El Senado de Brasil aprobó una iniciativa del oficialismo para aumentar una serie de programas sociales y reducir el impacto de la suba del precio de los combustibles, a tres meses de las elecciones de octubre. La norma, que contó con el apoyo de casi todos los senadores presentes en la votación, deberá ser considerada en la Cámara de Diputados. Pese a haberla votado, la oposición calificó la medida de “electoralista”.
Si se aprueba, se destinarán hasta fin de año 41.200 millones de reales (unos 7.900 millones de dólares) extrapresupuestales a programas sociales. Esta medida permitirá aumentar cerca de 50% el ingreso mensual destinado a las familias más pobres, que llegará a 115 dólares, y creará un subsidio para financiar las garrafas de gas. Según informó la agencia Efe, se incluye también un subsidio para camioneros autónomos, un sector que ha dado su apoyo a Bolsonaro y que es afectado por la suba de precios del combustible.
Aunque las leyes de Brasil impiden crear por ley programas sociales en año electoral, el gobierno pudo hacerlo mediante una declaración de “estado de emergencia” basada en la inflación.
Una nueva encuesta para las elecciones de noviembre publicada el viernes por Folha de São Paulo concluyó que en el estado de San Pablo, el más rico del país y el de mayor población, 49% de los votantes consideran malo o pésimo el gobierno de Bolsonaro, mientras que 27% avala su gestión y 23% la considera regular.
Según la encuesta de Datafolha, también en ese estado el expresidente Luis Inácio Lula da Silva sería el más votado en las elecciones de octubre, seguido por Bolsonaro. En el sondeo Lula encabeza la intención de voto con 47% en el país y con 43% en San Pablo, mientras que Bolsonaro ocupa el segundo lugar con 28% y 30%. En cuanto a las elecciones a gobernador de San Pablo, aparece en primer lugar el candidato del Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad, (34%) seguido por el oficialista Tarcísio de Freitas (13%).
El viernes Lula se refirió a las elecciones y dio a entender que si gana no prevé presentarse a la reelección. Dijo a la radio Metrópole que “sólo tiene” cuatro años para “arreglar” el país después del paso de Bolsonaro por el gobierno y afirmó: “Sueño todos los días que cuando llegue el 31 de diciembre de 2026 y vayamos a entregar el mandato a otra persona, el país esté bien”.
“Dentro de cuatro años, vamos a tener a gente joven disputando elecciones. Va a ser gente joven siendo candidata a la presidencia. Lo que quiero es dejar al país preparado, quiero luchar contra el hambre, la miseria y la pobreza. Quiero generar empleo, disminuir la inflación y aumentar los sueldos”, afirmó.