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Integrantes de pueblos indígenas realizan un ritual previo a que el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, hable en el Campamento Indígena Terra Livre en Brasilia.

Foto: Carl de Souza, AFP

Lula retomó el viernes la demarcación de territorios indígenas, suspendida durante el gobierno de Bolsonaro

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Miles de integrantes de los pueblos originarios acamparon durante la semana en Brasilia para llevar a los poderes públicos sus reclamos.

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Leído por Mathías Buela.
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Desde el lunes hasta el viernes, miles de indígenas acamparon en Brasilia en defensa de sus derechos y en reclamo de que el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva retomara el proceso de demarcación de tierras ancestrales. Unas 6.000 personas mantuvieron, como lo hacen cada año desde 2004, el campamento conocido como Tierra Libre en la Explanada de los Ministerios, donde se encuentran las sedes de los tres poderes del Estado. “El futuro indígena es hoy. Sin demarcación no hay democracia”, fue la consigna adoptada este año por la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil, que impulsa el campamento.

Actualmente hay unos 200 territorios pendientes de ser demarcados como tierras indígenas, informó la agencia Efe. También hay en Brasil más de 600 tierras indígenas que ocupan 14% del territorio del país, la mayoría de las cuales se encuentra en la Amazonia.

A las tierras indígenas delimitadas como tales se sumaron el viernes otras seis. “Hoy tengo la alegría de firmar la homologación de seis territorios indígenas. La lucha por la demarcación de los pueblos indígenas es una lucha por el respeto, derechos y protección de nuestra naturaleza y país”, dijo este viernes Lula. La firma para homologar esos territorios tuvo lugar en el campamento establecido en Brasilia, al que asistió Lula con varios de sus ministros, entre ellos la de Medio Ambiente, Marina Silva, y la de los Pueblos Indígenas, Sônia Guajajara.

Las seis nuevas áreas delimitadas se encuentran en los estados de Acre, Alagoas, Rio Grande do Sul, Ceará, Goiás y Amazonas, y en total viven allí más de 3.700 personas. El mayor territorio, Kariri-Xocó, en Alagoas, tiene 2.300 habitantes, mientras que el menor, Avá-Canoneiro, en Goiás, tiene sólo nueve. Las seis tierras, que suman unas 560.000 hectáreas, forman parte de una lista de 14 territorios cuya homologación estaba pendiente pese a haber cumplido con los requisitos previos.

“Yo quiero no dejar ninguna tierra indígena sin ser demarcada en este mandato de cuatro años. Ese es un compromiso que tengo y que hice con ustedes antes de la campaña. Lo que queremos es que al terminar nuestro mandato los indígenas brasileños estén siendo tratados con la dignidad que todo ser humano merece”, dijo Lula, según citó Folha de São Paulo.

“Vamos a tener que trabajar mucho para que podamos hacer la demarcación del mayor número posible de tierras indígenas, no sólo porque es un derecho de ustedes, sino porque, si queremos llegar a 2030 con deforestación cero en la Amazonia, vamos a precisar de ustedes como guardianes de la selva”, agregó el presidente brasileño, de acuerdo con Agência Brasil.

A su vez, Guajajara afirmó: “El acto de hoy es apenas el comienzo de este proceso de retomar las demarcaciones. Sabemos de su compromiso de, a lo largo de este año y de los próximos de nuestro gobierno, garantir que las demarcaciones sean concretadas y que las tierras estén en posesión de sus respectivos pueblos”.

La ministra, además, denunció la actividad minera en la Amazonia y dijo que eso llevó a la “tragedia” de los yanomamis, en cuyas tierras se hallaron cientos de indígenas con cuadros de desnutrición y se encontró que su agua estaba contaminada por mercurio, metal utilizado en la minería.

También se refirió a conflictos por la tierra en el sur de Mato Grosso entre productores rurales y pobladores indígenas. “Es una situación muy grave desde hace mucho tiempo, es una tensión entre los pobladores y los agricultores. Hay mucho territorio ocupado y los indígenas luchan por recuperar su espacio, lo que ha creado un conflicto”, explicó. Dijo que se propuso crear un comité, integrado por varios ministerios y el gobierno local, que funcione como ámbito de diálogo en busca de una solución.

Por su parte, los manifestantes indígenas han puesto el énfasis en la necesidad de demarcar territorios. “La mayor demanda de los pueblos indígenas es para el Poder Ejecutivo, y es la reivindicación de las demarcaciones. No podemos dejar de lado esa demanda. Queremos que se destraben [los procesos], que nuestros territorios vuelvan a ser demarcados”, dijo el miércoles el coordinador ejecutivo de la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil, Dinamam Tuxá. Recordó además que en los últimos cuatro años ninguna nueva área fue reconocida como indígena en el país, pese a que había procesos de ese tipo en curso.

Tuxá dijo además que las tierras indígenas son las áreas con biodiversidad y vegetación más preservadas, porque son protegidas por los pueblos originarios. “No existe solución para la crisis climática sin los pueblos indígenas y la demarcación plena de nuestras tierras”, agregó.

El proceso de demarcación, que está establecido en la Constitución, fue detenido por el gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro, que promovió políticas de explotación de la Amazonia. De esas iniciativas de Bolsonaro, varias de las cuales liberan la actividad minera en ciertos territorios, algunas están a consideración del Congreso. Contra esos proyectos se manifestaron esta semana los indígenas que acamparon en Brasilia.

Otros reclamos

También enmarcada en esta movilización, fue inaugurada en la Cámara de Diputados una nueva bancada interpartidaria en el Parlamento de Brasil. Así como existen bancadas que defienden los intereses del agronegocio o las posiciones de iglesias evangélicas, existirá ahora el denominado Frente Parlamentario Mixto en Defensa de los Derechos de los Pueblos Indígenas. La iniciativa fue anunciada a comienzos de abril y tiene como líderes a la diputada Célia Xakriabá, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), y al senador Randolfe Rodrigues, del Partido Rede. “Hoy más que un día de celebración es un día de victoria y de lucha”, dijo Xakriabá, que recordó que en las últimas elecciones los brasileños eligieron la mayor bancada indígena, con cinco parlamentarios que se declaran como tales.

Por otra parte, los manifestantes que acampan en Brasilia denunciaron en su movilización la violencia contra los pueblos indígenas. Según informó Agência Brasil, el servicio telefónico Disque 100, que recibe denuncias sobre violaciones a los derechos humanos, registró 430 denuncias de violaciones cometidas contra pueblos indígenas presentadas desde enero hasta marzo. Así lo relevó el Ministerio de Derechos Humanos y de la Ciudadanía.

La mayoría de las denuncias recibidas aluden a la falta de asistencia médica, la situación de escuelas, la ausencia de transporte y la violencia contra líderes indígenas relacionadas con conflictos por tierras. “Algunos líderes se sienten amenazados. Tenemos que fortalecer los programas de protección ejecutados por el Ministerio de los Derechos Humanos, en conjunto con los gobiernos de los estados”, dijo el defensor del Pueblo del Ministerio de los Derechos Humanos y de la Ciudadanía, Bruno Renato Teixeira. Informó además que la mayoría de las 430 denuncias recibidas por el servicio Disque 100 fueron relatadas de forma personal.

Para ampliar esas denuncias y recolectar nuevos datos, esta semana esa cartera agendó varias reuniones con las personas que están acampando en Brasilia. En esas “escuchas activas” los indígenas pidieron protección para sus dirigentes.

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