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La joven marroquí Karima El Mahroug, conocida como Ruby R, durante la grabación del programa de televisión del Canal 5 Kalispera, en Cologno Monzese, cerca de Milán, el miércoles.

Foto: Efe, Daniel Dal Zennaro

“Te quiero igual”

2 minutos de lectura
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Las declaraciones de Ruby R a la Justicia jaquean al primer ministro italiano.

El último escándalo sexual del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, implica a menores, regalos costosos y automóviles escoltados por carabineros. Las fiestas de Il Cavaliere parecen haber alcanzado niveles tales, que una diputada regional, un periodista y un agente del espectáculo están acusados de incitación a la prostitución, tanto de mayores como de menores.

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Todo comenzó en mayo. Una prostituta menor de edad, conocida como Ruby R, estaba detenida en una comisaría de Milán acusada de haber robado a una colega 3.000 euros y un collar de oro blanco. Cuando la estaban fichando llegó una llamada: “Libérenla, es pariente de [el presidente egipcio] Hosni Mubarak”. Del otro lado del teléfono la voz era la del primer ministro, Silvio Berlusconi. Por miedo a que la joven comenzara a hablar de las fiestas en su residencia, Berlusconi envió a Nicole Minetti, diputada regional del gobierno de Lombardía, a buscarla a la comisaría.

Según la historia que Ruby relató a los fiscales dos meses después, una vez en la calle, Minetti llamó a Berlusconi, le dio el teléfono y él le dijo: “No eres egipcia, no eres mayor de edad, pero yo te quiero igual”. Desde entonces, no volvieron a hablar.

En ese momento Ruby tenía 17 años y la fiscalía señaló que Berlusconi pudo haber abusado de su cargo para liberar a la joven.

El avance de las investigaciones develó que la joven, que en realidad es marroquí, estuvo al menos ocho veces en la residencia de Berlusconi en Arcore -al menos seis de ellas siendo menor- junto a otras prostitutas, entre febrero y mayo de 2010. Ruby declaró que accedió a Il Cavaliere por intermedio del periodista de Telediario 4 Emilio Fede. A él lo conoció en un concurso de belleza en Sicilia, donde se habían radicado sus padres, inmigrantes, y donde vivía Ruby después de escaparse de su casa.

Fede, de 79 años, le prometió que la ayudaría a trabajar en la industria de la moda o de la televisión.

Ella se fue a vivir a Milán y luego de algunas semanas trabajando en un bar, Fede la fue a buscar y la llevó a la residencia de Berlusconi en un auto escoltado por los carabineros. En esa reunión, dijo Ruby a los fiscales, había dos ministras y algunas presentadoras de televisión; de allí se fue con un traje de Valentino, nuevo. Con los meses acumularía joyas Bulgari, ropa de Dolce & Gabbana, un collar con la leyenda “Menos mal que tenemos a Silvio” y otro con el escudo del Milan, el cuadro de fútbol del que es dueño Berlusconi.

En varias escuchas telefónicas, Ruby hace alarde de los regalos y dice haber tenido relaciones sexuales con el primer ministro, que está siendo investigado por la fiscalía de Milán para verificar si cometió, también, el delito de instigar la prostitución de menores.

El periodista Fede, la representante Minetti y el agente del espectáculo Darío Lele Mora, cercano a la empresa Mediaset de Berlusconi, están formalmente acusados de inducir a la prostitución, tanto adulta como de menores. Para recorrer el mismo camino con Berlusconi, la fiscalía solicitó autorización al Congreso para allanar los estudios de su asesor contable, Giuseppe Spinelli, decisión que ha sido pospuesta por los legisladores.

La fiscalía de Milán cree que en el estudio contable hay documentos relevantes, mientras que Spinelli se ha apurado a aclarar en entrevista con el diario Corriere della Sera que él sólo paga con autorización expresa del mandatario y que el caso se ha “inflado intencionalmente”. Por ser parte de la secretaría política de Berlusconi, Spinelli cuenta con inmunidad.

El contador también argumentó que Ruby “era muy insistente” a la hora de pedir dinero, y que supuso que ella, tal como otras chicas que le pedían plata, eran “personas en dificultades, quizá jóvenes madres, o que tenían que pagar la universidad”.

“Me defenderé en los tribunales, no tengo nada que temer de procesos que son francamente absurdos. No veo la hora de defenderme de acusaciones tan ridículas”, ha dicho Il Cavaliere. “Los fiscales de Milán se han inventado el delito de cena privada en casa del primer ministro”, agregó.

Desde que el tema salió a luz, los opositores han pedido la renuncia del primer ministro y los oficialistas sostienen que es una exageración. Mientras los diferentes personajes de las actas judiciales exponen sus argumentos en la prensa y la televisión, el 49% de los italianos quiere que Berlusconi renuncie, según una encuesta publicada ayer en el Corriere della Sera. Aun así, la intención de voto para su partido, el Pueblo de la Libertad, ha aumentado al 30%.

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