Una serie de archivos que se hicieron públicos suscitaron preguntas sobre la conducta del ex primer ministro británico Boris Johnson, tanto durante su mandato (2019-2022) como después de su renuncia al cargo. Los más de 1.800 archivos, conocidos como The Boris Files, fueron compartidos al periódico The Guardian por una organización estadounidense sin fines de lucro, Distributed Denial of Secrets, que es una fuente frecuente de filtraciones para los medios de comunicación.
Un posible incumplimiento del código ministerial
Entre las revelaciones aparece una reunión secreta que Johnson mantuvo con el cofundador de la empresa de datos Palantir Peter Thiel el año anterior a que se le asignara a la empresa un papel central en la respuesta nacional a la pandemia de covid. El encuentro tuvo lugar el 28 de agosto de 2019, cuando Johnson llevaba un mes en el cargo de primer ministro. Su asesor Dominic Cummings también estaba presente. Sin embargo, la reunión fue marcada como “privada” en el calendario de Johnson para ese día y no fue divulgada en el registro público gubernamental.
Reuniones llevadas a cabo en un ámbito ministerial oficial tienen que constar en el registro público gubernamental, pero pueden ser exentas si se consideran políticas, porque se relacionan con asuntos del partido, o personales, por la presencia de un amigo o pariente.
Dado que Thiel, al ser estadounidense, no puede donar a partidos políticos británicos, se abrió paso a preguntas sobre la decisión de etiquetar la reunión como “privada” y la posibilidad de que ese encuentro pudiera violar los requisitos de transparencia delineados en el código ministerial.
Palantir tiene sus orígenes en la CIA y Thiel ayudó a financiar la campaña presidencial de Donald Trump de 2016.
Durante la pandemia, la empresa fue responsable de gestionar datos para ayudar al servicio nacional público de salud (NHS) con su respuesta. Hoy en día, Palantir sigue integrado en el sistema del NHS.
Discursos remunerados después de su renuncia
Los archivos parecen mostrar que Johnson ganó más de 6.135.000 dólares por discursos remunerados en menos de dos años, después de su renuncia en 2022.
Entre setiembre de 2022 y mayo de 2024 recibió pagos por exponer en 34 eventos. Entre ellos, se cuenta el discurso que dio en una conferencia sobre liderazgo en Delhi, un simposio sobre blockchain en Singapur, y una serie de lecturas sobre hidrógeno verde en Abu Dabi. Recibió 350.000 dólares por cada uno.
Un discurso que podría suscitar preguntas sobre conflictos de intereses fue el que dio en mayo de 2024 en California ante la firma de inversiones Clearlake Capital. Dos años antes, su gobierno había autorizado la venta del club de fútbol Chelsea a Clearlake Capital por miles de millones de dólares.
En el evento ante Clearlake, por el que recibió 250.000 dólares, Johnson dijo estar “orgulloso de haber contribuido, aunque fuera un poco, a la venta del Chelsea”. Una fuente de Clearlake dijo a The Guardian que la venta del club y la aparición de Johnson no tienen relación alguna.
Johnson también fue invitado a hablar en la fiesta del 50º aniversario del vicepresidente de una empresa alemana de datos médicos, en Albufeira, Portugal. La empresa no parece tener vínculos con Johnson ni con el Partido Conservador, y The Guardian entiende que Johnson sólo fue invitado porque al vicepresidente le gustaba hablar de política.
Esfuerzos para presionar a Arabia Saudita y una visita a Maduro
Según The Boris Files, Johnson se acercó recientemente a altos funcionarios saudíes para proponerles los servicios de una empresa de consultoría para la que es codirector. Se trata de la empresa Better Earth y recibe ingresos por 162.600 dólares.
Borradores de cartas de febrero de 2024, a los que ha tenido acceso The Guardian, parecen demostrar que Johnson quería promocionar la empresa Better Earth al ministro de Comercio de Arabia Saudita, Majid al-Qasabi –a quien conoció durante su mandato como primer ministro–, y al príncipe heredero, Mohammed bin Salman.
Johnson escribió en su borrador de carta a Bin Salman: “Me gustaría explorar la posibilidad de que [Better Earth] pudiera ser útil para usted y el Reino de Arabia Saudita para alcanzar sus objetivos, ya que estoy convencido de que sí lo sería”. En la misma carta, se refirió a Qasabi como un “amigo”. Aunque no está claro si las cartas de Johnson llegaron a sus destinatarios, Qasabi se reunió con él en junio del mismo año.
Además, los archivos muestran que el ex primer ministro recibió más de 300.000 dólares de un fondo de cobertura después de visitar al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en febrero de 2024. También estaba presente en la reunión Maarten Petermann, gerente de fondos especulativos de Merlyn Advisors Ltd.
Después del encuentro, Johnson insistió en que no recibió ningún pago por esto. Sin embargo, Merlyn Advisors mandó 325.200 dólares a Johnson el 15 de marzo de 2024, pocas semanas después de la reunión. Se entiende que la factura se hizo efectiva el 7 de mayo de 2024.
Johnson tiene un contrato con Merlyn Advisors, según el cual la empresa “interactúa con varias partes interesadas domésticas e internacionales que se beneficiarían de las perspectivas y las experiencias” del político. Según el contrato, que comenzó en octubre de 2023 y es válido por dos años, Johnson recibe 271.000 dólares por cada reunión.
The Guardian no pudo confirmar si el pago que Johnson recibió fue por la visita a Venezuela. Petermann dijo a ese periódico: “No tengo ningún comentario. Por favor, no intenten poner palabras en mi boca con respecto a si lo discuto o no”.
Aunque no existen reglas que impidan a los ex primeros ministros dar discursos pagos, sí tienen prohibido presionar a figuras de gobiernos extranjeros y organizaciones comerciales que conocieron durante sus mandatos.
Un posible mal uso de fondos gubernamentales
Los ex primeros ministros británicos tienen derecho a recibir hasta 115.800 dólares al dejar su cargo, como parte de un fondo llamado PDCA. El PDCA está destinado a permitir que soliciten fondos del gobierno para cubrir gastos derivados de sus deberes públicos. No está destinado a ser utilizado para actividades privadas ni comerciales.
Después de su renuncia, Johnson fundó una empresa llamada la Oficina de Boris Johnson, que se cree que desempeña un papel fundamental en la gestión de sus actividades comerciales, acuerdos con las agencias de noticias Daily Mail y GB News, así como la organización de sus actuaciones públicas.
Un alto funcionario de la oficina del gabinete británico dijo a The Guardian que Johnson ha solicitado dinero bajo el programa PDCA para pagar a los empleados de la empresa.
El dirigente pidió 246.600 dólares en pagos del PDCA desde su renuncia como primer ministro. El periódico británico informó que se acercó a Johnson varias veces para consultarlo al respecto, pero no respondió.
Después de que The Guardian publicara información sobre el contenido de los archivos, Johnson le mandó una declaración, en la que dijo: “Esta historia [cobertura periodística] es una basura”, y agregó: “El PDCA se utilizó completamente de acuerdo con las normas. The Guardian debería cambiar su nombre a Pravda”.
Elizabeth Bratton, desde Londres.