El gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, afirmó en una conferencia de prensa que brindó este domingo que “no es momento de buscar culpables” por la magnitud de los daños y las pérdidas causadas por las inundaciones que están afectando a la mayor parte del estado más sureño de Brasil. Leite, integrante del centroderechista Partido de la Social Democracia Brasileña, realizó estas declaraciones junto con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva y legisladores de varios sectores.
“No es momento de buscar culpables, no es momento de transferir responsabilidades. Habrá que trabajar a la altura que exige el momento histórico”, dijo el gobernador, informó la revista Carta Capital. En los últimos días, Leite viene siendo fuertemente cuestionado por haber destinado pocos fondos a la Defensa Civil y a la lucha contra el cambio climático.
En su contacto con los medios, el gobernador de Rio Grande do Sul reiteró que el estado está padeciendo la mayor catástrofe climática de la historia. Leite advirtió además sobre el riesgo de desabastecimiento y colapso en varias zonas del estado debido al cierre del aeropuerto Salgado Filho de Porto Alegre y a las carreteras que están bloqueadas y, en algunos casos, destruidas.
El jerarca expresó que, en este momento, la prioridad es el rescate de las personas que se encuentran completamente aisladas en muchos puntos del territorio gaúcho, que tiene 281.748 kilómetros cuadrados de extensión.
Otra preocupación mencionada por Leite es la reanudación de las actividades industriales en el estado, que tiene la cuarta economía del país detrás de San Pablo, Río de Janeiro y Minas Gerais. El sábado, Leite había dicho que el estado necesitará un “Plan Marshall” para reconstruir las ciudades que fueron afectadas por las lluvias torrenciales.
La ciudad de Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul, también está en una situación caótica por el crecimiento histórico del río Guaíba y otras corrientes fluviales adyacentes.
El alcalde portoalegrense, Sebastião Melo, miembro del derechista Movimiento Democrático Brasileño, dijo en declaraciones al diario local Zero Hora que Porto Alegre corre el riesgo de un “colapso total” debido a la falta de suministro de agua y electricidad.
Melo recomendó que quienes tengan casa en la costa del estado emigren hacia allí de manera temporal, a la vez que anunció que no habrá clases en los centros educativos de la ciudad al menos hasta el miércoles.
Las fuertes lluvias que azotan Rio Grande do Sul de manera incesante desde la semana pasada afectaron a más de 780.700 personas y dejaron hasta el momento 75 muertes confirmadas, según el último boletín de la Defensa Civil.
De los 497 municipios del estado, 334 fueron afectados por las fuertes lluvias, que ya obligaron a casi 96.000 personas a abandonar sus casas y dejaron a cerca de 105.000 sin hogar.
La gravedad de la situación llevó a que el presidente Lula retornara este domingo a Rio Grande do Sul, desde donde anunció que la reconstrucción de las carreteras contará con el apoyo del gobierno federal, que además está dando apoyo a todo nivel, en tareas de rescate y apoyo a las víctimas.
Ante representantes de los tres poderes del Estado, Lula afirmó que los fondos para el estado están garantizados y prometió reducir la burocracia en las obras.
“Sé que el estado tiene una situación financiera difícil, sé que hay muchas carreteras con problemas. Quiero decir que el gobierno federal, a través del Ministerio de Transportes, les ayudará a recuperar las carreteras estatales”, dijo Lula en un discurso, después de sobrevolar la región metropolitana de Porto Alegre, acompañado por el presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, el del Senado, Rodrigo Pacheco, y el ministro Edson Fachin, integrante del Supremo Tribunal Federal.