El presidente estadounidense, Donald Trump, presentó una “hoja de ruta para garantizar la supremacía estadounidense”, en la que anuncia el restablecimiento de una actualizada Doctrina Monroe, que considera a América Latina la zona de influencia de Estados Unidos. Esto incluye evitar la presencia de fuerzas extranjeras, que en este caso, aunque no las menciona, incluirían en la lista a China.
“Estados Unidos debe ser la potencia preeminente en el hemisferio occidental como condición para nuestra seguridad y prosperidad, una condición que nos permite actuar con confianza donde y cuando sea necesario en la región”, afirma el documento.
Se refiere a un cambio en la presencia militar estadounidense en América Latina y el Caribe, y plantea como objetivo actuar contra la migración irregular y el narcotráfico. El presidente estadounidense espera colaborar con países aliados para trabajar hacia esas metas.
Esta política se traducirá en más “despliegues selectivos para asegurar la frontera y derrotar a los cárteles, incluido, cuando sea necesario, el uso de fuerza letal para reemplazar la fallida estrategia de aplicación exclusiva de la ley de las últimas décadas”, afirma el texto.
Además, el documento advierte sobre un supuesto final de la civilización europea a causa de la migración. Este planteo está en consonancia con el discurso xenófobo e islamófobo de las extremas derechas europeas.
Según el texto, Europa enfrenta hoy, como problemas, las “actividades de la Unión Europea y otros organismos que socavan la libertad política y la soberanía [de los países]; las políticas migratorias que están transformando el continente y creando conflictos; la censura de la libertad de expresión y la supresión de la oposición política; el desplome de las tasas de natalidad; y la pérdida de identidades nacionales y de confianza en sí mismos”. Afirma que si las “tendencias actuales continúan, el continente será irreconocible en 20 años o menos”.
Alerta que varios países que hoy integran la OTAN pasarán a ser países “de mayoría no europea” y señala que esto pone en discusión su permanencia en esa alianza defensiva. “Queremos que Europa siga siendo europea, que recupere su confianza en sí misma como civilización y que abandone su fallido enfoque en la asfixia regulatoria”, afirma.
Se refiere también a la intención del gobierno de Trump de terminar con la guerra en Ucrania, “con el fin de estabilizar las economías europeas”. En ese objetivo, agrega, se enfrenta con “gobiernos minoritarios inestables” que intentan sabotear sus negociaciones con Rusia porque tienen “expectativas poco realistas sobre la guerra”.