La cumbre celebrada esta semana entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) dejó un foco de tensiones diplomáticas en su texto final.
Allí se mencionó la existencia de una disputa territorial sobre las Islas Malvinas, o Falkland para los británicos, que gobiernan este territorio desde 1833. El documento menciona las islas con sus dos nombres, lo que fue calificado por el primer ministro británico, Rishi Sunak, como una “lamentable elección de palabras”.
La diplomacia de Reino Unido pidió a la UE que aclarara su posición acerca de las islas. Según informó el periódico británico The Guardian, en respuesta a ese pedido, un portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior, la diplomacia del bloque, manifestó que la UE no cambió su posición al respecto.
El vocero, Peter Stano, aclaró que “la UE no está en situación de expresar una posición sobre las Falkland/Islas Malvinas, porque no hay ningún debate en el Consejo sobre este asunto”.
En la declaración conjunta se afirma que, “en cuanto a la cuestión de la soberanía sobre las Islas Malvinas/Falkland Islands, la UE tomó nota de la posición histórica de la Celac basada en la importancia del diálogo y el respeto al derecho internacional en la solución pacífica de controversias”. Los países de la UE y la Celac reafirmaron, además, su “adhesión fundamental a todos los fines y principios de la Carta de las Naciones Unidas, en particular la igualdad soberana de todos los estados y el respeto de su integridad territorial y su independencia política, así como la solución de controversias por medios pacíficos y de conformidad con los principios de justicia y de derecho internacional”.
Un vocero del gobierno británico dio la bienvenida a la aclaración de que no hubo cambios de postura, y dijo que “el punto de vista del primer ministro es que habría sido enteramente inaceptable que la UE cuestionara el derecho de los habitantes de las Falkland a decidir su propio futuro”. Agregó: “Para dejarlo claro, las Islas Falkland son británicas, esa fue la elección de los propios isleños”. El vocero recordó que, en 2013, en un referéndum, el 99,8% de los habitantes de las islas votaron a favor de mantener el estatus de territorio de ultramar británico.
En el mismo sentido, el canciller británico, James Cleverly, dijo en Twitter que “los habitantes de las Islas Malvinas tienen derecho a elegir su propio futuro” y que tanto Argentina como la UE deberían “escuchar su elección democrática”.
En respuesta, el ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Santiago Cafiero, le dirigió a Cleverly un mensaje en la misma red social, en el que dijo que “Reino Unido viola la integridad territorial de Argentina desde hace 190 años” y que, “conforme a la Resolución 1514 de la Asamblea General de Naciones Unidas, la autodeterminación no resulta aplicable a los habitantes de Malvinas”.
Según citó el diario La Nación, Cafiero agregó que “el pretendido ‘referéndum’ que invoca no tiene valor para el derecho internacional ni modifica lo estipulado por las más de 50 resoluciones de Naciones Unidas, ni la obligación de Reino Unido de poner fin al colonialismo en todas sus formas y resolver la disputa pacíficamente”.
El canciller le reiteró a Reino Unido la propuesta argentina de retomar el proceso formal de negociaciones sobre las islas.
“Malvinas es una causa nacional”, tuiteó a su vez el presidente argentino, Alberto Fernández. “Hemos dado un paso más, una victoria diplomática histórica: un pueblo entero ha llevado Malvinas a una declaración birregional”, agregó el mandatario.