Ingresá

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, pronuncia un discurso, ayer, en el Palacio de La Moneda, en Santiago.

Foto: Efe, Felipe Trueba

La reforma y las formas

2 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Un acuerdo entre el oficialismo y la democracia cristiana puso en evidencia fracturas en el gobierno chileno.

Dicen que se mostró molesto, golpeó la mesa y gritó a los dirigentes y ministros de los partidos de la coalición de gobierno, que les reprochó la falta de voluntad para mostrar unidad, y que incluso los insultó. Luego de todo eso, el presidente Sebastián Piñera salió públicamente a respaldar la unidad del partido reclamada por el partido más derechista y conservador entre sus aliados, coronándolo como el sector que toma las decisiones, en demérito de su propia agrupación política.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Hace meses que analistas, columnas de opinión y declaraciones desde el gobierno, publicadas sin identificar a la fuente, señalan que la Unión Demócrata Independiente (UDI) tomó el mando de la coalición que gobierna Chile.

La UDI conforma junto a Renovación Nacional (RN), el partido de Piñera, la gobernante Coalición por el Cambio, y sus posturas han condicionado demasiado las decisiones del presidente Sebastián Piñera y todo el oficialismo, sostienen los críticos.

En un intento de retomar el liderazgo interno del gobierno y de parapetarse como defensor de los objetivos de Piñera, RN dio a conocer la semana pasada un acuerdo alcanzado con el opositor Partido Demócrata Cristiano (PDC) para una amplia reforma política.

La idea de hacer una reforma política en general, y del cambio del sistema de elección de los parlamentarios en particular, es uno de los principales temas en los que la UDI tenía la posta (ver la diaria del 18/1/2012). Al rechazar las reformas, la UDI retiró de las prioridades del gobierno esa reforma exigida por los chilenos.

El acuerdo de RN con el PDC buscaba también reivindicar el papel del partido en la interna del gobierno y el de su líder, Carlos Larraín, tanto en el oficialismo como en RN. Desde la formación se reconoce que el trabajo conjunto con el PDC -que entre los integrantes de la coalición opositora Concertación ha demostrado ser el más cercano al gobierno- le permite soñar con la buscada “coalición de partidos de centro”, una idea a la que el oficialismo le da vueltas desde que ganó las elecciones.

El proyecto fue presentado el miércoles, en una conferencia de prensa conjunta que generó el escándalo: la UDI sostuvo que ni ellos ni el gobierno estaban al tanto de qué se estaba negociando, se habló de sorpresa negativa, acuerdo secreto, golpe al gobierno y ataque a la unidad de la Coalición.

Pero los partidos que alcanzaron el acuerdo dijeron que los principales dirigentes de la UDI estaban al tanto de las negociaciones, que el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, mano derecha de Piñera, formó parte de algunas conversaciones. Según versiones de la Concertación, incluso el secretario general de la Organización de Estados Americanos, el socialista José Miguel Insulza, sabía del acuerdo. La Concertación -cuyos dirigentes fueron consultados y notificados sobre el acuerdo- manifestó su apoyo de manera general al proyecto.

Desde el oficialismo las primeras declaraciones valoraron de forma positiva el acuerdo; Hinzpeter aplaudió que los partidos se hicieran eco del planteamiento del gobierno sobre la necesidad de una reforma y dijo que es una demostración de que el Ejecutivo está haciendo las cosas bien; y el ministro secretario general de la Presidencia, Cristián Larroulet señaló que serán bienvenidos “todos los diálogos que se produzcan en el mejoramiento de la institucionalidad política”.

Durante una reunión de gobierno que tomó todo el fin de semana, Piñera arremetió contra los líderes partidarios de la Coalición por el Cambio y sus propios ministros. Aseguró, puertas adentro, que no podían permitir que las diferencias internas fragmentaran al gobierno y que la UDI tenía razón: el oficialismo no podía respaldar en bloque un proyecto que había nacido de la división interna por la falta de un acuerdo.

El portavoz del gobierno, Andrés Chadwick, dio la versión pública de lo que dijo Piñera en esa reunión de fin de semana: “cualquier acuerdo en reformas políticas debe partir desde los partidos oficialistas”.

Las declaraciones del resto del gobierno se adecuaron a la versión oficial: “En este momento lo conveniente es realizar todos los diálogos dentro de la Coalición por el Cambio (...) Si se ha producido un diálogo donde uno de los partidos no había sido advertido o notificado, nos parece que no es lo que hubiéramos esperado ni lo conveniente”, dijo Hinzpeter.

En palabras del presidente del Partido Socialista, el diputado Osvaldo Andrade, que manifestó su respaldo al acuerdo de reforma, “el gobierno se rindió a la UDI”.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura