A los 91 años falleció, en el Hospital Clínico Central de Moscú, Mijaíl Gorbachov, último líder de la Unión Soviética.
“Esta noche, después de una enfermedad grave y prolongada, Mijaíl Serguéyevich Gorbachov ha muerto”, expresaron desde el hospital moscovita en un comunicado citado por la agencia rusa de noticias TASS.
Gorbachov nació el 2 de marzo de 1931 en una familia de origen campesino en la localidad rusa de Privolnoye, muy cerca del Cáucaso. Se graduó como abogado en la Universidad Estatal de Moscú en 1955. Tres años antes se había afiliado al Partido Comunista y se convirtió en miembro de su Comité Central en 1971. Último secretario general del Comité Central del Partido Comunista, fue elegido para el cargo en 1985 tras la muerte de su predecesor, Konstantin Chernenko. Gorbachov tuvo un papel relevante en los años finales del período soviético. Promovió la glasnost (transparencia), una política de debate abierto sobre cuestiones políticas y sociales hasta ese momento inédita en el país, y también la perestroika (reestructuración), una política de reformas políticas y económicas, que tenía como objetivo terminar, o al menos atenuar, la planificación centralizada de la economía por parte del Estado.
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Mientras su popularidad crecía fuera de fronteras –sus encuentros con numerosos líderes occidentales, particularmente con su par estadounidense, Ronald Reagan, contribuyeron mucho a ello– al mismo tiempo decrecía cada vez más dentro de su país, donde se seguían agudizando problemas políticos, sociales y económicos originados muchos años antes del gobierno que él lideró.
Gracias a su reconocido aporte a la paz mundial, Gorbachov fue galardonado en 1990 con el Premio Nobel de la Paz. En aquel momento el comité noruego sustentó su decisión en el “papel catalizador de Gorbachov en el proceso de paz que hoy caracteriza a partes importantes de la comunidad internacional”. Apenas un año después, en medio de una enorme crisis política, Gorbachov renunció a la presidencia de la Unión Soviética el 25 de diciembre de 1991, día en el que oficialmente el gigantesco país euroasiático terminó su existencia como Estado.
Después de dejar el cargo de presidente soviético, continuó siendo parte de la vida política al frente del Partido Socialdemócrata de Rusia, aunque con escaso apoyo popular. Posteriormente, dedicó los últimos años de su vida a actividades sociales y literarias, aunque siempre siguió de cerca la realidad de su país y señaló en más de una oportunidad los problemas de la democracia rusa bajo el comando de Vladimir Putin.