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100 años del dirigente bancario Carlos Gómez, integrante de una generación excepcional

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El 11 de agosto hubiera cumplido cien años el dirigente bancario Carlos Gómez, varias veces presidente de la Asociación de Bancarios del Uruguay (AEBU) en las décadas de 1950 a 1970. Es una buena excusa para recordar a las generaciones de dirigentes que condujeron nuestro movimiento sindical a la unidad, la alianza con los estudiantes, la creación de la Convención Nacional de Trabajadores (CNT), la huelga general ante el golpe de Estado y el mantenimiento de los sindicatos abiertos o clandestinos. Y no es necesario ser de izquierda para entender que el movimiento sindical fue un factor clave para que Uruguay sea lo que es.

Entre estos dirigentes históricos quedó opacada la memoria de Gómez, quien fue vicepresidente de la CNT y asumía en ausencia de José D’Elía. Opacada porque luego del regreso de la democracia no reasumió la dirección sindical, como otros de los históricos. Y por eso quedó fuera de los titulares de prensa.

En 1950 el Flaco Gómez ingresó al Banco Mercantil y pronto fue delegado de base de ese banco y se vinculó con la directiva de AEBU. Ya en 1952 integró la directiva. Dos años después era secretario general. En 1956 era delegado de los bancarios en el Consejo de Salarios. Ejerció la presidencia del gremio en el período 1961-1963 y desde 1965 a 1973.

La organización de los bancarios no se llamaba sindicato porque los empleados se consideraban empleados, no obreros. Fueci, el gremio que dirigía D’Elía, reunía a empleados de empresas que ya tenían sindicatos obreros, además de los empleados de comercio. En Funsa esa división se mantuvo hasta el cierre y su transformación en cooperativa. Tardaron en sindicalizarse los empleados estatales y municipales. Pero AEBU se integró a la CNT; D’Elía y Gómez fueron presidente y vicepresidente de la nueva central.

Gómez fue nombrado secretario general de la Confederación Americana de Bancarios. Ningún otro gremio bancario del continente integraba su central de trabajadores. En tal función, intervino en diversas reuniones y apoyó conflictos gremiales, por ejemplo, el de los bancarios peruanos, y cuando se dio el golpe de Estado en Brasil, viajó junto con Zelmar Michelini a gestionar la liberación de presos sindicales y su traslado a Uruguay, lo que se logró en parte.

El movimiento sindical creció en Uruguay por la crisis del modelo desarrollista, por la necesidad de luchar por aumentos en un panorama de inflaciones altas y por otros motivos económicos. Otros factores incidieron, como la pérdida de hegemonía colorada y luego blanca, las olas de nuevos tiempos de descolonización y el rechazo de las invasiones estadounidenses en el marco de la Guerra Fría. También por otros motivos, seguramente; pero, además, por la generación de dirigentes lúcidos, unitarios, capaces de escuchar. Pero también de luchar con firmeza.

Gómez decía que “entre los trabajadores no puede haber vencidos ni vencedores”. Nunca dejó de visitar a los bancarios destituidos ni de repartir generosidad. Siempre de traje y corbata, con su cabeza alta, que parecía aumentar su estatura.

Siguió militando en los primeros años de la dictadura. Fue apresado y torturado salvajemente luego del golpe y detenido nuevamente unos años más tarde. Para que AEBU pudiera seguir funcionando con el local abierto, tuvo que desplazar un par de veces a sus elencos directivos. No se exilió como otros. Con el retorno de la democracia no reasumió la presidencia. Tampoco quiso. Jubilado, algunos compañeros lamentaron haberlo dejado demasiado solo.

El 11 de agosto hubiera cumplido cien años el dirigente bancario Carlos Gómez. Es una buena excusa para recordar a las generaciones de dirigentes que condujeron nuestro movimiento sindical a la unidad.

Un mes después de su fallecimiento, AEBU le hizo varios homenajes, incluyendo la publicación de un boletín con recuerdos de sus compañeros. Vale citar algunos de esos recuerdos, elogiosos, claro, aunque mencionen las discrepancias pasadas, porque podrían aplicarse a muchos otros dirigentes sindicales del momento.

Antonio Marotta recordó con insistencia todas las discrepancias que habían tenido, pero también cuánto había aprendido de él, y termina declarándolo “bancario de América”.

Jorge Jauri explicó: “Podrán criticarse muchas actitudes suyas; podrán ser controvertidas sus ideas de entonces. Él era el máximo exponente de las ideas prevalentes por aquellos tiempos en el gremio bancario, sobre todo en banca privada. Si se hubiera adelantado demasiado a aquellas ideas, no hubiera sido el líder que fue”. Y agregó: “Fue enriqueciendo su acervo ideológico. Aprendió mucho en poco tiempo. Y su evolución no fue consecuencia del cálculo mezquino, sino el corolario lógico del ensanchamiento de espacios y de la apertura de horizontes. Sintió el latido de los nuevos tiempos”.

Carlos Bouzas afirmó: “Somos muchos los que nos hemos formado a su lado. Algunos, transitando muchos y largos caminos difíciles junto a él. Otros discrepando, al adquirir firmeza y aplomo. Pero siempre nos respetó a todos. Y por eso, todos lo respetamos”. Recordó que, "cuando una asamblea estaba a punto de desmadrarse, Gómez tomó la palabra y dijo: ‘A mí me gusta el Gremio Bancario. Porque aquí habemos blancos y habemos colorados; habemos creyentes y habemos ateos; habemos de Nacional y habemos de Peñarol. Pero siempre nos respetamos, porque somos iguales y todos buscamos lo mejor para el Gremio’. A continuación hizo una propuesta que todos recogimos y que fue votada por abrumadora mayoría, con una docena de votos en contra y abstenciones”. Eso también se aprende.

Los requeridos

¿Quiénes eran esos dirigentes cuando hubo que resistir al golpe? Un resumen se encuentra en la lista de 52 dirigentes de la CNT cuya captura requiere el Comunicado 862 de las Fuerzas Conjuntas (Fuerzas Armadas y Policía) el 4 de julio de 1973. Fue publicada a página entera en los diarios, con una nota propia en El País que agregaba: “Se cree que pasaron a la clandestinidad”. Ellos son: José D’Elía, Félix Díaz, Gerardo Cuesta, Carlos Gómez, Carlos Bouzas, Wladimir Turiansky, Helvecio Bonelli, Ramón Freire Pizano, Enrique Pastorino, Alcides Lanza, Elbio Quinteros, Rogelio Zorrón, Rómulo Oraisson, Ruben Villaverde, Esteban Fernández, José Gutiérrez, Honorio Lindner, Idilio Pereira, Pedro Aldrovandi, Carlos Espinosa, Alberto L Fernández, Rita Cassia, Roberto Olmos, Alfredo Melhem, Héctor Bentancourt, Rosario Pietraroia, Didaskó Pérez, Adolfo Drescher, Sixto Barrios, Víctor Brindisi, Ramón R Díaz, Francisco Franca, Jonás Sténeri, Milton Montemar, Julio García Dotta, Luis María Rocha, Luis Iguini Ferreira, Luis Alberto Nadales, Aparicio Guzmán, Enrique Pyñeiro, Carlos Durán, Ricardo Vilaró, Juan Antonio Iglesias, Pedro Abuchalja, Juan Olivera Larrosa, Daniel Baldassari, Roberto C Rodríguez, Raúl Betarte, Juan Francisco Ordoque, Alberto Fernández Lorenzo, Carlos Carrión, Domingo Rey.

Jaime Secco es periodista, integrante de Banderas de Liber.

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