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Foto: Natalia Ayala

Miguel Abella sobre Enrique Antía: “Lidera un sector al que pertenecí, ahora soy el intendente de todos los maldonadenses”

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En entrevista con la diaria, el intendente de Maldonado adelantó que, si es necesario, recortará la inversión en obras para cumplir con la regla fiscal del presupuesto departamental. También aseguró que está devolviendo a los municipios el rol que habían perdido y anunció que pondrá “pautas bien claras” para asignar la publicidad oficial.

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Miguel Abella acompañó al nacionalista Enrique Antía durante los 25 años que este ejerció cargos públicos, participó en las decisiones que el jerarca tomó durante todo ese tiempo y ahora es intendente porque él lo impulsó como candidato de su sector, Todos por Maldonado. Retuvo el gobierno del Partido Nacional (PN) con la promesa de continuar el camino de Antía. Sin embargo, se desmarca de las gestiones cuestionadas por el clientelismo y el estilo caudillesco de su antecesor. “Yo no miro para atrás”, dirá cada tanto, en conversación con la diaria.

Junto al ventanal del despacho, en el quinto piso, hay un pabellón nacional de franjas más celeste-argento que azul-celeste “desde la época de Burgueño”. Hacia el este se ofrece el paisaje que han visto todos los intendentes desde 1994: las gradas y la grama verde del estadio Domingo Burgueño Miguel, cuya construcción, dicen los memoriosos, fue el principio del déficit que se acumuló en la Intendencia de Maldonado (IDM). Al cierre de 2024, según el Tribunal de Cuentas de la República, el déficit era de 180 millones de dólares, casi cuatro veces mayor que el entregado en 2015 por el Frente Amplio (FA).

Abella despeja una cantidad de papeles desplegados sobre el escritorio y ofrece café mientras una de sus secretarias maniobra, con poco éxito, para colgar un cuadro de Enrique Castells Capurro, el mismo autor del mural de la diligencia ubicado en la explanada del edificio de la intendencia. Las dimensiones no alcanzan a cubrir la silueta añejada de tres cuadros que se fueron con el exintendente. Abella piensa acondicionar el despacho a su gusto: “con fotos de la familia”. Sobre una pila de documentos llama la atención una escultura de cera, de colores estridentes. “Es la mano de Lautaro”, aclara.

Lautaro es su nieto, el niño que subió al estrado para presentar a su “Tata intendente”, en la noche triunfal del 11 de mayo; el que también lo acompañó cuando tomó el mando, el 10 de julio, y quien entró de su mano a la Junta Departamental para entregar el proyecto de presupuesto 2026-2030 en la tarde del 30 de agosto. Unas horas antes de dar este paso, el intendente había conseguido permiso del Legislativo para contraer un préstamo de 38 millones de dólares que permita a la IDM funcionar hasta fin de año y para modificar normas tributarias.

Con el mate humeante sobre el escritorio, Abella se dispone a conversar largamente con la diaria sobre estas medidas y los lineamientos estratégicos de la gestión que comenzó hace casi dos meses en Maldonado.

¿Cómo es su relación con el exintendente Antía en estas primeras semanas de gobierno?

Antía, primero, es un amigo, una persona con la cual compartimos mucho tiempo juntos. Es un dirigente del PN, lidera un sector al que pertenecí, que es Todos por Maldonado. Pero yo no tengo un sector político, porque desde el momento que asumo el cargo de intendente soy el intendente de todos los maldonadenses. La orientación la marqué yo durante la campaña interna y luego en la campaña electoral. Hoy estoy cumpliendo con lo que dije. Si mirás la estructura que estamos armando, verás que en el entorno hay funcionarios de carrera en los que uno se tiene que apoyar, porque son los que llevan la gestión adelante, dándole un matiz a la gestión totalmente distinto a lo que se hizo. Lo que se hizo en estos diez años estuvo muy bien, pero ahora el perfil es el que marca para adelante la personalidad del que ocupa hoy el sillón. Mi perfil es el mismo con el que he vivido mis 65 años, el del diálogo, el de la apertura.

¿Le sorprendió que la bancada del FA no le votara ni el préstamo ni la modificación tributaria en la Junta Departamental?

No. Yo no voy a hablar de la interna de otro partido que no es el mío; yo hablo de la apuesta al diálogo que yo hice y de lo que yo tengo proyectado. Voy a seguir abriendo ese diálogo mientras exista una línea de respeto como corresponde. El día que se votó el préstamo fui a la bancada del FA y del Partido Colorado: aclaré que no iba a condicionar nada ni a pedir nada; que quería mantener la misma línea de diálogo aun en las discrepancias y que lo único que pedía era respeto.

En 2020, la IDM tuvo un fideicomiso de 93 millones de dólares para abatir la deuda y pagarla a 20 años. Sin embargo, el déficit creció año tras año, y ahora pidió una nueva línea de crédito. ¿Cómo lo explica?

Es una pregunta larga para contestar. Pero, grosso modo, voy a ser bien claro: lo que estamos pidiendo es una línea de crédito para abatir dentro del mismo período de gobierno. No pretendo extender nada de lo que ya tenía comprometido la IDM.

"La regla fiscal está hecha sobre números muy reales. Si vamos a tocar algo mañana, será lo que está incluido en inversiones en obras".

Cuando Antía pidió el fideicomiso de 93 millones, uno de los argumentos era que no se iba a tener que recurrir a este tipo de créditos para funcionar.

Yo para atrás no miro, miro la realidad que tengo. Soy quien gobierna y quien está tratando de marcar un rumbo claro de lo que quiero para adelante. Apostamos a un equilibrio fiscal en estos cinco años y a dejar, no digo solucionada, pero sí encaminada la realidad para que quien venga a partir de 2030 se encuentre con una IDM ajustada, con una regla bien clara y ordenada para poder seguir avanzando en las proyecciones.

La regla fiscal implica que, si no se llega a determinados ingresos, se bajarán los gastos. ¿Qué se recortaría, en tal caso?

Los gastos del área social y los gastos fijos de la IDM no se van a tocar. No afectará ni la luz, ni el corte de pasto, ni la recolección de basura. Tendremos que ajustar en parte la inversión en obras, no en lo que se da hoy como mantenimiento, como servicio de la IDM. La regla fiscal está hecha sobre números muy reales. Si vamos a tocar algo mañana, será lo que está incluido en inversiones.

¿Cuál fue el criterio para aumentar el mínimo de la contribución inmobiliaria?

Es que no se aumentó. Acá hay una realidad: dimos de baja un impuesto que era el de la tasa de seguridad, en el cual se recaudaban unos siete millones de dólares para mantener el Centro de Comando Unificado [CCU], que seguiremos manteniendo hasta diciembre. Estamos dialogando con el gobierno nacional, porque no queremos alejarnos de lo que es la seguridad. Hemos tenido un crecimiento muy grande que no ha sido acompañado con la cantidad de policías y, como IDM, tenemos que seguir trabajando con el Verano Azul, tener un destacamento en Balneario Buenos Aires, en el Hipódromo; son recursos nacionales y con apoyo de la IDM.

¿La recaudación de la tasa de seguridad se destinó a esos apoyos?

No, la tasa estaba directamente para tratar de recuperar lo que se gastó en la instalación del CCU, en el mantenimiento de las cámaras... pero no llegamos a recuperar la mitad de lo que insumió eso.

¿Por qué no alcanzó si era genérica y con un destino específico?

Para atrás no voy a estar hablando. Los números nuestros están hechos con la realidad de lo que tenemos para adelante, de lo que tenemos para recaudar y para gastar. Me preguntaste por el mínimo de la contribución inmobiliaria: pasó de 4.180 pesos a 4.450 anuales. Ese mínimo lo pagan más o menos unos 90.000 contribuyentes.

“Los municipios van a tener fondos fijos y la IDM va a estar para apoyarlos en todo lo que ellos quieran llevar adelante”.

La oposición le cuestiona que, con esta medida, “va por los de abajo y no toca a los de arriba”.

También se fue por los de arriba. Habrá otro impuesto, que es el ambiental, para financiar la recolección de basura, que pagarán unos 450 o 500 comerciantes. Es algo que no estábamos cobrándoles a los grandes generadores de basura, como los supermercados, los hoteles y los shoppings.

¿Piensa hacer algún reaforo puntual de la contribución inmobiliaria?

No. Se está trabajando en el catastro, es necesario para regular un montón de situaciones. En el catastro tendría que trabajar todo el país; hasta el propio director nacional de catastro lo ha dicho. La IDM lo hace con su personal, hay un equipo con el agrimensor Carlos Rodríguez; a través de vuelos contratados y programas digitales, estamos realizando una actualización desde hace cuatro o cinco años. Se busca actualizar, porque una casa con una pared atrás tiene dos casas más que no están declaradas. Esto da una realidad distinta de Maldonado, que lleva a regularizar un montón de situaciones de gente que va a vender y no tiene declaradas sus propiedades.

En cuanto a la gestión de la cartera de morosos, ¿se va mantener la tercerización con Posadas, Posadas y Vecino?

La licitación que vencía el 30 de junio fue prorrogada por 26 meses, que era todo lo que se podía. El contribuyente moroso objetivo será el mismo y se mantuvieron las mismas bases del llamado.

Ha dicho que este no será un quinquenio de grandes obras. ¿Cuáles son las estratégicas?

Mi idea es terminar de iluminar los tramos de la ruta 39 en la zona del polo industrial; se está trabajando en el viejo frigorífico que se vendió y será algo industrial. Es necesario terminar de iluminar esos tramos que quedan, el cruce en El Peñasco, que es la entrada más complicada que tenemos. Esto va enganchado con las obras en Camino de los Ceibos para solucionar el tránsito pesado que tenemos en San Carlos por la avenida Alvariza. Es una obra estratégica que posibilitaría dar entrada hasta a los ómnibus, convirtiendo en doble vía el tramo que va desde el molino Lavagna. Otra obra importante es en la avenida Leandro Gómez (en Maldonado); ahí pensamos ordenar las rotondas que hay a la altura del cementerio y convertirlas en una sola; así se podrá llegar a la parada 39 por una vía desde donde está creciendo la ciudad, como los barrios Lausana y H4. Es necesario tener una vía de salida y de entrada que sea prolija e iluminada.

“Con la tasa de seguridad no llegamos a recuperar la mitad de lo que insumió la instalación del CCU y el mantenimiento de las cámaras”.

En los últimos años, los alcaldes se quejaban de que la IDM centralizaba todo. ¿Eso va a cambiar?

¡Ya cambió! Desde el momento en que reinserté maquinaria, que volví a darle equipamientos y responsabilidad a cada municipio, ya cambió. Me reuní con los ocho alcaldes y les di de vuelta la responsabilidad para que empiecen a mirar el presupuesto. Para que el día de mañana, el que tiene que tapar un pozo no llame a la Dirección de Obras de la IDM, sino al municipio, y que el municipio tenga cómo atender ese reclamo. Van a tener la responsabilidad que les corresponde, porque son los que están más cercanos a los vecinos.

¿Consultó a los alcaldes para el presupuesto?

Lo que presentaron fue lo que se necesita para cerrar este año, con el presupuesto corto. A partir de noviembre, cuando tengamos el presupuesto aprobado, vamos a elaborar lo que será la modificación presupuestal. Ese será verdaderamente nuestro presupuesto, porque nos va a dar la realidad de lo que tenemos, tendremos la recaudación de la temporada y ahí quedará claro qué es lo que tendrá cada uno.

¿Cuál es el municipio más rezagado, que sea prioritario atender?

No es que estén rezagados. El crecimiento de Maldonado ha hecho que hoy tengamos que hacer inversiones muy grandes en cuadras de asfalto, de veredas, de iluminación. Por eso yo puse 50 millones de dólares en el quinquenio para volcar en los barrios. Son obras que se pueden considerar chicas, pero son grandes obras para la gente, en las que se va a volcar un montón de plata para beneficiarlas. Los municipios van a tener fondos fijos y la IDM va a estar para apoyarlos en todo lo que ellos quieran llevar adelante.

En poco más de un mes de gestión, logró firmar un convenio colectivo con la Asociación de Empleados y Obreros Municipales e inscribirlo en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. ¿Qué pasó en el medio, considerando que, como director de Recursos Humanos, fue muy cuestionado por el sindicato?

Primero que durante los diez años mantuvimos un diálogo muy fluido en el sindicato, en el que se avanzó. Ese avance fue la base, nos dio la posibilidad de terminar de cerrar el acuerdo hoy. No hay que olvidarse que hace cinco años se hizo el avance con los profesores de Educación Física y no recuerdo haber tenido ningún conflicto, y se ha venido cumpliendo el convenio en los cinco años pasados. Con los guardavidas venimos en lo mismo desde hace cuatro años, cumpliendo paso a paso; igual que con los docentes de Cultura. La confianza de relacionamiento que generamos y el respeto que generamos…

Pero hasta hace unos meses lo marcaban como parte del clientelismo de Antía, de las subrogaciones sin criterio, de los ingresos a dedo.

La franqueza y el diálogo que mantuvimos siempre no cambió; ellos defienden una posición, nosotros defendemos otra. En el medio nos encontramos siempre, durante los diez años pasados y ahora. El artículo 30 daba la posibilidad del ingreso; no era ingreso a dedo, esa gente ingresó de una forma que podrá gustar o no, pero estaba en el presupuesto que fue votado por la Junta y que tenía un marco legal atrás. Igual que los ascensos y las subrogaciones. Por algo la IDM no tuvo nunca un reclamo por ese tipo de cosas ni nunca perdió un juicio en ese sentido.

¿Cómo va a cubrir las vacantes que se generen por jubilación incentivada?

De la manera que está escrita en el convenio. Hoy la previsión más fácil para el ingreso de funcionarios es a través del sistema de becarios y pasantes, que ya existe. Cuando uno pone una norma de incentivo para la jubilación y de retiro de gente, no sabe con qué se encontrará. Hay 400 personas que, por edad y por años de trabajo, están en condiciones de acogerse al retiro, pero no significa que todos lo vayan a hacer. Si me dicen de la noche a la mañana que se van 50, mientras uno provee el llamado y las pruebas, hay que seguir funcionando. Los becarios y los pasantes son la matriz para cubrir las vacantes que salen de un día a otro. También está previsto, en el acuerdo, que vayan subiendo los funcionarios en el escalafón.

¿Cómo se reflejan los acuerdos electorales en el organigrama que está elaborando?

Desde el día uno, después de ganar, empecé a trabajar para llevar el presupuesto cuando antes a la Junta, respetando los acuerdos políticos que tenía y el porcentaje de la votación para los cargos de confianza: darle a cada uno lo que le corresponde y trabajo. También puse pautas bien claras en cuanto a que iba a ir mirando las posibilidades y los momentos para hacer los nombramientos. Designé la primera tanda, para que cada uno fuera pensando en el área social, de vivienda, de hacienda, de tributos, y me reuní con los alcaldes para establecer qué líneas de gobierno quería llevar adelante.

“Los cargos van a ser más o menos la misma cantidad que los que existían, no habrá variantes”.

¿Mantiene la cantidad de cargos de confianza del gobierno anterior?

Los cargos van a ser más o menos la misma cantidad que los que existían, no habrá variantes porque está establecido en el presupuesto. Lo que hay que decir es que uno entra a gobernar y necesita un buen equipo al costado para poder trabajar. Si no tengo buenos laderos, es impensado que vaya a hacer solo. Se trata de que yo sea el líder de un gran equipo, que sea el responsable cuando ellos le erren y que cuando acierten se lleven el mérito.

¿La comisión multipartidaria de Ordenamiento Territorial pondrá en debate las excepciones a la construcción? ¿Cuál es la postura de esta administración con respecto a eso?

Me encanta esta pregunta porque hay algo que aclarar: a veces hay excepciones a la norma de lo que está establecido que realmente corresponde que se envíen a la Junta Departamental, como el retiro de un comercio, eso es una excepción. Invitamos a la Universidad y van a trabajar en la reprogramación de nuevas directrices de ordenamiento territorial, como estaba previsto a partir de este año. De ahí, saldrán variantes a la normativa existente, por cuestiones lógicas. Por ejemplo, entre dos edificios con excepciones hay una franja, quizás las directrices establezcan que a lo que está en el medio se le dé la misma normativa que a los otros dos, por un tema de justicia. Entonces, eso deja de ser una excepción y pasa a ser parte de la normativa de construcción. Nuestro espíritu es seguir trabajando con la academia, con el CURE [Centro Universitario Regional del Este].

¿Cómo evalúa su relación con el gobierno central y las transferencias que llegarán al departamento desde la Oficina de Planeamiento y Presupuesto [OPP]?

Hay que reconocer que el hecho de tener un presidente que haya sido intendente durante diez años y secretario general durante otros diez años nos daba a las 19 intendencias la posibilidad de conversar de una manera distinta. El aporte nacional es un 15% del presupuesto de Maldonado; el 85% es con recaudación propia. Estoy muy conforme con los aportes nacionales y también con el relacionamiento con los ministros y con gente de la OPP que vinieron a conversar. Creo que esto se da porque el presidente les trasmitió a sus ministros de qué manera quiere trabajar; es lo mismo que quiero hacer yo, desde mi lugar, con los directores generales.

¿Con qué criterio asignará la publicidad oficial a medios y periodistas?

Vamos a poner un orden en eso. A partir de enero vamos a estar fijando pautas bien claras, cuando estemos bien sentados y con el equipo armado. Estamos trabajando en algo de eso, pero será para una próxima nota.

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