La agrupación vecinal de las chacras Las Portuguesas y la Liga de Fomento de José Ignacio pidieron a la Dirección Nacional de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (Dinabise), del Ministerio de Ambiente (MA), que regule “de forma específica” la protección de la calidad del agua y los humedales asociados a la Laguna del Sauce, Laguna Blanca y Laguna Escondida, por ser fuentes de agua potable para la población del departamento y ser hábitat de especies protegidas en Uruguay.
El escrito dirigido al titular de la Dinabise, Gerardo Evia, fue redactado en representación de los vecinos por la abogada especialista en temas ambientales Victoria Pereira y por el doctor en Ciencias e investigador Néstor Mazzeo. En el documento, al que accedió la diaria, ambos entienden “esencial” que el Poder Ejecutivo declare “expresamente” la “importancia ambiental” de los humedales de las tres lagunas, considerando “su extensión, ubicación y gran relevancia ecosistémica” de acuerdo con el artículo 159 del Código de Aguas.
Para fundamentar su petición, Pereira y Mazzeo repasaron varias iniciativas planteadas el año pasado a raíz de reiteradas denuncias por obras ilegales realizadas en los ecosistemas de las tres lagunas, particularmente en los humedales asociados. A su juicio, en los expedientes de las denuncias hay “suficientes antecedentes científicos y técnicos” para que la cartera avance en la definición de la regulación pretendida.
Con ese ánimo, Pereira y Mazzeo citan una propuesta de protección presentada por iniciativa de los técnicos del MA Luis Reolón y Virginia Fernández, tras una denuncia por obras ilegales en la Laguna Blanca. Ahora “es de importancia ampliar esta primigenia propuesta de normativa específica” –de abril de 2023– para las tres lagunas y “para todos los humedales de la Laguna Escondida, pues forman un conjunto integral del ecosistema lagunar”, argumentan.
La abogada y el científico también mencionan informes de la técnica Laura Mello y de la bióloga Mariana Nin, ambas del MA: una autora confirma “el muy alto valor de importancia de conservación” de la Laguna Escondida; la otra expone que, por sus diversas características, los humedales de este sistema se encuentran dentro del Inventario Nacional de Humedales que elabora la División Biodiversidad del MA.
A estos fundamentos suman informes de técnicos del Instituto Saras y de la Universidad de la República –instituciones de las que Mazzeo es investigador–, también anexados a los expedientes de las denuncias planteadas a la cartera.
Basados en que “es medular integrar los humedales de las lagunas Escondida, Blanca y del Sauce y toda su biodiversidad asociada, considerándolos a cada a uno de ellos una unidad ecosistémica”, también traen a colación otro informe del ingeniero Reolón, fechado en junio de 2023. Para el técnico, “sería conveniente” la existencia de un plan de acción de protección ambiental de toda la cuenca hídrica y acuíferos que son o pueden ser a futuro fuentes de agua potable para el territorio nacional, remarcan.
Por último, Pereira y Mazzeo hacen notar que la regulación pretendida “requiere de un análisis y estudio integrado” de la Dinabise, la Dirección Nacional de Calidad y Evaluación Ambiental, y la Dirección Nacional de Aguas.
El problema de la Escondida
En julio de 2023, un equipo del Centro Universitario Regional Este y técnicos de la Unidad de Gestión Desconcentrada de OSE expusieron en La Juanita sobre la calidad del agua de la Laguna Escondida y respondieron a múltiples consultas de la audiencia, preocupada por el creciente desarrollo inmobiliario en la cuenca y los márgenes de la laguna.
En esa oportunidad, Mazzeo explicó a la diaria que la calidad del agua de Laguna Escondida “es buena”, pero advirtió que el incremento de las transformaciones sobre el territorio puede modificar al sistema, de “considerable vulnerabilidad” ante las floraciones de cianobacterias.
Como todo humedal, el de la Escondida oficia de filtro y regulador de los intercambios entre los ecosistemas terrestres y los acuáticos, “particularmente material en suspensión, nutrientes y residuos de plaguicidas”. Sin embargo, en este caso ocurre que el funcionamiento hidrológico del sistema está siendo afectado por la cantidad de tajamares que se quedan con el agua de intercambio. Para colmo, algunos privados rellenaron espacios en el litoral de la laguna y una parte de esa zona se perdió.
“Los inversores de la cuenca y de los márgenes desconocen la problemática de Laguna Escondida y sus causas, así como qué acciones y prácticas contribuyen a resolver el desafío o agravar la situación actual”, indicó la evaluación.
Por ese motivo, los investigadores recomendaron al Estado “revisar la normativa de aprobación de construcción de tajamares en cuencas destinadas al suministro de agua potable” y “conservar” la matriz de campo natural, las formaciones boscosas con especies nativas, y los humedales de la cuenca, junto a buenas prácticas de fertilización y manejo de la infraestructura de saneamiento doméstico.