Convocado de urgencia por el ataque sin precedentes con drones y misiles que lanzó en las primeras horas del domingo Irán contra Israel, el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sesionó en las últimas horas y fue en dicho contexto que el secretario general de la entidad, el portugués António Guterres, dijo que “Medio Oriente está al borde del abismo”.
Según informó la agencia Reuters, en la apertura de la sesión celebrada en la sede de la ONU en Nueva York, el diplomático lusitano expresó: “Medio Oriente está al borde del abismo. Los pueblos de la región se enfrentan al peligro real de un conflicto devastador a gran escala. Ahora es el momento de calmar y reducir la tensión”.
Lo expresado por Guterres replica lo que antes habían manifestado otros líderes mundiales, que llamaron a las partes a rebajar las tensiones después de que Irán lanzara más de 300 cohetes y drones contra el territorio israelí.
La acción iraní, condenada de manera monolítica por las potencias occidentales, fue contenida por el sistema de defensa de Israel, que logró neutralizar el 99% de los dispositivos que le lanzaron, gracias a una maniobra en la que colaboraron activamente fuerzas de Estados Unidos, Reino Unido y también de Jordania, país árabe, vecino de Israel, que no tiene el menor interés en quedar en medio de una guerra.
El ataque, el primero de la historia llevado adelante directamente desde Irán a Israel, no causó muertos ni heridos, sino escasísimos daños materiales, pero tuvo una importancia simbólica muy grande.
Mientras prosiguen las acciones militares israelíes contra los palestinos en la Franja de Gaza, el ataque iraní –en respuesta al realizado por los israelíes el 1º de abril contra su consulado en Damasco en el que murieron siete personas, entre ellos dos integrantes de la Guardia Revolucionaria del gobierno teocrático de Teherán– subió la tensión aún más en la región, ante una eventual respuesta que podría tomar Israel.
Sobre este tema se expresó el presidente estadounidense Joe Biden, quien le dijo al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que su país no se unirá a un contraataque ofensivo contra Irán si Israel decide llevarlo a cabo.
De acuerdo a lo que informó el portal estadounidense Politico con base en declaraciones de funcionarios del gobierno, la administración de Biden está tratando de desactivar por todos los medios una confrontación armada total en la región. Pero no quedó claro si Netanyahu, que durante mucho tiempo señaló a Irán como el máximo enemigo de su país, escucharía las sugerencias de Washington, dadas las presiones políticas internas.
Por lo pronto este domingo se reunió el gabinete de guerra que preside Netanyahu y la reunión concluyó sin una declaración pública de los pasos que piensa dar el gobierno. Antes de este cónclave, el que había hablado fue el líder de la oposición israelí, Benny Gantz, quien integra el gabinete, que dijo que su país exigirá un precio a Irán en respuesta a su ataque. “Construiremos una coalición regional y exigiremos el precio a Irán en la forma y en el momento adecuado para nosotros”, expresó Gantz, informaron medios israelíes.
Desde Estados Unidos, Biden, el secretario de Estado, Antony Blinken, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, y otros jerarcas estadounidenses de alto rango condenaron el ataque iraní y prometieron un sólido apoyo a Israel. Pero incluso en estas declaraciones públicas dejaron claro que Washington no quiere una escalada.
Irán, por su parte, defendió su acción. El embajador de Irán y representante permanente ante las Naciones Unidas, Amir Saeed Iravani, enfatizó que la “operación militar de Teherán contra el régimen sionista fue legal”, y destacó que su país no busca una escalada o un conflicto en la región.
“Como miembro responsable de las Naciones Unidas, la República Islámica de Irán está comprometida con los propósitos y los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional, y reitera su posición constante de que no busca una escalada o un conflicto en la región”, expresó el funcionario del gobierno de Teherán en una carta enviada este domingo a António Guterres.
Al tiempo que se estudian posibles escenarios futuros, varios analistas coincidieron en que el ataque iraní a Israel estaba prácticamente pactado. Según expresaron fuentes diplomáticas de Turquía a El País de Madrid, el gobierno de Ankara ofició como mensajero entre los gobiernos de Washington y Teherán.
Luego de que Irán advirtiese que respondería al bombardeo israelí en Damasco, el secretario de Estado estadounidense conversó con el ministro turco de Exteriores, Hakan Fidan, para que transmitiese a Irán que su respuesta se debería producir “dentro de ciertos límites”.
Por su parte, Irán transmitió a Turquía, para que se lo hiciese llegar a Estados Unidos, que su operación sería únicamente una respuesta al ataque a su legación diplomática y que no iría más allá, según explicaron fuentes turcas.
“Antes del incidente [el ataque iraní a Israel] mantuvimos contactos con las autoridades de Irán y Estados Unidos y llamamos a la contención”, explicó el Ministerio de Exteriores de Turquía en un comunicado: “Los mensajes sobre lo que esperaba cada parte fueron transmitidos a través de nuestro país, y se tomaron las medidas oportunas para que la reacción [iraní] fuera proporcional”.
En el comunicado, Turquía subraya el riesgo de que la invasión israelí de Gaza se extienda: “El ataque de Israel a la embajada de Irán en Damasco, contrario a la legislación internacional, justificó nuestra preocupación”.
En la misma línea, las autoridades de Washington mantuvieron contactos indirectos con Irán a través de Turquía antes del ataque a Israel, según declaró un alto funcionario de la Casa Blanca este domingo a varios medios de comunicación, con la condición del anonimato. Esos contactos se establecieron también a través de la embajada de Suiza en Teherán, oficina que representa los intereses estadounidenses en territorio iraní.
En la acción defensiva de Israel contra el ataque iraní jugó un rol importante la Fuerza Aérea jordana, que interceptó y destruyó drones dirigidos hacia territorio israelí. Según fuentes oficiales de Amán, la capital de Jordania, citadas por Reuters, cazas del país árabe lograron identificar y destruir con éxito los drones antes de que pudieran alcanzar sus objetivos en Israel.
Esta acción dejó en claro dos temas relevantes: la capacidad de respuesta de Jordania ante amenazas regionales y la importancia estratégica de su relación con Israel, sobre todo teniendo en cuenta la tensión permanente que existe en Medio Oriente, acentuada actualmente por la guerra en Gaza.
Este domingo, el primer ministro de Jordania, Bisher Khasawneh, dijo que la escalada en la región conduciría a “caminos peligrosos”. En una reunión de gabinete a la que accedieron agencias internacionales, Khasawneh dijo: “Es necesario que todas las partes actúen responsablemente y ejerzan el máximo grado de autocontrol y no se dejen arrastrar hacia una escalada que sin duda tendrá consecuencias peligrosas”.
También desde Amán se informó que este domingo el rey jordano Abdullah habló telefónicamente con Joe Biden y le hizo saber que Jordania “no será un escenario para una guerra regional” y afirmó que cualquier “escalada por parte de Israel sólo ampliaría el círculo del conflicto”.
En el ámbito de la ONU, quien mostró su molestia con toda la situación fue el representante permanente de Rusia ante el organismo, Vasily Nebenzya, quien calificó la reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el ataque de represalia de Irán contra Israel como un desfile de hipocresía y doble rasero.
“Usted sabe muy bien que un ataque a una misión diplomática es un casus belli según el derecho internacional. Y si las misiones occidentales fueran atacadas, no dudaría en tomar represalias y demostrar su caso en esta sala. Porque, para usted, todo lo que concierne a las misiones occidentales y los ciudadanos occidentales es sagrado y debe ser protegido”, expresó el representante del gobierno de Moscú durante el encuentro. “Hoy, el Consejo de Seguridad es testigo de tal desfile de hipocresía y doble rasero occidental que resulta incluso algo incómodo de observar”, afirmó Nebenzya.