Autoridades de Rusia y Ucrania intercambiaron nuevas acusaciones de haber efectuado durante el fin de semana bombardeos sobre el área alrededor de la planta nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, que pocos días después del comienzo de la invasión de las tropas del Kremlin a Ucrania quedó en manos rusas.
En un comunicado citado por agencias internacionales, la compañía nuclear estatal ucraniana, Energoatom, acusó a Rusia de haber “bombardeado repetidamente” el sitio de la planta durante el último día. Paralelamente, desde el Ministerio de Defensa de Rusia se afirmó que las tropas de Ucrania “bombardearon el territorio de la estación tres veces”. Pese a las posiciones contrapuestas, tanto el Ministerio de Defensa ruso como la operadora estatal energética ucraniana confirmaron este domingo la total normalidad en los niveles de radiación de la planta nuclear de Zaporiyia.
“En estos momentos, personal técnico supervisa a tiempo completo el estado técnico de la central nuclear y asegura su funcionamiento”, ha hecho saber el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado recogido por la agencia TASS. Además, agregó que “la situación de radiación en el área de la central nuclear sigue siendo normal”.
Pero la situación en torno a la planta es un enorme foco de tensión, por lo que la entidad de control nuclear de la Organización de las Naciones Unidas, el Organismo Internacional de Energía Atómica, está tratando de negociar el acceso a la planta para una misión de inspección urgente “para ayudar a estabilizar la situación de seguridad y protección nuclear en el lugar”.
El máximo responsable de Energoatom, Petro Kotin, dijo en declaraciones al diario inglés The Guardian que la visita se podría concretar antes de fin de mes, pero la ministra de Energía de Ucrania, Lana Zerkal, se mostró más escéptica y es una entrevista radial dijo que no estaba convencida de que Rusia estuviera negociando de buena fe.
Mientras transcurre el verano boreal y la detención de la guerra por ahora no parece ni siquiera medianamente cercana, muchos gobiernos europeos están muy preocupados por la situación energética.
En este sentido, el canciller austríaco, Karl Nehammer, llamó a la Unión Europea (UE) a “disociar el precio de la electricidad del precio del gas” para hacerlo bajar y aseguró que el tema será discutido por los países en un encuentro que se realizará en los próximos días.
“Debemos parar esta locura que afecta a los mercados de la energía”, expresó Nehammer, y dijo que esto únicamente sería posible en un marco europeo y no solamente tomando medidas a nivel local.
Otros gobernantes ya habían expresado su preocupación por el tema en las últimas horas, como el primer ministro de Bélgica, Alexander de Croo, y también su par checo, Petr Fiala, cuyo país está ocupando en estos momentos la presidencia de la UE y planteará una acción conjunta para contener la suba de las tarifas.
En otro plano, hablando de la situación global más a largo plazo, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, dijo que Occidente está tratando de ignorar los procesos históricos objetivos y que pueden retrasar la formación de un mundo multipolar pero nunca lo detendrán. En una entrevista con el canal de televisión Zvezda, el alto jerarca ruso expresó: “Lamentablemente, nuestros socios occidentales cedieron las riendas del poder a Estados Unidos, buscando ignorar procesos históricos objetivos, que pueden ralentizar la formación de un mundo multipolar pero que nunca podrán detenerlo”.