El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, hizo referencia en Twitter a un spot publicitario sobre el voto por el Sí contra la ley de urgente consideración (LUC), y cito textualmente: “Este spot es en serio??? Parece que están decididos a quebrar todas las normas éticas y mentir sin límites”.
Antes que nada, una apreciación. Ya que mencionó el tema de normas éticas y de mentir sin límites, estaría bueno recordarle al ministro que los que hicieron campaña para que saliera este gobierno electo se basaron en puras falacias, empezando por el tema de no subir los combustibles y siguiendo por el spot publicitario que mandaron al exterior mostrando todos los logros de nuestro país, que dicho sea de paso, se dieron durante los gobiernos del Frente Amplio. En cambio, el hoy gobierno se pasó toda la campaña hablando de lo mal que estaba el país, y tras asumir siguió con el mismo discurso, pero al exterior le dicen que estamos genial. ¿Quiénes son los mentirosos?
Pero volviendo al tema del spot: cuando se habla de privatizar la educación, ¿de qué estamos hablando? Bueno, parece que obviamente no se puede privatizar directamente la educación pública porque pertenece al Estado, y como tal, no es un bien que se pueda vender, como quieren hacer con Ancap. No estamos haciendo referencia de manera directa a pasar la educación pública al ámbito privado, sino que nos estamos refiriendo a la migración de estudiantes de la educación pública a la privada. Migración que se produce cuando desde la gobernanza de la educación se generan políticas que –indirectamente, es decir, como consecuencias de dichas políticas– determinan que los padres tomen la decisión de sacar a sus hijos de las instituciones públicas y enviarlos a la educación privada.
En la historia de la educación de nuestro país, fue algo que ocurrió fuertemente durante los gobiernos posdictadura colorados y blancos. La fuerte reducción presupuestal, sumada a la obligatoriedad, generó un aumento desmedido de la cantidad de alumnos por grupos. Grupos de 40 alumnos era la norma, incluso más, como me pasó con un ciclo básico nocturno en el que tenía en lista a más de 60 alumnos. Vale recordar que las libretas de los profesores estaban diseñadas para 42 estudiantes.
Muchos padres, para evitar que sus hijos fueran a liceos con grupos superpoblados, hacían un sacrificio económico y los enviaban a la educación privada. A partir de la década de los 90 se puede apreciar claramente el despegue en la cantidad de instituciones de educación privada que aparecieron.
Con los gobiernos sucesivos del FA, se logró bajar la cantidad de alumnos por grupo, teniendo para 2019 un promedio de 24 alumnos por grupo, además de aumentar considerablemente la matrícula estudiantil, en especial, estudiantes de bajos recursos que, gracias al boleto gratuito (logro del FA) pudieron por primera vez en varias generaciones concurrir a un instituto de educación secundaria.
Este gobierno de la educación, con la política de recortes que empezó a implementar, hizo que el promedio de alumnos ascendiera a 30 por grupo. Aumentar la cantidad de alumnos por grupo tiene un efecto negativo en los aprendizajes, no sólo debido a la sobrecarga de trabajo de los docentes, sino porque genera que los estudiantes no puedan ser contenidos y ayudados, más aún si se trata de liceos de contexto crítico, en los que la enseñanza personalizada es fundamental.
Cuando los docentes hablamos de que se quiere privatizar la educación, nos referimos a que estas políticas van a terminar generando un efecto de migración de estudiantes de la educación pública hacia la privada.
La superpoblación de estudiantes, y más en ámbitos de contexto crítico, termina generando un estrés social en la institución educativa que puede desencadenar hechos de violencia. Ante esto, es obvio que los padres opten por pedir el pase a una institución privada, en la que los grupos no sobrepasan generalmente los 20 estudiantes cada uno. Y generalmente, el estudiante que migra es el de buenas calificaciones, el que tiene contención familiar, el que tiene los recursos socioeconómicos para salir adelante.
Entonces, cuando los docentes hablamos de que se quiere privatizar la educación, nos referimos justamente a que estas políticas implementadas a partir de la eliminación de los Consejos van a terminar generando un efecto de migración de estudiantes de la educación pública hacia la privada, provocando así un fuerte deterioro en la educación pública... y un fuerte beneficio a la educación privada, de la cual usted, ministro Mieres, forma parte.
Ya estamos escuchando los docentes que este gobierno está pensando implementar más recortes, tanto a nivel de reducción de grupos como de cargos docentes, y la experiencia nos indica que estamos ante un proceso de privatización de la educación de manera indirecta, es decir, presionando a los padres para que envíen a sus hijos a la educación privada. Si a eso le sumamos el clima de tensiones que estamos viviendo los docentes con quienes nos gobiernan, la persecución sindical, la tensión constante de las relaciones para generar conflictos y así obligar a los docentes a hacer paros, sumado a los recortes mencionados anteriormente, todo eso hace que los padres terminen tomando la decisión de enviar a sus hijos a la educación privada.
Lo que estamos viviendo en la educación pública hoy no es casual. Es causal, y esa causa es producto de haber eliminado los Consejos y haberlos convertido en direcciones generales a cargo de una sola persona, producto de la LUC. La existencia de un consejo hubiese evitado muchos de los conflictos que tenemos hoy, hubiese generado ámbitos de diálogo y participación, también de discusión de las políticas educativas a llevar a cabo... discusión que el gobierno no pretende ni generar ni tener. Lo único que están generando es aumentar el nivel conflictivo, aumentar el descontento de los padres para que estos envíen a sus hijos a la educación privada.
No es ninguna casualidad que el Parlamento esté investigando el tema de las licencias sindicales sin ninguna clase de garantías y haciendo un circo mediático. No es casualidad que haya docentes en pleno sumario y que se los quiera destituir, sin siquiera haberles garantizado el debido proceso. No es casualidad la política de recortes, ni que se nos comunique en setiembre cuándo van a finalizar los cursos (cuando eso se establece al comienzo del año). No es casualidad que se nos informe en octubre que la elección de horas será virtual. Y no es casualidad que nos estemos enterando de que se piensa hacer más recortes para el próximo año.
El objetivo de todo esto, como se mencionó, es privatizar indirectamente la educación pública... que es lo que plantea el spot.
Para finalizar, y parafraseando al ministro de Educación, los docentes ya sabemos que su gobierno no es parte de la solución... es parte del problema. Acá el problema no son los gremios de la educación, no es la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria, son ustedes... y lo dice alguien que no está afiliado al sindicato.
Emiliano Galasso es docente.