El presidente argentino, Javier Milei, clausuró este domingo la Conferencia de Acción Política Conservadora (CAPC), un encuentro de ultraderechistas que transcurrió durante el fin de semana en Camboriú, Brasil. Milei dio un discurso teórico sobre los males del socialismo y no hizo ninguna mención a su par de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, informó Efe.
El miércoles, la secretaria para América Latina y el Caribe de la cancillería brasileña, Gisela Padovan, aseguró que su gobierno no fue informado de la visita del presidente argentino. Y, ese mismo día, el vocero del gobierno argentino, Manuel Adorni, informó que Milei no asistiría a la cumbre del Mercosur este lunes, en Asunción, por razones de agenda.
Ante un auditorio con unas 3.500 personas que celebró sus palabras y en el que estaban, además del expresidente de Brasil Jair Bolsonaro, los gobernadores de los estados de San Pablo, Tarcísio de Freitas, y de Santa Catarina, Jorginho Mello, el ministro de Justicia de El Salvador, Gustavo Villatoro, y el excandidato a la presidencia de Chile Antonio Kast, Milei habló de la “receta económica y cultural del socialismo en América Latina”. “Ellos están equivocados y nosotros tenemos razón”, agregó, y sostuvo que “se está librando la batalla por el destino de la Argentina desde que asumimos la presidencia”. “Si analizamos los distintos casos de gobiernos socialistas o de izquierda en América Latina en los últimos 20 años, encontrarán seguramente una serie de denominadores comunes que aparecen en conjunto y que constituyen una verdadera receta del desastre, tanto en lo económico, en lo social, en lo político y en lo cultural, porque hay una relación de causalidad entre todos estos elementos y no es una mera coincidencia”, expresó el presidente argentino.
Milei dijo que los socialistas “comienzan con un período de bonanza económica en un contexto de cuentas públicas ordenadas y precios internacionales de commodities altos. En este primer momento la economía crece, la sociedad gana en poder adquisitivo, el Estado recauda y el Banco Central acumula reservas. Pero los gobiernos socialistas se enamoran de la popularidad generada por la bonanza que heredaron, se asustan de que no vayan a ser eternas y aumentan indiscriminadamente el gasto público para sostenerla. ¿Cómo lo hacen? Subsidiando tarifas y servicios públicos, aumentando el empleo público y repartiendo, lo cual etiquetan como inclusión social. Cuando la plata se acaba, empiezan a aumentar los impuestos para recaudar más, a costo de contraer la actividad económica y destruir la inversión. A medida que avanza el tiempo, van consumiendo los stocks para solventar una bonanza ficticia que lo único que hace es hipotecar el futuro. El stock se va acabando hasta que en un punto deben recurrir al endeudamiento. Nunca resuelven el problema de fondo, que es el círculo vicioso de expansión del gasto público y el consecuente déficit fiscal”, afirmó.
El presidente argentino dijo que los opositores a su gobierno recurrieron a la violencia y al sabotaje para “impedir los cambios que reclama la sociedad”, y que boicotearon sus iniciativas con huelgas que paralizaron el país. Destacó que las reformas impulsadas para transformar el Estado, la economía y la legislación laboral son las mayores en la historia de Argentina y cinco veces por encima de las impulsadas por el presidente Carlos Menem. “Vamos a salir de la miseria les guste o no a los socialistas. Avanzaremos con su apoyo o sin su apoyo y pese a que han movido cielo y tierra para boicotearnos. No pasarán. No lo lograrán. Vamos a sacar al país adelante”, aseguró, y agregó que “soplan vientos de cambio en el mundo” y que “la gente ya sabe que el socialismo es un sistema que empobrece y por eso comienzan a rechazarlo. Los vamos a sacar a patadas de donde estén”.
Milei llegó a Camboriú el sábado y miró por televisión junto a Bolsonaro el partido entre Uruguay y Brasil por la Copa América. También se reunió con representantes de la Federación de Industrias del Estado de Santa Catarina.