Las tensiones entre Washington y Pekín desatadas por la visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, se reafirmaron el viernes, cuando el gobierno de China anunció que impondrá sanciones a la dirigente estadounidense. Según informó Pekín en un comunicado, las sanciones a Pelosi se decidieron por “hacer caso omiso de la preocupación y la firme oposición” de China a su viaje y por “socavar la soberanía y la integridad territorial” del país. Para Pekín, la visita significó una violación del “principio de ‘una sola China’ que rige el país” y supuso “una amenaza para la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán”.
China anunció también la suspensión de la cooperación en materia judicial, de cambio climático, lucha contra delitos transnacionales y cooperación para repatriación de inmigrantes ilegales entre ambos países, informaron las agencias Efe y Europa Press. Del mismo modo, Pekín suspendió llamadas telefónicas que estaban previstas en materia de seguridad y asuntos militares con altos cargos estadounidenses. Estaba agendada una reunión de trabajo entre representantes de los ministerios de Defensa de los dos países y un encuentro del Mecanismo de Consulta de Seguridad Militar Marítima de China y Estados Unidos.
El coordinador de Comunicaciones del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, John Kirby, manifestó que la Casa Blanca quiere mantener las líneas de comunicación abiertas con China y llamó a ese país a que intente hacerlo. A su vez, calificó de “irresponsable” que China, el “mayor emisor”, deje de cooperar en asuntos como la crisis climática.
Desde el jueves, en respuesta al viaje de Pelosi, China desplegó maniobras militares con fuego real y lanzamiento de misiles de largo alcance en torno a Taiwán. Estas maniobras continuarán hasta el domingo. Además, suspendió la importación de productos de la isla, lo que en los hechos funciona como una sanción económica.
Otra consecuencia de las tensiones desatadas por la visita son sucesivas convocatorias a embajadores. Según citó The Washington Post, Kirby dijo que Estados Unidos convocó el jueves al embajador de China en Washington, Qin Gang, “para protestar por las acciones de provocación de la República Popular China”, en referencia a las maniobras militares.
También Antony Blinken, el secretario de Estado estadounidense, dijo que los ejercicios militares son “acciones provocativas”. “China ha elegido sobreactuar. No hay justificación para esta respuesta extrema y desproporcionada”, agregó. Algo semejante manifestó un comunicado del G7 al que adhirieron la Unión Europea, Japón y Canadá, en el que se pide a China que no use la visita de Pelosi “como pretexto para incrementar su actividad militar provocadora” en el estrecho de Taiwán.
En respuesta, China convocó a embajadores de la Unión Europea, Japón y Canadá. Al convocar al embajador japonés, Terry Hideo, el subsecretario de Relaciones Exteriores de China, Deng Li, señaló en un comunicado que Taiwán es parte “inalienable del territorio chino”, por lo que las cuestiones relacionadas con la isla “forman parte de los asuntos internos” del país. “Para salvaguardar la soberanía e integridad territorial de China se han tomado contramedidas razonables, legítimas y justificables”, dijo.