Nadie puede tener dudas de que el precio político que está pagando hoy el general Guido Manini Ríos es altísimo.
Primero, porque como militar defraudó al Ejército y les cortó la carrera a todos los miembros de los tribunales de honor y de alzada, generales a los que no sólo no protegió sino que los entregó y les arruinó la carrera. Manini no cumplió su palabra, y luego de meses de anunciar que iría sin fueros a la Justicia, dio una triste y lamentable voltereta y se amparó en ellos.
Antes, negoció el apoyo de los senadores blancos y entregó, entre otras cosas, su carrera y los recursos del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA), que fue desmantelado. El ministerio que encabeza la esposa del general, Irene Moreira, es prácticamente una cáscara vacía, sin recursos. A la vez, Manini perdió al ministro de Salud Pública Daniel Salinas, que pasó a ser parte del equipo de Alejandro Aparicio.
Manini era el único riesgo de Luis Lacalle Pou; ya fumigó a Ernesto Talvi, Julio María Sanguinetti está en el ocaso de su negra carrera, el sector de Jorge Larrañaga desapareció, y Manini hoy le debe su libertad al presidente. Aprobado el presupuesto, el presidente tomará aún con más fuerza las riendas y, envalentonado con los resultados departamentales, irá por un nuevo gobierno blanco.
Tenemos que asumir que la derecha tiene un plan. Guido Manini Ríos es sólo un peón para disputar los votos de los sectores más vulnerables de la sociedad.
Guido Manini Ríos entregó su carrera a cambio de su libertad, y se comprende su decisión ayuna de testosterona.
Falta el presupuesto para cerrar este capítulo. No extrañaría que hubiera algún matiz; es parte del juego para mostrar que no está todo arreglado.
Como dijo Sanguinetti en En perspectiva, aquí hay dos partidos (gracias, general Liber Seregni, por haberlo adelantado hace más de 20 años). Así será entonces el 2024: un candidato de la coalición gris confrontando el regreso del Frente Amplio.
Más allá de las emociones y del dolor por nuestros compañeros desaparecidos, tenemos que asumir que la derecha tiene un plan. Guido Manini Ríos es sólo un peón para disputar los votos de los sectores más vulnerables de la sociedad. Así de fácil y así de complejo. Asumamos el desafío de representar a las grandes mayorías.
Eduardo Brenta es director de Gestión Humana y Recursos Materiales de la Intendencia de Montevideo.