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Argentina unida, Brasil desunido y México en unidad

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De los fenómenos que dejará la conmoción global por la pandemia, la relevancia de los estados nacionales y la diversidad de las medidas adoptadas por los gobiernos de cada país se revelan como los objetos de estudio obligados de las comparaciones más diversas.

Para simplificar un tema de alcance mundial por las características de la emergencia vivida, limitaré el análisis, en este espacio, a los gobiernos de Argentina, Brasil y México. Los tres países latinoamericanos integran el G20, la organización multilateral ampliada del originario grupo de las siete economías centrales.

En los tres países de presidencialismos federales, las respuestas gubernamentales a la pandemia presentan características diversas. En Argentina, bajo el lema de unidad del gobierno del Frente de Todos, a escasos meses de asumir, se implementó el aislamiento social, preventivo y obligatorio. El decreto emitido por el presidente, 297/2020, estableció límites a la circulación y a las actividades laborales, previstos en el orden constitucional y en los tratados de derechos humanos incorporados, tal como se explicita en los considerandos del citado decreto. El aislamiento sanitario fue acompañado por medidas socioeconómicas, ingreso familiar de emergencia, créditos para monotributistas a tasa cero, asistencia financiera para las pequeñas y medianas empresas, congelamiento de alquileres, suspensión de desalojos y suspensión de los despidos por un plazo, entre otras. Análisis apresurados, amplificados por medios de comunicación y orientados a manipular en lugar de informar, aludieron a un supuesto “estado de sitio”, lo que revela que han pasado por alto una definición mínima de lo que implica esa situación, tal como se encuentra normada en el texto constitucional (art. 23) y que los argentinos y argentinas vivimos en otros contextos. Las medidas sanitarias y socioeconómicas dispuestas por el Ejecutivo nacional se han coordinado con los 23 gobernadores y el jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, tal como fue destacado por medios internacionales, y se han adaptado a las situaciones dispares de las provincias, siguiendo la información sobre la propagación de la enfermedad. Según el mapa de la pandemia elaborado por la Universidad John Hopkins, actualizado diariamente, Argentina llega a 9.931 casos confirmados hasta esta semana.

Frente a la amenaza global, el Estado nacional y la política confirman su relevancia para la sostenibilidad de la vida colectiva.

En Brasil, bajo el lema “Brasil encima de todo, Dios encima de todos”, del Partido Social-Liberal (partido que el presidente abandonó en noviembre de 2019 para fundar Alianza por Brasil), el gobierno federal ha dado diversas respuestas a la pandemia. Las medidas provisorias dispuestas por el presidente para la emergencia sanitaria, según la página oficial de la Cámara de Diputados, alcanzan a 28, entre ellas la 956/2020 y la 957/2020, que disponen de fondos para ingresos de emergencia a personas en situación de vulnerabilidad y fondos destinados al Ministerio de Ciudadanía para atender la seguridad alimentaria y nutricional. Las medidas provisorias fueron apoyadas por los legisladores opositores, quienes también cuestionaron las que fueron utilizadas para incorporar legislación estructural no relacionada con la emergencia, como la 936/2020, que establece la suspensión del contrato de trabajo y la reducción salarial por acuerdo individual o colectivo, afectando así derechos laborales. El aislamiento social preventivo fue adoptado por los gobiernos subnacionales y no por el gobierno federal, que se manifestó contrario a esta disposición. Fue ampliamente difundida la visita fuera de agenda que realizó el presidente del gobierno al presidente del Supremo Tribunal Federal, junto a empresarios y al ministro de Economía, para exigir la flexibilización de la cuarentena en los estados. A ello se sumó la renuncia del segundo ministro de Salud, quien permaneció en el cargo sólo 28 días. Según el mapa de la pandemia, Brasil superó los 300.000 casos esta semana.

En México, bajo el lema de lucha contra la corrupción, el gobierno del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), partido al que pertenece el presidente, ha dictado un decreto de 11 puntos para enfrentar la crisis sanitaria y socioeconómica, publicado en la edición vespertina del Diario Oficial de la Federación el 23 de abril. El decreto alude a la crisis mundial del modelo neoliberal y establece varias medidas, entre ellas la reducción de sueldos de altos funcionarios, la estabilidad del empleo de los trabajadores, la continuidad de los programas prioritarios de atención médica y medicamentos gratuitos, pensiones sociales y el programa Sembrando Vida, destinado a los trabajadores rurales, entre otros. El gobierno federal presentó a los 32 gobernadores un Acuerdo de Gobernabilidad y Unidad Nacional, llamando a enfrentar unidos la emergencia sanitaria. Previo al citado decreto, la Secretaría de Salud Federal emitió un acuerdo, estableciendo disposiciones de sana distancia para evitar la propagación de los contagios. Según el mapa de la pandemia, México registra 59.567 casos confirmados.

En síntesis, las respuestas políticas latinoamericanas frente a la emergencia sanitaria, condicionadas por las posiciones político-ideológicas de sus gobiernos, son similares en Argentina y en México, dando prioridad social a la emergencia, y opuestas a lo instrumentado en Brasil, donde se han minimizado los efectos. Frente a la amenaza global, el Estado nacional y la política confirman su relevancia para la sostenibilidad de la vida colectiva.

Rosa María Marcuzzi es doctora en Ciencia Política por la Universidad Nacional de San Martín, profesora e investigadora residente en Santa Fe, Argentina.

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