujeres que están alojadas en el quinto piso indican que su situación “preocupa”. “El nivel carece de una guardia permanente dependiendo de la que atiende también los sectores Tercero Oeste y el nivel Cuatro”, expresaron, y agregaron que esto “repercute en la actividad diaria, marcada por la permanencia en las celdas y limitadas salidas al patio interior que se encuentra en el propio piso”. En este sentido, plantearon que “los esfuerzos que viene procesando la dirección de la unidad en reformar ambas alas del nivel 5 pueden ser tomados como una oportunidad para erradicar prácticas contrarias a los estándares internacionales”. Sugieren la creación de una guardia propia para ese piso para reducir los daños en este piso.

Se resalta que “el MNP viene señalando su preocupación por la falta de criterios explícitos para los ingresos y egresos al nivel 5 verificando por el contrario una amplia gama de causas”. También afirman que “el análisis de los libros de novedades permite constatar la circulación de mujeres que son alojadas indistintamente en diferentes niveles y sectores”.

Desde el MNP describen sobre el aislamiento que “si bien el propósito principal de la separación que se efectúa en las unidades penitenciarias” es “garantizar la protección y seguridad de las personas privadas de libertad”, estas medidas “en ningún caso deben llevar a la restricción de acceso a servicios, atención o deterioro de las condiciones generales de privación de libertad. Definen el aislamiento como “el mantenimiento de una persona sola en una celda, durante más de 22 horas al día” y explican que “sólo debe utilizarse en circunstancias excepcionales” y “debe ser supervisado de manera estricta y empleado por un período de tiempo limitado” debido a las consecuencias negativas al “bienestar físico y mental”.

En lo que refiere al impacto del aislamiento enfatizan en que “los efectos negativos en la salud pueden producirse después de sólo unos pocos días de régimen de aislamiento, y los riesgos aumentan con cada día que se pase en esas condiciones”. “Esto se hace especialmente notorio en los espacios de aislamiento donde una persona permanece en su celda durante 22 a 24 horas al día dadas las condiciones del entorno, el limitado contacto humano y las mayores dificultades para el contacto familiar”, describen. Por eso, el MNP “entiende pertinente recordar la preocupación por las situaciones de aislamiento y de aislamiento prolongado constatadas en las visitas” y garantiza que son “situaciones que han sido verificadas mediante el análisis de los cuadernos de registros correspondientes en donde se deja nota de la ubicación en las respectivas celdas”.

Según indicaron, “el MNP ha realizado una serie de recomendaciones en función a la atención en salud mental de las mujeres privadas de libertad en el nivel 5 en un informe presentado en cooperación con el comisionado parlamentario para el Sistema Carcelario”. “Se suma a estas recomendaciones, como medida paliativa, la creación de una guardia en el propio nivel. Esta debe tener presencia permanente, separada de la establecida para los pisos 3 y 4, con funcionarios y operadores suficientes que de esta manera permitirían una pronta respuesta frente a situaciones de violencia”, acotaron.

Violencia

En lo que respecta a las situaciones de violencia, sostuvieron que “no se han constatado estrategias suficientes que permitan garantizar la integridad física de las personas privadas de libertad en la unidad”. “La unidad no ofrece las garantías adecuadas para asegurar la integridad física de las personas recluidas en el establecimiento”, enfatizaron.

En el documento se describen varios episodios que se constatan de distintas formas y se reitera “la preocupación por la falta de acciones en concreto que permitan adoptar estrategias a efectos de garantizar la integridad física de las personas privadas de libertad en la unidad”.

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