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Las señales del nuevo Ministerio de Ambiente

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Durante la discusión de la Ley de Presupuesto aparecieron las primeras señales del nuevo Ministerio de Ambiente, creado en la ley de urgente consideración (LUC). Ahora consideramos las primeras actuaciones del nuevo ministro, Adrián Peña, luego de su asunción en agosto en la localidad de Aguas Corrientes. Las señales previas las habíamos mencionado en un artículo anterior.

El ministro es un referente esencialmente político, electo senador por el sector Ciudadanos del Partido Colorado, y es el principal heredero inesperado del legado de Ernesto Talvi, luego de su retiro. Dentro de la política canaria, es de una de las localidades más tradicionales de Canelones, y si bien integra la nueva generación de políticos, se identifica totalmente con las anteriores.

El subsecretario de dicho ministerio, Gerardo Amarilla, es referente político del Partido Nacional, y era quien se venía perfilando para el cargo desde la legislatura pasada, pero la salida de Talvi obligó a renegociar los puestos y lo dejó en segundo lugar en el nuevo ministerio.

Las primeras señales del nuevo ministro

El nuevo ministro optó por asumir en la localidad canaria de Aguas Corrientes, dedicada casi exclusivamente a la potabilización del agua de toda el área metropolitana de Montevideo, donde la mayoría de su población activa son funcionarios de OSE, y consiguió la presencia del presidente Luis Lacalle Pou y de varios de los ministros y referentes del Partido Colorado. En un gobierno caracterizado por una presencia mediática importante y por una fuerte cobertura oficialista de los medios, no es extraña esta señal de asumir en el lugar emblemático de la producción de agua potable para la capital, abordando un tema de alta sensibilidad para toda la población.

Era de esperar entonces que en su breve discurso definiera como prioridad el tema del agua, y reconoció, aunque en términos generales, los desafíos en temas de cantidad y calidad, abordando la problemática de la producción agropecuaria en las cuencas, donde insinuó posibles cambios institucionales a futuro, como se planteó en la discusión de la LUC.

También reconoció que en el tema “no arrancamos de cero”, y que ha habido “una construcción acumulativa que el país viene desarrollando en el cuidado y protección del ambiente”. “Uruguay tiene un cuerpo normativo consolidado y en evolución, y ha emprendido acciones que han marcado un camino”, consideró.

Estos dichos, que parecen obvios, son totalmente inusuales en un gobierno que se ha empeñado en desconocer lo realizado y en desarmar, en todo lo posible, lo construido. Tanto lo son, que van totalmente en contra de la fundamentación de la propia Ley de Presupuesto y del informe en mayoría, donde se expresa: “Existía un sistemático incumplimiento de la normativa ambiental y territorial. Esta ausencia de reglas claras generaba enfrentamientos innecesarios entre instituciones y personas, inseguridad personal y empresarial, y un acelerado deterioro del ambiente con pérdida de recursos naturales valiosos”.

Luego el ministro reafirmó en el mencionado discurso que “hoy es tiempo de dar una señal más potente, marcando un compromiso más fuerte como nación”, lo que sin duda todos compartimos aunque, a la hora de los hechos, vemos que las señales del conjunto del gobierno van en sentido totalmente contrario. Quizás sea la expresión de un sector de la coalición que opera distinto del resto, aunque luego ese resto condicione enormemente todo su accionar. A la hora de asignar los recursos para el nuevo ministerio, cuyo presupuesto no mueve ninguna aguja, la decisión del gobierno multicolor es el recorte de sueldos, gastos e inversiones, como reconoce el propio ministro, quien manifestó que “indudablemente todavía los recursos son insuficientes”.

Eso es también un reflejo de la falacia de la campaña, cuando rezaban que “estaban preparados”. El problema es ¿para qué?

El entorno “cercano” del ministro

Es cierto que para comprender la situación hay que mirar también el entorno. Al nuevo ministro, representante del Partido Colorado, le tocó asumir su función junto con un subsecretario del Partido Nacional, militante activo desde el Parlamento en contra de las políticas del Frente Amplio en temas ambientales, que aspiraba, sin ninguna duda, a ser el nuevo ministro.

También le tocó asumir con los directores ya nombrados por la ministra de Vivienda y Ordenamiento Territorial, Irene Moreira, representante de Cabildo Abierto, cuando todavía tenía Ambiente entre sus cometidos. La mayoría de esos directores son de confianza de su grupo político (con gran influencia militar), y parece que no hubo condiciones suficientes para cambiarlos.

El ministro Peña también asumió con los directorios de OSE y del Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet) ya conformados. El directorio de OSE, presidido por Raúl Montero, un nacionalista con claro perfil técnico, ex ingeniero de OSE y de la Intendencia de Durazno; y el directorio de Inumet, presidido por Luis Alberto Loureiro, un militar retirado designado también por Cabildo Abierto, que refleja la visión del retroceso a épocas nefastas en las que la meteorología era un apéndice del Ministerio de Defensa Nacional, y en contra de la normativa que establece la obligación de ser integrante del Sistema Nacional de Investigación, demostrando el usual desapego por las normas que tanto pregonan en el discurso.

El discurso del ministro de Ambiente dice priorizar el agua, pero en los hechos, en las distintas direcciones del ministerio, OSE e Inumet se recortan inversiones, gastos y recursos humanos.

También asume el nuevo ministerio con las distintas direcciones en marcha, con una institucionalidad reconocida, con personal técnico calificado y procedimientos organizados, y con una estructura de participación de la sociedad consolidada en comisiones asesoras, consejos regionales y comisiones de cuenca, que son un capital reconocido a nivel nacional e internacional que difícilmente se pueda desmontar.

La contradicción del discurso y los hechos

El discurso del ministro dice priorizar el agua, pero en los hechos, en las distintas direcciones del ministerio, OSE e Inumet se recortan inversiones, gastos y recursos humanos. Se recortaron contratos de técnicos específicos y calificados a partir del Decreto 90/20 y seguirán otros tantos recortes a partir de las restricciones establecidas en la Ley de Presupuesto. En este último mes, ya se han dejado de renovar algunos contratos y en otros tuvo que intervenir el propio ministro para que los renovaran.

Mientras tanto, en OSE se dilatan decisiones de inversión fundamentales para garantizar el suministro de agua para toda el área metropolitana, como la reserva en Casupá, que ya cuenta con el proyecto pronto, estudiado y comparado por técnicos y consultorías, y se reflotan otras alternativas, como hongos, que asoman a la superficie después de 15 años, como si nada hubiera pasado. Por ejemplo, una propuesta israelí de una planta desalinizadora en el Río de la Plata como la que promovió el intendente Enrique Antía para Punta del Este, que demostró ser inconveniente por sus costos y debilidades.

Algunas muestras del doble discurso en Inumet

En la comparecencia del directorio de Inumet a la Comisión de Presupuesto del Senado, el 16 de noviembre, el presidente del organismo fue explícito en rogarle al Parlamento que le devolvieran el presupuesto que el Poder Ejecutivo le recortó en la propuesta de ley.

Es cierto que nunca la meteorología había crecido tanto en su importancia y presupuesto como en los últimos 15 años. Según su contador, el recorte alcanza a 27% de su presupuesto de gastos e inversiones. Desde el período pasado, Inumet tiene instrumentado un fideicomiso para la compra de un radar meteorológico de 4,2 millones de dólares, pero el Sistema Nacional de Emergencias (Sinae) de Presidencia sólo se comprometió con 100.000 dólares, la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande con un millón, y los restantes 3,1 millones los tendría que poner el propio Inumet. Las modificaciones que establece esta Ley de Presupuesto en el uso de sus fondos hace que Inumet no pueda disponer de estos para inversiones de este tipo.

Dice también el presidente de Inumet que 90% de la información está digitalizada, pero no la pueden compartir de manera pública por falta de presupuesto. Además, el Data Center de Antel les cobra más caro que alojarla en multinacionales.

Ante todas esas declaraciones del propio directorio del instituto, el senador del Partido Nacional Sebastián da Silva dijo en sala que “le preocupa la falta de presupuesto del Inumet a título personal, para saber si puede plantar soja o no. Pero ante el recorte del presupuesto hay que usar la imaginación”.

Esa es la cruda realidad, que demuestra los intereses y las contradicciones del gobierno entre el discurso que tratan de instalar y la realidad que no deja espacio para la duda.

Una ley de presupuesto para incluir pedidos de campaña

Luego de las comparecencias en la Comisión de Presupuesto, la coalición multicolor presentó al plenario del Senado nuevos aditivos a la Ley de Presupuesto, que terminaron siendo votados sin discusión. De esa forma, se encomendaron al nuevo ministerio y a OSE acciones en el departamento de Rocha, que no corresponden y que además alteran las competencias naturales de planificación de ambos organismos. Casualmente, surgen estas propuestas luego de que ganara allí el Partido Nacional, y luego de la visita del presidente Lacalle a ese departamento previa a las elecciones departamentales.

El artículo 770 de la Ley de Presupuesto “encomienda a OSE la confección de planes directrices de saneamiento costero para el departamento de Rocha, con prioridad para los balnearios La Paloma, La Pedrera y Punta del Diablo”.

OSE ya tiene la competencia para realizar estudios de saneamiento en todo el interior del país. No precisa que una ley se lo encomiende. ¿Qué pasa con el resto de la planificación de inversiones de OSE en los 18 departamentos restantes? ¿Qué pasa con otros proyectos claves identificados en el Plan Nacional de Saneamiento de 2019, como las ciudades de La Paz y Las Piedras? ¿O con el resto de las ciudades que quedan por sanear? ¿O con las pequeñas localidades de todo el país?

El artículo 771 de la misma ley “encomienda al Ministerio de Ambiente la realización del estudio de impacto ambiental del proyecto de contención de aguas a realizarse entre Paso Averías y Paso del Gringo, en el departamento de Rocha, para la defensa ante las crecidas del río Cebollatí, según el anteproyecto realizado por la Consultora Ibersys-Evarsa –plano 0BR-02– para la Dirección Nacional de Hidrografía”.

Al respecto, cabe aclarar que al Ministerio de Ambiente no le corresponde hacer estudios de impacto ambiental, sino controlarlos, y aprobarlos o no, ante la presentación por los interesados. En todo caso, podría corresponderle al Ministerio de Transporte y Obras Públicas, aunque esos estudios no configuran un proyecto, sino que son un trazado en un plano de un dique de 8 kilómetros de longitud y 3,5 metros de alto, más otro dique de 24 kilómetros y 2,5 metros de alto.

En síntesis

El nuevo Ministerio de Ambiente refleja las múltiples contradicciones e intereses que aparecen en este período de gobierno de la “coalición multicolor”, caracterizado por un discurso proactivo, pero escaso de contenido, impuesto a través de los medios, que se contrasta totalmente con la realidad, caracterizada por el recorte de los recursos necesarios, y el retroceso a viejas prácticas de clientelismo político y de intereses particulares que creíamos haber dejado atrás.

La situación particular en que se han procesado las designaciones políticas de los distintos sectores de la coalición en las instituciones vinculadas al ambiente hace que no haya un liderazgo claro y que aparezcan las contradicciones y diferencias propias de cada perfil y de la estructura y cultura institucional de cada organismo.

Las políticas de mejora de gestión y de participación de la sociedad quizás se salven y no sean desmanteladas, porque ya tienen en marcha algo propio para mostrar, como la creación del nuevo ministerio, y porque además las necesitan como el pan para desarrollarse, aunque seguramente sean alcanzadas por los recortes presupuestales previstos.

Esperemos que, a pesar de los recortes anunciados, al menos destinen las energías a seguir desarrollando lo realizado, en lugar de destruirlo y empezar de cero.

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