En un informe publicado este martes, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), entidad dependiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dedicada a las cuestiones sobre la energía nuclear, reclamó el establecimiento de una “zona de seguridad” en los alrededores de la central de Zaporiyia, ubicada en la ciudad de Energodar, en el sur del territorio ucraniano.
Poco después del comienzo de la invasión rusa a Ucrania las tropas de Moscú tomaron el control de la planta, que sigue en marcha con el trabajo de operarios ucranianos. Desde hace semanas el lugar fue blanco de ataques, sobre los cuales las partes se acusan mutuamente, lo cual generó la inquietud internacional que motivó que la semana pasada un equipo de expertos del OIEA y su director general, el argentino Rafael Grossi, realizaran una visita a la planta –la más grande de Europa– para verificar de primera mano el estado en el que se encuentra. Luego de la visita, dos integrantes de la comisión permanecieron en la planta para seguir controlando la situación.
En el documento publicado el martes el OIEA señaló que la “situación es insostenible” en la central y llamó a tomar medidas como “el establecimiento de una zona de seguridad nuclear y de protección”.
“Los bombardeos en el lugar y en los alrededores deben cesar inmediatamente para evitar más daños en las instalaciones”, remarcó en el documento el organismo, que se mostró “dispuesto a iniciar consultas” con representantes de ambas partes. En el documento el OIEA también señaló las “condiciones extremadamente estresantes” en las que se está desempeñando el personal ucraniano, bajo control de las tropas rusas.
El Ministerio de Defensa ruso acusó este martes al Ejército ucraniano de hacer nuevos bombardeos contra la central. “En las últimas 24 horas las fuerzas armadas ucranianas han disparado 15 veces con artillería contra la ciudad de Energodar y el territorio de la central nuclear de Zaporiyia”, dijo el Ministerio de Defensa ruso en una publicación en su cuenta de Telegram. Según el informe, tres misiles cayeron en el predio de la central, uno de los cuales explotó cerca de los tanques de almacenamiento de agua próximos al segundo reactor.
“La radiactividad en el emplazamiento de la central nuclear de Zaporiyia está dentro de las normas”, indicó el Ministerio, según recogieron las agencias de noticias AFP y Sputnik.
Vladimir Rogov, responsable de la administración ocupante rusa en la región, dijo que los disparos dañaron una línea eléctrica, lo que provocó la reducción de la capacidad del sexto reactor, el último en funcionamiento. Estas nuevas denuncias ocurrieron casi al mismo tiempo que se producía la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, en la que Grossi detalló los hallazgos del OIEA relevados en su informe.
Durante esta sesión, el secretario general de la ONU, el portugués António Guterres, destacó que “cualquier daño, intencionado o no, a la mayor central nuclear de Europa en Zaporiyia, o a cualquier otra instalación nuclear en Ucrania, podría suponer una catástrofe, no sólo para las inmediaciones, sino para la región y más allá”.
Según consignó el portal oficial de la ONU, Guterres reiteró la necesidad de tomar “todas las medidas necesarias para evitar esa situación” y apeló “al sentido común y a la cooperación” como el “camino a seguir”, ya que “cualquier acción que ponga en peligro la integridad física, la seguridad o la protección de la central nuclear es inaceptable”.