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Carteles de candidatos a diputados, en una calle de Río de Janeiro.

Foto: Efe, Antonio Lacerda

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Las últimas encuestas confirman el liderazgo de Rousseff en las elecciones del domingo en Brasil.

La candidata oficialista a la presidencia brasileña, Dilma Rousseff, tiene una intención de voto cercana a 50%, lo que impide descartar la posibilidad de la segunda vuelta el 31 de octubre. El opositor José Serra se declaró convencido de ir a balotaje y pidió a sus compañeros de partido que lo respalden en el tramo final.

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”Votar a Dilma es como votarme a mí y con la seguridad de que habrá un gobierno mejor que el actual”, dijo el presidente de Brasil, Lula da Silva, en referencia a la candidata oficialista para las elecciones del domingo, Dilma Rousseff. “A Dilma le gustan los pobres, respeta la vida, la paz y las libertades religiosas”, aseguró el mandatario, que en esta última semana previa a las elecciones volvió a participar activamente en la campaña de Rousseff.

Por su parte, con nuevas encuestas a la vista, el candidato opositor José Serra reiteró ayer que confía en que habrá balotaje el 31 de octubre. “Brasil está dando vuelta el partido y vamos a ganar”, dice uno de los spots de campaña de Serra, informó la agencia de noticias ANSA. “El lunes ningún electo o no electo va a descansar, sólo tendremos vacaciones en noviembre”, aseguró el candidato ayer en una reunión con dirigentes de su Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). Pidió al presidente del PSDB, Sérgio Guerra, que llame a los militantes a postergar su descanso, informó el diario O Estado de São Paulo, que se declaró a favor de este candidato.

El último sondeo, de Datafolha, publicado ayer por el diario Folha de São Paulo y la cadena O Globo, confirma las tendencias de los anteriores: Rousseff tiene una importante ventaja sobre Serra, de más de 20 puntos porcentuales, y su intención de voto es de 52%. Como la encuesta tiene un margen de error de dos puntos porcentuales, no pronostica una segura victoria de la candidata oficialista el domingo. En esta encuesta, Marina Silva, la candidata del Partido Verde, continúa tercera en los sondeos, con 14% de la intención de voto, mientras que otros seis candidatos no alcanzan el 1%.

En el espacio de propaganda electoral gratuito en televisión, Rousseff agradeció “de corazón” el apoyo de Lula a su campaña, en gran parte responsable de su aumento de intención de voto, y prometió dar continuidad al gobierno actual. El presidente ha sido una presencia constante en la campaña de Rousseff, mientras que Serra casi no ha utilizado la imagen de Fernando Henrique Cardoso, quien fue presidente de Brasil entre 1995 y 2003, y es el presidente honorario de PSDB. En abril, cuando Rousseff era todavía precandidata, fue consultada acerca de la fuerte presencia de Lula en su campaña y su respuesta fue: “¿Voy a fingir que no participé en el gobierno de Lula porque otros tienen vergüenza de haber participado en el gobierno de Cardoso? No puedo”.

Días atrás, Serra se vio obligado a negar un supuesto sentimiento de vergüenza respecto de Cardoso y explicó la ausencia del ex presidente en su propaganda: “Nuestra campaña no es una disputa entre gobiernos pasados y actuales”.

Un debate en TV Globo, anoche a última hora, sería una oportunidad para los candidatos de hacer campaña antes de que a la medianoche venciera el plazo legal para desarrollarla. Según informó O Estado de São Paulo, Rousseff dudó acerca de asistir al debate, evaluando la posibilidad de hacer lo mismo que Lula en 2006 y faltar al último choque con los opositores.

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