“Parabéns para você”, cantaron los correligionarios del presidente brasileño ayer, fecha en la que Lula completó 64 años de vida. Los festejos comenzaron el sábado, cuando Lula recibió en el Palácio de Alvorada a unos 150 militantes de su Partido de los Trabajadores (PT). Según consignó el diario Folha de São Paulo, ayer no faltó la torta de cumpleaños, decorada con las simbólicas estrellas rojas del PT, ni tampoco los globos verdes, amarillos y rojos. Con transparencia y pulcritud, el organizador del evento, José Zunga, declaró a la prensa que el festejo fue financiado por las arcas del PT, y que costó en total unos 5.000 reales.
Tanta precisión sobre el financiamiento de las actividades políticas puede tener origen en algunos hechos de los últimos días, cuando se criticó a la ministra jefa de gabinete y precandidata del PT para el 2010, Dilma Rousseff, por lo que se calificó como un uso de la inauguración de obras del Plan de Aceleración y Crecimiento (PAC), como plataforma electoral anticipada. Además de las críticas de la oposición, el propio presidente del Supremo Tribunal Federal, ministro Gilmar Mendes, fue muy duro respecto a los viajes de la ministra, realizados muchas veces junto a Lula. La reciente caravana encabezada por los dos en la inauguración de obras en el valle de São Francisco, puso la frutilla a la torta y llevó a la oposición a interponer recursos legales ante la Justicia Electoral.
Marina Silva, ex ministra de Medio Ambiente que dejó el PT por el Partido Verde, por el que puede ser candidata en 2010, ha sido otra figura política que se ha opuesto a Dilma, por entender que utiliza acciones del gobierno para hacer campaña. Cuestionada, Dilma se defendió y reclamó su derecho a presentar las tareas cumplidas del gobierno: “Yo puedo ir a la cocina, cocinar los proyectos por cuatro años. Ahora, en la hora de servirlos, ¿no puedo ni ver?”. Marina, en un intercambio de nunca acabar, le respondió: “A mi entender, no tiene nada que ver con el preconcepto de ser mujer, tiene que ver con el uso correcto de los recursos públicos y de la gestión pública”.
Luego de los festejos del Alvorada y la polémica caravana de São Francisco, Lula se prepara para viajar este jueves a Venezuela, donde Chávez adelantó que cosecharán soja, cultivada gracias a la cooperación entre ambos países, según consignó la agencia EFE. Luego de que el encuentro fuera pospuesto desde agosto, se espera que esta vez puedan firmar el acuerdo para la construcción y operación de una refinería en Brasil, y la realización de proyectos bilaterales en distintas áreas. “Automotriz, agroindustria, medicamentos, materiales de construcción, petroquímica, equipos petroleros, metalmecánica, electrónica, cadena textil y material de defensa”, enumeró Chávez.
Sin embargo, la reunión en Venezuela se enmarca en las discusiones que ocurren en Brasilia en torno a la entrada de este país al Mercosur, pendiente desde 2006 por la falta de ratificación de los parlamentos brasileño y paraguayo. Por su parte, el presidente del Senado, José Sarney, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño, ha declarado repetidamente que se opone al ingreso de Venezuela al bloque económico, pues a su juicio “el actual gobierno de ese país ha tomado decisiones que representan un desmoronamiento y un desvío de la democracia”, indicó EFE. El proceso parlamentario indica que después de ser sometida a votación en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, donde la base aliada ya cuenta con la mayoría para aprobar el ingreso, se debe esperar por Sarney para la votación en el plenario.