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Jorge Patrone. (archivo, noviembre de 2010)

Foto: Javier Calvelo

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Patrone arremete contra la ministra Muslera, la nueva subsecretaria y Asamblea Uruguay.

Jorge Patrone renunció ayer a Asamblea Uruguay (AU), decepcionado por cómo manejó ese sector su salida de la subsecretaría del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente. Entrevistado por la diaria, también critica a la ministra Graciela Muslera y a su sucesora, Raquel Lejtreger, integrante del Frente Liber Seregni.

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-¿Por qué renuncia a AU?

-Por falta de apoyo político del sector, que muy alegremente aprobó una sustitución por alguien (en referencia a Lejtreger) que yo tenía trabajando aquí supuestamente a pedido mío, por un pase en comisión. Yo no estaba ni enterado que estaban haciendo este acuerdo a mis espaldas.

-¿Cuál fue el origen de la renuncia? ¿Fue una iniciativa suya o del presidente?

-En 2011 pedí una entrevista con el presidente para manifestarle mi intención de abandonar el puesto. Él me pidió que siguiera, que tratara de ejercer mi capacidad de articulación, que tratara de construir y todo eso. Ante el fracaso de eso y ante el planteo del presidente de ayer (por el martes) cuando me dijo: "Ahora tengo que pedirte que des el paso al costado que me habías hablado", concretamos esta situación. Pero lo que no sabía es que entre medio, de alguna manera, estaba siendo cocinado a fuego lento por la ministra y quien me va a sustituir. Ella vino al ministerio a hablar porque fue alumna mía en Facultad de Arquitectura, hace muchos años, y me plantea que su situación en el BPS era insostenible y si no podíamos facilitarle el pase en comisión. Y bueno, recaló en estas tierras y como por arte de magia...

-¿Qué tareas realizaba?

-Las que la ministra le encomendaba. Siempre la vi navegando con muchas cosas pero nunca la vi concretando nada, no sabría decirte exactamente cuáles eran sus funciones.

-Cuando manifestó su voluntad de renunciar, ¿lo planteó en el sector?

-Sí. En ese momento ni fu ni fa. El que me apoyó fue el propio presidente Mujica, que me dijo que no me vaya. Como él me designó y no quiso en ese momento que yo me fuera... Me quedó registrada la preocupación por las discrepancias.

-¿Qué discrepancias tuvo con la ministra?

-Teníamos posiciones disímiles en temas muy importantes. Entre ella y yo el trabajo en equipo era misión imposible. Hace dos meses que no tenemos una charla cara a cara y eso es el leit motiv de una gestión ministerial. Que las dos cabezas estén sentadas por lo menos una hora por día para planificar acciones. Eso no se dio nunca en este ministerio, ni el primer día ni el último. Como ejemplo paradigmático, en la Agrupación de Gobierno del FA la ministra dijo: "Yo sola no puedo", es decir, no piensa que es la cabeza de un equipo. El personalizar en el "yo" es un elemento muy gráfico de su actitud.

-¿Esas discrepancias afectaron la gestión del ministerio?

-No, porque los ministerios en su estructura son verticalistas. Son un embudo, todos los expedientes pasan por el despacho del ministro, y ninguno por el despacho del subsecretario. El subsecretario puede ser puenteado permanentemente, sin enterarse de nada, son resolver ni poder incidir. Buscar en el subsecretario las responsabilidades es una excusa atroz.

-¿Qué evaluación hace de su pasaje por el ministerio?

-En primer lugar una alegría muy grande por participar en este segundo gobierno, eso es motivo de orgullo personal. Esta segunda etapa, con la idea del presidente, una idea renovada, fresca, casi que revolucionaria, de que los ministerios debían ser la primera etapa de la discusión política, porque el FA es la unidad en la diversidad, y la intención del presidente era que esa unidad en la diversidad arrancara en las unidades ejecutoras, para ir agilizando y alivianando la discusión en el Consejo de Ministros y en el Parlamento. En este caso era una tarea imposible, porque la diversidad de opiniones se interpretaba como una agresión personal y no como la necesaria e imprescindible posibilidad de intercambiar ideas para que de las distintas visiones en la síntesis se construyera lo más positivo para el país, para la gestión de gobierno.

-¿No funcionó esa idea de Mujica?

-No nos basemos en los fracasos sino en los éxitos. Que en algún ministerio eso no haya funcionado no quiere decir que la idea fracase, hay otra serie de ministerios en donde está funcionando de una manera espléndida. No estoy en contra de esa idea, al contrario, me pareció de las más revulsivas con relación a lo que es la medianía y chatura en general, que seguimos siempre por los caminos trillados. Porque la Constitución nos dice que la tarea de un subsecretario es solamente subrogar al ministro en su ausencia, entonces hacemos eso y nos achatamos, pero eso sí, qué bien que funciona, porque la cadena de mando y el verticalismo funcionan a pleno.

-¿Qué evaluación hace de estos dos años de gestión del ministerio?

-Sé que es un área bastante cuestionada, pero son acusaciones injustas. Al menos hasta hoy las nuevas tecnologías que se están impulsando y promoviendo no están en el nivel de operación deseada, y para entregar una vivienda en el sistema tradicional de construcción tenés un mínimo de 12 meses. En un país que no crece desde el punto de vista poblacional pero sí desde el punto de vista de la demanda de vivienda, si no solucionás el tema de los tiempos y la velocidad de respuesta siempre estás corriendo de atrás. Entonces las acusaciones son injustas, porque las líneas están trazadas, y va a llegar un momento en el cual van a estar operativas. No es con un objetivo meramente electoral, sino que en 2013 y 2014 culminará un proceso que se está generando desde 2010. Bajo los sistemas tradicionales de construcción no se pueden dar respuestas eficaces en el corto plazo.

-¿Se retira de la política?

-De la política sectorial sí. Paso a ser un ciudadano de a pie, un frenteamplista independiente, como me gustó ser la mayor parte de mi vida.

-¿Se va decepcionado del manejo sectorial?

-Sí, claro. El presidente me rezongó también en esto, como diciéndome que no sea tan mimoso de tomármelo así. Pero es una decepción absolutamente pasajera y se recompone en cinco minutos. Los principios de izquierda de libertad, transparencia, verdad y justicia, siguen siendo pilares. Uno, guiado por esos valores debe actuar y responder consecuentemente, y siempre tiene que ser frontal y decir las cosas como son, y no ocultar las verdades.

-¿Cómo fue su relación con Mujica?

-Excelente, es una persona que siempre busca el diálogo, que es acusada de excederse en esa búsqueda del diálogo precisamente, pero esa acusación es un valor fuerte que tiene. Es una impronta que le ha dado un contenido diferente a este gobierno en relación al anterior.

-Mujica había dicho que si había problemas de relacionamiento en los ministerios se iban a ir los dos jerarcas.

-Discrepo con eso. En los ministerios es necesaria la continuidad de alguien del equipo, para no empezar de cero cada dos años. Es necesario tener al menos un cablecito que nos vaya marcando la transición y la continuidad. No hubiera sido positivo que abandonáramos la responsabilidad ambos al mismo tiempo.

-¿Cuándo se enteró de quien sería su reemplazo?

-Eso fue lo que más me decepcionó, porque me entero por la prensa, cuando evidentemente entre ella y la ministra habían acordado algo. Son cosas que uno no espera que sucedan en la izquierda, que siempre dijimos que éramos diferentes, pero en algún aspecto cada vez nos parecemos más a otros.

-¿Habló con Astori u otros referentes de AU?

-Estoy redactando la carta [de renuncia]. A un cuadro de una organización no se lo trata como me trató AU.

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