El Ministerio de Defensa ruso informó mediante un comunicado que implementará un alto el fuego durante tres días a partir del jueves para permitir más evacuaciones de civiles de la planta siderúrgica Azovstal, ubicada en la ciudad sitiada de Mariúpol.
“Las fuerzas armadas rusas abrirán de 8.00 a 18.00 (hora de Moscú) los días 5, 6 y 7 de mayo un corredor humanitario desde el territorio de la planta metalúrgica de Azovstal para evacuar a los civiles”, se expresa en el comunicado recogido por agencias internacionales.
“Durante este período, las fuerzas armadas rusas y las formaciones de la República Popular de Donetsk cesarán unilateralmente cualquier hostilidad”, se agrega en el texto publicado por Moscú.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, informó en su habitual mensaje nocturno que 344 personas fueron evacuadas este miércoles de la planta de Azovstal y están en camino a la ciudad de Zaporiyia, donde ya están desde hace dos días algo más de 150 personas que fueron sacadas de la instalación industrial el fin de semana en una operación realizada en forma conjunta por funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de la Cruz Roja.
Más temprano, autoridades ucranianas habían informado que las tropas rusas entraron en el complejo industrial de Azovstal, que es el último lugar de Mariúpol que no está bajo control ruso. Al contrario de esta versión, desde Moscú se confirmó que se estaba atacando posiciones ucranianas en la planta con “artillería y aviones”, pero el Kremlin negó este miércoles que sus tropas ingresaran en las instalaciones industriales.
Dentro de la planta siderúrgica se estima que todavía hay alrededor de 200 civiles, además de un número indeterminado de militares ucranianos y de integrantes de la milicia ultraderechista Batallón Azov.
El miércoles el alcalde de Mariúpol, Vadym Boichenko, quien desde hace semanas está fuera de la ciudad, comunicó que había perdido contacto con los combatientes ucranianos que estaban dentro de la planta.
“Desafortunadamente, hoy no pudimos conectarnos con los muchachos, no hay conexión para entender lo que está pasando, si están a salvo o no. Ayer hubo una conexión con ellos, pero hoy no”, expresó Boichenko, en declaraciones que fueron recogidas por el diario inglés The Guardian.
Pedido de armas y nuevo paquete de sanciones
En un mensaje que publicó el miércoles en las primeras horas de la noche en su cuenta de Twitter el canciller ucraniano, Dmitro Kuleba, reclamó a las potencias occidentales que no duden y sigan enviando armamento a Kiev.
“Las existencias de armas de la era soviética disminuyen, pero la agresión rusa no. Es por eso que Ucrania está cambiando y utilizando equipos modernos. Se requiere capacitación, pero aprendemos rápido. De hecho, aprendemos a operar armas modernas más rápido de lo que tardan algunos gobiernos en decidir proporcionarlas”, manifestó el alto funcionario, dejando más que clara la postura ucraniana de seguir luchando.
Por su parte, la Unión Europea (UE), además de proporcionar ayudas de todo tipo a Ucrania, está terminando de afinar un nuevo paquete de sanciones que, por primera vez, alcanzará al petróleo ruso, que es utilizado en mayor o menor medida por casi todos los países del bloque comunitario.
La presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, propuso el miércoles durante una sesión del Parlamento Europeo, que se reunió en la ciudad francesa de Estrasburgo, un embargo progresivo al petróleo ruso desde ahora hasta el final de año como parte del sexto paquete de sanciones contra el gobierno que lidera Vladimir Putin.
“Seamos claros, no será fácil. Algunos Estados miembro son fuertemente dependientes, pero debemos simplemente trabajar en ello”, expresó la jefa del Ejecutivo comunitario, que necesita que los 27 países de la UE aprueben el nuevo paquete de sanciones, que previsiblemente contará con la exención para Eslovaquia y Hungría, países que ya manifestaron que no dejarán de adquirir combustibles provenientes de Rusia, de acuerdo a lo que informó el diario español ABC. Pero el gobierno húngaro del derechista Viktor Orbán, quien tiene una estrecha relación con Putin, manifestó a través de su portavoz, Zoltan Kovacs, que su país no ve “planes ni garantías sobre cómo podría gestionarse una transición basada en las propuestas actuales y cómo se garantizaría la seguridad energética de Hungría”.
Sberbank y tres canales estatales rusos
Según informó la agencia AFP, Von der Leyen anunció que esta nueva ronda de sanciones, además del petróleo, incluirá a Cirilo, el patriarca de la Iglesia Ortodoxo Rusa –un personaje muy cercano a Putin–, pero también a los responsables de las matanzas de Bucha y el asedio de Mariúpol. Paralelamente, el banco ruso Sberbank, el mayor del país, será desconectado del sistema de transferencias Swift y, por último, se prohibirá todo tipo de transmisiones de tres canales pertenecientes al Estado ruso. El anuncio de más sanciones llega una semana después de que la empresa energética rusa Gazprom anunciara la suspensión del suministro de gas a Polonia y Bulgaria.
Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania el 24 de febrero, según el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA), los países de la UE compraron más de 52.000 millones de euros en productos energéticos a Rusia (20.600 millones en petróleo, 30.500 millones en gas y 860 millones en carbón).
Desmentidos rusos y apoyo europeo a Moldavia
Rusia, que oficialmente se refiere a la guerra en Ucrania como una “operación militar especial”, negó los rumores de que utilizará el desfile militar de la semana que viene para declararle la guerra oficialmente a su vecino.
La BBC informó que funcionarios de varios gobiernos occidentales creían que el presidente Putin podría usar el Desfile de la Victoria el 9 de mayo, el día en que tradicionalmente se celebra en la Plaza Roja de Moscú la victoria de la Unión Soviética sobre los nazis en la Segunda Guerra Mundial, conflagración a la que los rusos denominan Gran Guerra Patria, para anunciar planes para intensificar la acción militar en Ucrania.
Un portavoz del Kremlin aclaró que la especulación no era cierta, pero un periodista de la cadena británica dijo que esta declaración de parte del funcionario ruso debería tomarse con pinzas, teniendo en cuenta que antes del comienzo de la invasión de las tropas rusas a territorio ucraniano diversos jerarcas del Kremlin definieron tal posibilidad, luego efectivamente concretada en los hechos, como “histeria occidental y propaganda”.
Por ahora la guerra sigue circunscripta al territorio ucraniano, pero desde hace más de una semana empezó a tomar fuerza la posibilidad, en algún momento explicitada por un jerarca militar ruso, de que las fuerzas de Moscú accedan desde el sur de Ucrania hacia Moldavia. Más precisamente al territorio de Transnistria, de algo más de 4.000 kilómetros cuadrados, que funciona como un estado independiente y poblado en su mayoría por población rusófona, pero que legalmente se encuentra dentro del territorio moldavo.
Ante el peligro que se cierne sobre el país, el presidente del Consejo Europeo, el belga Charles Michel, aseguró este miércoles que la UE está determinada a ofrecer un amplio apoyo a Moldavia en su resistencia a las consecuencias de la invasión rusa a Ucrania, lo que incluye la previsión de aumentar “significativamente” el apoyo al país –que al igual que Ucrania no integra la UE ni tampoco la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)–, al proporcionar equipamiento militar a sus fuerzas armadas.
“Este año planeamos aumentar significativamente nuestro apoyo a Moldavia otorgando a sus fuerzas armadas equipo militar adicional”, aseguró Michel durante una conferencia de prensa que brindó junto con la presidenta moldava, Maia Sandu, según informó Europa Press.
Desde Chisinau, la capital de Moldavia, una antigua república soviética histórica y culturalmente muy ligada a su vecina Rumania, Michel hizo alusión al apoyo que el bloque comunitario le está dando a Moldavia para “reforzar su resiliencia”, incluida la ayuda humanitaria para atender a los miles de refugiados llegados desde Ucrania.
“La UE se solidariza plenamente con Moldavia. Es nuestro deber europeo ayudar y aumentar nuestro apoyo a su estabilidad, seguridad, integridad territorial y soberanía. Nuestro apoyo económico y político debe continuar de la mano”, remarcó Michel.
Por su parte, la presidenta Sandu dijo que no ve una “amenaza inminente” sobre su país a causa de la guerra en Ucrania, pero informó que el gobierno puso en marcha un plan de “contingencia” ante escenarios “pesimistas” sobre un posible aumento de la tensión en la zona.
Sandu expresó que no existe una amenaza “a corto plazo” debido a las “provocaciones de los separatistas rusos de la región de Transnistria”, donde hace diez días se registraron una serie de ataques y explosiones de las cuales las autoridades locales, afines a Moscú, acusaron a Ucrania. Sin embargo, Sandu y su Ejecutivo responsabilizaron por estas acciones a grupos separatistas prorrusos que están a favor de la guerra.