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Karin Herrera, candidata a vicepresidenta y Bernardo Arévalo, candidato presidencial del partido Semilla durante el acto de cierre de campaña en Ciudad de Guatemala.

Foto: Luis Acosta, AFP

La segunda vuelta electoral en Guatemala enfrenta al progresista Bernardo Arévalo y la conservadora Sandra Torres

4 minutos de lectura
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El apoyo al líder del Movimiento Semilla se multiplicó en las encuestas desde las elecciones de junio, pese a las acusaciones de la Fiscalía contra esa organización política.

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Leído por Mathías Buela.
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Desde que Bernardo Arévalo, el candidato del progresista Movimiento Semilla, dio la sorpresa y pasó a la segunda vuelta electoral en Guatemala, los intentos de la Fiscalía de tirar abajo su candidatura fueron reiterados. Entre acusaciones de que se habían falsificado firmas que habilitaron la inscripción del movimiento, en 2017, fue allanada la sede de esa organización política y la Justicia llegó a suspender su personería jurídica. Finalmente la decisión fue revertida. Aunque el caso sigue abierto, la candidatura de Arévalo logró mantenerse en pie y el dirigente se enfrentará el domingo en las urnas a la líder de Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), Sandra Torres.

La crisis política generada por las acusaciones de la Fiscalía condujo a pronunciamientos internacionales y llamados a respetar el voto de los guatemaltecos, y motivó que el secretario general de la Organización de los Estados Americanos, Luis Almagro, realizara una visita de inspección al país para conocer la situación. Después de ese viaje, a comienzos de agosto, Almagro transmitió el compromiso del gobierno de Guatemala de respetar los resultados de las elecciones de este domingo y entregar el poder al ganador. El titular de la OEA lamentó que los comicios hayan estado “judicializados desde un principio”, con acciones dirigidas “a un solo partido”.

Su visita también generó polémica, porque el fiscal que acusó a Semilla de irregularidades, Rafael Curruchiche –que integra una lista del Departamento de Estado de Estados Unidos de “actores corruptos y antidemocráticos”, acusado de crear falsos casos contra autoridades–, le mostró a Almagro la documentación que tiene en su poder contra el movimiento político. Los abogados de Semilla cuestionaron que se le brindara esa información al titular de la OEA porque el caso todavía se encuentra bajo secreto judicial y ni siquiera ellos han tenido acceso a esos documentos, según manifestaron.

Es en ese contexto que Torres y Arévalo llegan el domingo a la segunda vuelta electoral. Los dos dirigentes obtuvieron escaso apoyo en las elecciones de junio, en las que el voto se dividió en numerosas candidaturas: Torres reunió 15,86% de los votos y Arévalo, 11,77%. Los votos anulados fueron más que los recibidos por cada uno de los candidatos, 17%.

Sin embargo, para las elecciones del domingo las encuestas atribuyen a Arévalo un fuerte respaldo. “El pueblo está abriendo los ojos y diciendo que ya no estamos dispuestos a vivir bajo la bota de la corrupción”, dijo el dirigente, que acusó al oficialismo encabezado por el presidente Alejandro Giammattei y a otros partidos políticos de haber construido durante “20 años o 30 años” una “estructura y andamiaje del Estado y de estafa del dinero público”.

Distintos perfiles

Torres ha hecho campaña confrontando con Arévalo. “Del otro candidato me diferencian la experiencia, el conocimiento del país y mi rechazo hacia la promoción de la ideología de género y el aborto”, dijo la líder de UNE en la red social X. “Las familias están amenazadas por la ideología de género, yo defiendo la familia natural; la unión del hombre y la mujer y la educación de los niños con principios y valores”, agregó. Tiempo atrás, en un video publicado en Facebook manifestó su posición sobre el matrimonio igualitario: “Yo respeto pero no lo comparto. Y la Biblia dice ‘Adán y Eva’, y no ‘Adán y Esteban’”.

Mientras Semilla declara su “respeto profundo a la diversidad sexual, a la comunidad LGTBI y a las diferentes formas de vida producto de las decisiones inalienables de cada grupo o individuo”, Torres advierte: “Que no se metan con las familias guatemaltecas, que no se meta el señor Arévalo y el partido político Semilla con nuestras tradiciones, [...] con nuestros niños”.

Medios de Guatemala coinciden en que la candidata, que en el pasado tuvo un perfil más cercano a la socialdemocracia, cuando gobernó su exesposo Álvaro Colom, ya fallecido, dio en los últimos años un giro en sus posturas políticas para representar a los sectores más conservadores. Su candidatura –que también estuvo presente en las segundas vueltas de 2015 y 2019, aunque no logró ganar la presidencia– es vista como una continuidad de la actual administración de derecha.

En materia de seguridad pública, la dirigente de UNE propone sacar el Ejército a las calles para que acompañe a la Policía en sus tareas y defiende que los presos trabajen para pagar su alimentación, informó el medio digital Plaza Pública. A los empresarios les dice que protegerá sus intereses y “los dejará trabajar”, algo que asegura que no hará Arévalo.

Una de sus últimas acciones de la campaña electoral, en la que ha prometido ayudas sociales para distintos sectores, fue un acuerdo con la Asociación de Veteranos Militares para aumentar el bono económico que reciben. Torres se comprometió a incluir en el cobro de ese bono a 5.000 viudas y cambiar las condiciones para que también unos 70.000 exmilitares puedan acceder al pago, que ya cubre a otros 33.000, informó el periódico Prensa Libre. A esa iniciativa sumó otros beneficios para el sector. A cambio, les pidió a los militares que convenzan a su entorno de votar por ella y así “defender al país de la agenda extranjera y a favor” de la diversidad sexual.

La Asociación de Veteranos Militares con la que pactó Torres incluye integrantes acusados de delitos de corrupción y crímenes de lesa humanidad cometidos durante el conflicto interno que atravesó Guatemala desde 1960 a 1996.

Por su parte, el Movimiento Semilla y la candidatura de Arévalo surgieron a partir de las protestas que se extendieron en Guatemala en 2015 contra la corrupción y las políticas continuistas del gobierno de entonces. La campaña de Arévalo, un académico que se volcó a la política y fue electo diputado en 2020, se concentra en el compromiso de terminar con la corrupción y mejorar el papel del Estado y la inversión pública en políticas de salud, educación e infraestructura.

En su último acto antes de la segunda vuelta, el dirigente dijo que en esta campaña, “tristemente”, la “mentira se ha hecho protagonista”. Afirmó que la desinformación proviene de aquellos que no quieren un cambio en Guatemala y que “tienen como principal vocera” a su “contendiente”. Agregó que los “políticos corruptos” quieren “engañar para que el pueblo elija mal el domingo”, pero concluyó que “la buena noticia es que el pueblo de Guatemala no les cree”.

Desde la primera vuelta, la candidatura de Arévalo aumenta su apoyo en los sondeos. Llegó a medir 61% de los votos válidos en una encuesta divulgada el miércoles y realizada por la consultora CID Gallup para la organización Fundación Libertad y Desarrollo. El estudio concluye también que sólo 51% de los ciudadanos tiene previsto ir a votar, mientras que 19% duda al respecto y 12% ya tiene decidido que no votará.

Si se toman en cuenta todos los votos, no sólo los válidos, el sondeo concluye que Arévalo cuenta con un respaldo de 43% y Torres con 28%, mientras que 22% de los consultados no tiene previsto apoyar a ninguno de los dos candidatos y 7% anulará su voto. Otra encuesta, de la firma Prodatos para el diario Prensa Libre y el canal Guatevisión, atribuye a Arévalo 53,6% de intención de voto frente al 29% a Torres y al 17,4% de voto anulado o en blanco.

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