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Costa Rica discute las uniones entre personas del mismo sexo.

El proyecto de Ley Sociedades de Convivencia, apoyado por la presidenta costarricense, Laura Chinchilla, que contempla los “derechos patrimoniales” de las parejas entre personas del mismo sexo, no pudo ser discutido el lunes, a pesar de la presencia de militantes a favor del matrimonio homosexual en la barras de la Asamblea Legislativa, que respaldaron la iniciativa con cantos y banderas.

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“El gobierno reitera la necesidad de llenar un vacío legal en relación con los derechos patrimoniales de las uniones entre personas del mismo sexo”, expresó el lunes en un comunicado Chinchilla, del socialdemócrata Partido de Liberación Nacional (PLN). Por esa vía informó a la población de su intención de que el Parlamento analice el proyecto de Ley de Sociedades de Convivencia en el período de sesiones extraordinarias, que ya empezó y durará hasta abril.

El pronunciamiento marca la existencia de distintas posturas en el gobierno, ya que antes de asumir el cargo el ministro de Presidencia, Carlos Ricardo Benavides, había dicho sobre la necesidad de legislar esas uniones: “No es prioridad mía. Eso lo tengo clarísimo. Tengo muchos otros proyectos que van a ser prioridad y que tienen un impacto mucho mayor y que abarcan más que a un colectivo, por más respeto que le tengamos. Entonces, no va a ser prioridad. Punto”, recordó el diario costarricense La Nación.

El último comunicado deja en libertad de acción a los legisladores oficialistas, muy divididos sobre el tema, en un país conservador, en el que la Iglesia Católica tiene mucho peso y se pronunció en contra de esta posibilidad. Sin embargo, el borrador de Sociedades de Convivencia conocido en agosto aclara que tiene el “fin de proteger derechos personales y patrimoniales de las parejas constituidas por personas del mismo sexo”. Otorgaría a las parejas homosexuales el derecho a heredar, pedir créditos conjuntos, visitas en cárceles u hospitales, entre otros avances.

Sin embargo, como se pudo ver el lunes, nada indica que pueda convertirse en ley a corto plazo, aun si llega a ser tratado por la Asamblea Legislativa. En total, 27 diputados (contra 16) votaron ese día negativamente discutir el tema al rechazar una moción que posponía otros asuntos, indicó la prensa local. Si los 57 diputados están presentes para el voto, harán falta 29 sufragios a favor para que el texto pueda convertirse en ley y aún hay casi 20 diputados oficialistas en contra.

De acuerdo con el diario costarricense El País, que citó al jefe de la bancada oficialista, Fabio Molina, en el PLN y en el Partido Unidad Social Cristiana cinco diputados cambiaron de opinión en los últimos días y decidieron acompañar el proyecto.

Antes de que termine el período extraordinario de sesiones habrá elecciones presidenciales en febrero de 2014 y se da por descontado que el debate alimentará la campaña. En ese marco, los tres precandidatos oficialistas, Rodrigo Arias, Fernando Berrocal y Johnny Araya, están a favor. Pero todavía no dan los números para que el texto sea sancionado y la intervención, desde los palcos de la Asamblea, de militantes a favor de los derechos homosexuales logró que se tratara.

Los detractores del proyecto lo ven como un “peligro” porque equipara las uniones homosexuales con el matrimonio y temen que se les permitan las adopciones, algo que niegan los defensores del texto.

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud Sexual y Reproductiva realizada en 2010 pero difundida el jueves 13, 75% de los costarricenses está en contra del matrimonio y la adopción por parejas compuestas por personas del mismo sexo.

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