“Creo que no encontramos un adjetivo para señalar la gravedad de estos hechos”, dijo el viernes el ministro del Supremo Tribunal Federal de Brasil Gilmar Mendes, en referencia a las acusaciones que pesan sobre el expresidente Jair Bolsonaro. “Me parece que hay elementos sustanciales para una valoración penal del tema”, manifestó a CNN Brasil.
Según una investigación de la Policía Federal de Brasil, en 2022 Bolsonaro tuvo un papel activo en un intento de golpe de Estado para evitar que el entonces presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva asumiera ese cargo. La trama golpista incluía también un plan para asesinar a Lula, al vicepresidente electo, Geraldo Alckmin, y a uno de los ministros del Supremo Tribunal Federal Alexandre de Moraes.
“En mi opinión, hay datos sustanciales de involucramiento de personas de altos escalafones del gobierno, también de la alta jerarquía militar, tal como ustedes [la prensa] han informado”, agregó Mendes. Sin embargo, previó que las actuaciones para avanzar en el caso serán dispuestas recién a comienzos de 2025, por el receso de verano.
Bolsonaro, que niega haber impulsado un golpe de Estado, dijo el jueves al portal UOL que si la Justicia ordena su detención se estaría cometiendo una “arbitrariedad” y sugirió la posibilidad de pedir asilo político en una embajada. “Por lo que veo en la historia del mundo, quien se ve perseguido puede ir para allá [a una embajada]”, dijo.
En febrero Bolsonaro, que ya enfrentaba diversas acusaciones, llegó a alojarse un par de días en la embajada de Hungría, país que gobierna su aliado Viktor Orbán, también ultraderechista. Sin embargo, la revista Carta Capital señaló que si el expresidente pidiera asilo político bajo el argumento de que es perseguido en Brasil, las autoridades húngaras deberán responder al pedido conforme a las reglas de la Unión Europea, de la que forma parte ese país.
Según informó el viernes UOL, algunos aliados del expresidente de ultraderecha intentan instalar en el exterior el relato de que Bolsonaro es perseguido políticamente por un gobierno ilegítimo o autoritario. Lo hacen en foros internacionales y también mediante la difusión de noticias falsas. En ese relato, comparan al expresidente de Brasil con dirigentes de la oposición venezolana como María Corina Machado.
En esta comparación entre Brasil y Venezuela, el diputado Eduardo Bolsonaro intenta arrojar dudas sobre el resultado de las elecciones de 2022 en su país e instalar la idea de que deberían ser cuestionadas como las venezolanas, en las que se anunció un resultado favorable al oficialismo pero no se divulgaron las actas electorales como estaba previsto. En Brasil no ocurrió nada similar.
Los seguidores de Bolsonaro, de acuerdo con el portal, aspiran a que Donald Trump, una vez que asuma la presidencia de Estados Unidos, ejerza presiones sobre Brasil para evitar que el expresidente y sus seguidores enfrenten a la Justicia.
El viernes, Bolsonaro pidió en una conferencia de prensa a Alexandre de Moraes y a Lula que dispongan una amnistía para quienes están presos por el asalto a los tres poderes del 8 de enero de 2023. Ese día una multitud de bolsonaristas destruyeron las sedes del Congreso, el Poder Ejecutivo y el Supremo Tribunal Federal reclamando un golpe de Estado.
De acuerdo con el portal Metrópoles, Bolsonaro llamó a “dejar el marcador en cero” y afirmó: “Para que podamos pacificar a Brasil, alguien tiene que ceder. ¿Quién tiene que ceder? El señor Alexandre de Moraes”. Según el expresidente, “si hubiera una palabra de Lula o de Alexandre de Moraes sobre la amnistía, todo se resolvería”.