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Yo no nos voté

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Un ministro del gabinete de Dilma Rousseff dijo que votó a José Serra.

La relación entre el ministro de Defensa de Brasil, Nelson Jobim, y el Partido de los Trabajadores, de la presidenta Dilma Rousseff, se vuelve aun más tensa después de que él dijera en una entrevista que en las últimas elecciones no votó a la presidenta. No es la primera diferencia que se conoce entre la mandataria y el ministro que heredó de la administración de Lula da Silva.

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¿Por qué lo dijo? es la pregunta que en los últimos días se escucha en los corredores de Planalto, según informa la prensa brasileña. La duda apunta a las declaraciones de Nelson Jobim, el ministro de Defensa, hechas en una entrevista con el canal TV Folha. Allí el periodista Fernando Rodrigues le preguntó: “En 2010 varios ministros hicieron campaña por Dilma, usted quedó un poco alejado, ¿votó a la presidenta Dilma o al candidato [opositor, José] Serra?”. Jobim respondió asegurando que tenía “razones personales inamovibles” para quedar totalmente alejado de la campaña. Dijo que es amigo personal de Serra, y así se lo planteó al entonces presidente, Lula da Silva, quien aceptó el argumento. El ministro podría haber cerrado así su respuesta. Pero optó por aclarar de inmediato: “Yo voté a Serra”.

“¿Le contó a ella?”, le pregunta el periodista. “Ella sabía”, dijo Jobim, que pertenece al ala más conservadora del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que respaldó al gobierno de Fernando Henrique Cardoso (del que Jobim fue ministro) antes de apoyar al Partido de los Trabajadores (PT) de Lula en 2002.

Tras las declaraciones de Jobim, medios periodísticos y políticos aseguran que no es una sorpresa. Incluso lo hizo el ex presidente Lula, quien salió a defender a su ex ministro. “Cada persona vota a quien quiere”, dijo Lula después de dar una charla en una escuela militar. Agregó que nunca se preocupó en preguntarle a quién voto. “Él no fue invitado a formar parte de mi gobierno por su voto, sino por lo que podía hacer por el Ministerio de Defensa”, subrayó. En el mismo sentido se manifestó el vicepresidente brasileño, Michel Temer, del PMDB.

Pero ni la interna del PT ni la propia Dilma se tomaron la cuestión tan a la ligera. “En el contexto en que se dio, fue una declaración innecesaria”, dijo el secretario general de Presidencia, Gilberto Carvalho, quien prefirió no ampliar su opinión, y explicó: “Es una cuestión que la presidenta tomó para sí. Ella no abrió el debate en el gobierno, sino que pidió que le dejáramos el tema a ella, y lo voy a respetar”.

Este episodio se suma a otro ocurrido el mes pasado, cuando en la conmemoración del cumpleaños 80 de Cardoso, Jobim dijo que una de sus mejores características es que sabe relacionarse con sus subordinados “sin levantar la voz nunca”. Esto se interpretó como una crítica a Rousseff, algo que él nunca rectificó.

En el mismo aniversario, Jobim dijo: “Lo que se percibe hoy, Fernando, es que los idiotas perdieron la modestia, y nosotros tenemos que ser tolerantes y comprensivos”. La frase fue interpretada por el gobierno como un insulto a sus integrantes.

Durante el fin de semana se reunieron los movimientos mayoritarios que conforman el PT y discutieron las declaraciones del ministro. Coincidieron en que Jobim es demasiado inteligente como para generar esta situación de tensión en el gobierno sin darse cuenta, y hubo cierto consenso en que le está “haciendo el juego” a Serra para que Rousseff lo retire de su cargo, lo que podría causar una ruptura definitiva entre el PT y el PMDB.

Hasta ahora, ambos partidos conviven dentro de la coalición aunque con roces esporádicos. El PT sabe que el oficialismo es mayoría en ambas cámaras del Parlamento gracias al PMDB. El PT tiene un mayor número de escaños en Diputados y el PMDB, en el Senado.

Jobim es considerado fundamental en el gobierno y por eso Lula le recomendó a Rousseff que lo mantuviera al frente del ministerio creado en 1999. Como ministro de Defensa, Jobim lideró y personificó las iniciativas impulsadas por Lula para aumentar el poder civil sobre las Fuerzas Armadas, y negoció con la cúpula militar para que aceptara la creación de la Comisión de la Verdad, que investigará los crímenes de la dictadura.

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