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Jóvenes encapuchados participan en una manifestación frente a un cordón policial, ayer, en Caracas (Venezuela). Foto: Santi Donaire, Efe

Partido y difícil

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Crisis política en Venezuela capta la atención internacional, en un clima de creciente polarización.

Opositores y oficialistas llaman a protestas en Venezuela y repudian las consecuencias violentas de esas manifestaciones, de las que se acusan mutuamente. Desde el gobierno de Nicolás Maduro se señaló como responsables al ex presidente colombiano Álvaro Uribe, a Estados Unidos y al dirigente opositor Leopoldo López.

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En el municipio de Chacao, en el este de Caracas, las protestas convocadas para las noches han sido una constante desde el jueves; dejaron 23 heridos y múltiples daños materiales, sobre todo en oficinas del gobierno, que parecen su principal objetivo. Desde Twitter el alcalde de Chacao, el opositor Ramón Muchacho, hizo una autocrítica a su sector: “Reconozcamos terrible falta de liderazgo y de dirigencia. Sólo anarquía. Es esto lo que queremos?”. En otro tuit se preguntó si alguien asume la responsabilidad por estos hechos, que ocurrieron en las manifestaciones convocadas por su sector político.

El ministro de Interior y Justicia, Miguel Rodríguez, pidió a los estudiantes, que fueron los primeros convocantes de las manifestaciones, que se distancien de estos grupos violentos, a los que denominó “fascistas”. Rodríguez lamentó que las protestas políticas se hayan convertido en “vandálicas”, y señaló como principal instigador de los actos de ese tipo a Voluntad Popular, el partido que dirige Leopoldo López.

En un sentido similar se manifestó el dos veces candidato presidencial opositor Henrique Capriles, quien pidió a los estudiantes: “Aislemos a los infiltrados. La protesta pacífica legítima hay que orientarla, hay que ponerle foco”. Reiteró que rechaza la violencia, “venga de donde venga”, y pidió al gobierno que escuche las protestas: “Hay un pueblo que quiere expresarse. La respuesta no puede ser el plomo”.

Capriles aseguró que Maduro promueve la actuación de colectivos armados para defender a su gobierno -una denuncia que repite desde la semana pasada-, y pidió que los desarme. También manifestó su solidaridad con el líder de la línea dura de la oposición, López, que ahora está prófugo, ya que el jueves se emitió una orden de detención en su contra por promover a la violencia, el homicidio y el terrorismo.

También uno de los líderes estudiantiles, el presidente de la Federación de Centros Universitarios de la Universidad Central de Venezuela, Juan Requesens, hizo desde Twitter un llamado “a la cordura y [a] no hacerles el juego a quienes se infiltran para hacer el caos”. Dijo que hay “infiltrados que quieren causar destrozos en Chacao para culpar a los estudiantes” y reiteró que su protesta es “cívica y pacífica”.

Respuestas

Tanto Capriles como Maduro convocaron a manifestaciones pacíficas. El opositor llamó a mostrar el rechazo de la gente al “paramilitarismo y la violencia”, y el gobernante llamó a repudiar el “fascismo”. La marcha oficialista se desarrolló el sábado y la opositora todavía no tiene fecha anunciada. Por su parte, López volvió a invitar a sus seguidores a manifestarse, en este caso por Twitter, y dijo que “el método es la no violencia”.

Miles de chavistas salieron a las calles el sábado, mientras también continuaban las marchas opositoras, que fueron reprimidas cuando intentaron bloquear una de las principales avenidas de Caracas. Al cierre de la movilización oficialista habló Maduro, quien aseguró que no cederá “ni un solo milímetro del poder” que le dio “el pueblo de Venezuela”. En su discurso, responsabilizó al ex presidente colombiano Álvaro Uribe, férreo opositor del chavismo, de financiar a la oposición.

Maduro reiteró que el objetivo de los manifestantes es crear una situación de crisis similar a la que en 2002 permitió un golpe de Estado de 48 horas contra Hugo Chávez, y le dijo a López públicamente: “Entrégate, cobarde”. Por su parte, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, aseguró que la oposición conspira contra el gobierno dirigido por Estados Unidos, por intermedio de Uribe, en una base en suelo colombiano.

Ayer seguían detenidas 14 de las 120 personas que habían sido arrestadas por los desmanes en las protestas, y el sábado por primera vez se pronunciaba Estados Unidos sobre la situación en Venezuela. El secretario de Estado, John Kerry, pidió al gobierno que libere a los detenidos y “proporcione el espacio político necesario para un diálogo significativo con el pueblo venezolano”.

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