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Michelle Bachelet, el domingo, en Santiago de Chile, previo a entregar su programa de gobierno para los próximos cuatro años.

Foto: Mario Ruiz, Efe

Bachelet por tres

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Las reformas de la educación, el sistema tributario y la Constitución son el eje del programa de la Nueva Mayoría chilena.

La ex presidenta chilena y candidata de la coalición opositora Nueva Mayoría para las elecciones del 17 de noviembre, Michelle Bachelet, presentó su programa de gobierno. Allí figuran algunas propuestas que no habían sido incluidas en el programa para los primeros 100 días de gestión de la candidata, y cuya ausencia había llamado la atención en Chile.

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“Desde todo punto de vista nos parece que el programa es irresponsable, ya que promete mucho más de lo que se puede hacer [...] Habla mucho de descentralización, sin embargo no hay ningún peso de los impuestos destinado a las regiones”, dijo Felipe Morandé, jefe programático de la candidata oficialista Evelyn Matthei, acerca del programa presentado el domingo por Bachelet. El oficialismo sostuvo que se trata de un programa “populista”, característica que dirigentes de Nueva Mayoría negaron públicamente.

Las propuestas de la ex mandataria sí fueron respaldadas por la Central Unitaria de Trabajadores, la principal de Chile. Su presidenta, Bárbara Figueroa, señaló que las iniciativas “están en un alto nivel de coincidencia” con las de la central.

Justicia en proceso

Bachelet propone en su programa el debate del matrimonio entre personas del mismo sexo. A su vez, Matthei no se ha negado de plano a discutir el tema si esto se hace necesario. El reclamo de respeto a la diversidad sexual ganó fuerza en Chile después del asesinato en marzo de 2012 de Daniel Zamudio, un joven de 24 años a quien mataron por ser homosexual.

Más de 18 meses después de su muerte, la Justicia dio a conocer el lunes sus fallos para los cuatro imputados por el homicidio calificado de Zamudio: condena perpetua -que en realidad es un máximo de 20 años de prisión- para Patricio Ahumada, quien se mantiene en huelga de hambre desde hace varios días; 15 años de prisión para Alejandro Angulo y Raúl López; y siete años para Fabián Mora. Este último fue el único para quien el juez dispuso una pena menor a la que pedía el fiscal, que era de ocho años.

Los cuatro permanecen en prisión preventiva y sus abogados defensores ya anunciaron que presentarán un recurso para pedir la nulidad del juicio.

Justamente éste fue uno de los puntos que utilizó el oficialismo para hacer hincapié en que es un programa “con fuerte tendencia hacia la izquierda”, en el cual “los sectores más moderados no tuvieron la influencia que esperaban”, según dijo el ministro Cristián Larroulet. Sobre la inspiración “izquierdista” del programa también se pronunció el presidente Sebastián Piñera: “Si vamos por buen camino, ¿para qué poner esto en riesgo volviendo a experimentos que los que han sido implementados son grandes fracasos?”.

Por partes

Lo más trascendente del programa que presentó Nueva Mayoría son tres reformas: educacional, tributaria y constitucional (esta última había llamado la atención por su ausencia en el plan de los 100 días), así como el llamado a impulsar cambios en la negociación laboral colectiva, reclamada por el Partido Comunista.

También son llamativas las “propuestas valóricas”, tal como se las conoce en Chile: “abrir el debate” para elaborar un proyecto de ley para legalizar el matrimonio homosexual (una iniciativa que no estaba en el programa de 2005 de Bachelet) y la opinión positiva acerca de la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo en caso de peligro de la vida de la madre, violación o “inviabilidad del feto”.

Estos dos temas son muy polémicos en Chile -que aprobó el divorcio en 2004- y generaron desavenencias en la interna de Nueva Mayoría, en particular entre Democracia Cristiana y el Partido Comunista, las alas más conservadora y más a la izquierda de la alianza, respectivamente. En esta temática también se inscribe la propuesta de crear dos ministerios: el de la Mujer y el de Asuntos Indígenas, este último con miras a una mejor relación entre el Estado y los pueblos originarios.

Las diferencias internas en la oposición también existieron en cuanto a las promesas laborales. Bachelet se comprometió con la negociación colectiva pero también con dos viejos reclamos de la Central Unitaria de Trabajadores, muy vinculada con el Partido Comunista: fortalecimiento de los sindicatos como instituciones y reafirmación de los convenios relacionados con el derecho de huelga con los que se comprometió Chile en la Organización Internacional del Trabajo.

La reforma de la educación incluye un aumento de las exigencias y los controles a las instituciones para evitar el lucro. En lo tributario, se propone cumplir con varios objetivos, entre ellos aumentar la carga impositiva para financiar la educación y las políticas sociales, utilizar los tributos para mejorar la distribución del ingreso y disminuir la evasión. En cuanto a la reforma de la Constitución, el programa señala que la actual “está sustentada en una desconfianza de la soberanía popular; de allí las diversas limitaciones a la voluntad popular mediante los mecanismos institucionales de contrapesos fuertes” a ella, lo que “contribuye a la deslegitimación del sistema político, y actualmente constituye un freno al desarrollo del país y a su gobernabilidad”. Además, impulsa el sistema proporcional para todas las elecciones en vez del actual sistema binominal, que adjudica bancas por cincunscripción y favorece a los partidos mayores.

Pasando raya

La favorita en intención de voto, Bachelet, había recibido críticas del oficialismo porque no presentaba su programa, lo que se atribuía a falta de acuerdo entre los partidos que conforman Nueva Mayoría, en especial entre Democracia Cristiana y el Partido Comunista.

Ahora los presidentes de los cuatro partidos que componen Nueva Mayoría -Osvaldo Andrade del Partido Socialista, Jaime Quintana del Partido por la Democracia, Ignacio Welker de Democracia Cristiana y Guillermo Teillier del Partido Comunista- aseguraron que están conformes con el texto y restaron importancia a que éste se haya presentado apenas tres semanas de las elecciones.

Sin embargo, el diario La Tercera informó el lunes que en Democracia Cristiana hay algunos aspectos que no convencen. “Los gobiernos son de coaliciones, donde no todo es exactamente como a uno le hubiese gustado”, dijo José de Gregorio, uno de los representantes del sector en las comisiones programáticas. Desde el Partido Comunista, en cambio, se celebró el programa. “Lo vamos a apoyar con mucha fuerza porque hemos quedado muy conformes”, dijo Teillier.

En este sentido, Bachelet aseguró: “Mucho se ha hablado de la demora de nuestro programa a pesar de que hemos adelantado varias medidas. Éste es un programa participativo, no entre cuatro paredes, no entre amigos, y esa manera de hacer las cosas demora”.

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