Mientras se esperaba por la respuesta que iba a adoptar Israel contra Hezbolá luego del ataque que la milicia chiita libanesa proiraní lanzó el sábado, la cual provocó la muerte de 12 niños y adolescentes en la aldea drusa de Majdal Shams, otra situación generó controversias dentro del país.
Una investigación realizada por el ejército israelí sobre el presunto abuso a un detenido palestino en un conocido campo de detención militar para prisioneros capturados en Gaza generó protestas y enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y militantes de extrema derecha que fueron al lugar en defensa de los investigados.
El ejército israelí dijo el lunes, de acuerdo con lo que informó el diario británico The Guardian, que su abogado general ordenó una investigación “luego de sospechas de abuso sustancial de un detenido” en la instalación de Sde Teiman, situada en el desierto del Néguev, a aproximadamente 30 kilómetros de la Franja de Gaza, que alberga a detenidos palestinos, incluidos presuntos miembros de las fuerzas de élite Nukhba, de Hamas, involucrados en los ataques del 7 de octubre del año pasado, que desencadenaron el comienzo de la ofensiva israelí sobre la Franja de Gaza.
La radio del ejército israelí dijo que la Policía militar llegó a Sde Teiman como parte de su investigación de nueve soldados de reserva y un oficial, que eran sospechosos de abusar del prisionero, un miembro de las fuerzas de Nukhba que ha sido clasificado como un “combatiente ilegal”.
La presunta violación del preso palestino se habría producido hace tres semanas y el detenido fue encontrado “en estado muy grave”, con serias lesiones en el ano, por lo que debió ser trasladado de urgencia a un hospital en el que fue operado.
Nueve soldados fueron detenidos, acusados de “abuso grave de un detenido”, mientras que se esperaba que otro soldado fuera arrestado, debido a que no estaba en la base cuando llegó la Policía.
Pero la situación generó una enorme tensión, porque los militares se resistieron a la Policía militar y el enfrentamiento, que duro más de media hora, fue grabado con celulares y difundido en redes sociales y medios, hasta que finalmente los militares depusieron su actitud y fueron detenidos.
A partir de la difusión de las imágenes, diputados de derecha convocaron a manifestar y cientos de personas concurrieron al campo de detención, forzaron los portones y terminaron a empujones con los guardias de seguridad del lugar. Los manifestantes reclamaban el derecho de los militares a castigar a los palestinos detenidos.
Medios israelíes informaron que la Policía tardó mucho en reaccionar y lo mismo sucedió con el primer ministro, Benjamin Netanyahu, que mientras ocurrían los hechos estuvo en silencio durante tres horas, hasta que salió públicamente a pedir calma.
En el ínterin, centenares de extremistas se trasladaron hasta la base militar de Bayt Lid, al lugar al que habían sido trasladados los militares detenidos.
La Policía civil, por orden del ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, no intervino en el lugar a pesar de que tratar con civiles es su tarea. Ante esta situación, el ejército trajo dos batallones de los territorios ocupados de Cisjordania para evitar que los manifestantes pudieran llegar hasta donde se encontraban los detenidos.
En este contexto, que atraviesa la interna del ejército, algunos legisladores del Likud, el partido que lidera Netanyahu, pidieron descabezar a todo el sistema de justicia militar para defender “a nuestros sagrados soldados custodios de los terorristas”.
Por su parte, Herzl Halevi el jefe de Estado Mayor, manifestó que si Israel no juzga estos excesos, cientos de soldados y oficiales pueden terminar con órdenes de captura internacional como criminales de guerra.
Los comandantes del ejército entienden que es pertinente que haya investigaciones y castigos porque, de lo contrario, ellos mismos también podrían ser considerados criminales de guerra, ya que dieron las órdenes para utilizar el campo de Sde Teiman como centro de tortura. Netanyahu también entiende que tiene que controlar estas situaciones, pero su base política va en otro sentido.
Si los palestinos que están detenidos allí fueran considerados prisioneros de guerra, la Cruz Roja tendría que visitarlos, lo que les daría a los detenidos cierto tipo de derechos.
Por otro lado, estos detenidos no fueron presentados ante tribunales israelíes porque no hay pruebas de delitos en el caso de la mayoría.
En Sde Teiman, de acuerdo con lo que recordó el diario israelí Haaretz, ya hubo muertes de presos por golpes y otras que no fueron explicadas, además de que varios detenidos palestinos sufrieron amputaciones al no tratarse de manera debida las heridas que sufrieron al llegar o estando en ese lugar.