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Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, y Luiz Ináio Lula da Silva, exmandatario brasileño, el viernes 2 de mayo, en el encuentro nacional del Partido de los Trabajadores (PT), Sao Paulo (Brasil). / Foto: Sebastiâo Moreira, EFE

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El PT confirmó que Dilma Rousseff es su candidata para octubre.

En un momento de baja popularidad del gobierno de Brasil, y de la presidenta Dilma Rousseff en particular, el Partido de los Trabajadores (PT) anunció formalmente la candidatura de la mandataria para las elecciones de octubre, descartando totalmente la posibilidad de un regreso del ex presidente Lula da Silva, tal como pedían algunos sectores de esa organización política.

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El presidente del PT, Rui Falcão, aseguró en el 14º Encuentro Nacional de la formación que para su partido “no hay tarea más importante” que conseguir la reelección de Rousseff, y pidió a la militancia “concentrar los esfuerzos” para lograr este objetivo. Sostuvo que un nuevo mandato suyo -que sería el cuarto del PT- “será mucho mejor” y servirá para “implementar reformas estructurales urgentes y esenciales”. Subrayó: “Brasil no puede retroceder y volver al pasado”.

El Encuentro Nacional del PT, que ya estaba agendado, se desarrolló al cierre de una semana en la que quedó claro que la intención de voto de Rousseff tiende a la baja, aunque se mantiene como la candidata favorita. Esta baja en la intención de voto es atribuida a una situación económica estancada y al escándalo que rodea a la empresa Petrobras por la compra de una refinería, negocio que avaló Rousseff cuando era ministra de Presidencia de Lula. Las últimas encuestas muestran una intención de voto de entre 35% y 37%, con una baja de entre 2% y 6%, mientras que la popularidad del gobierno bajó de 39% a 36% y la de la mandataria, de 55% a 48%.

En las encuestas, Rousseff aparece seguida de Aécio Neves, cuyo apoyo varía de una a otra de 21% a 25%, y de Eduardo Campos, con un respaldo de 11% o 12%. La presidenta ganaría las elecciones en primera vuelta sólo si lograra más de 50% de los votos o más de la mitad de los votos válidos (no entran en esta categoría los votos en blanco o anulados).

Los resultados de las encuestas llevaron a que crecieran las voces que pedían que el candidato a la presidencia fuera Lula. Incluso 20 de los 32 diputados del Partido Republicano hicieron ese pedido públicamente, generando un gran revuelo en la interna del PT y una reacción de la propia presidenta, quien aseguró que sería la candidata con o sin el apoyo de los partidos aliados.

Lula se refirió indirectamente a estas voces en el Encuentro Nacional del viernes. Pidió a quienes impulsan el “Volta, Lula” que dejen de “gastar fuerza” pidiendo su retorno. “Hay que dejar de imaginar que hay otro candidato, porque con eso damos ventaja a nuestros oponentes”, dijo. Como forma de acallar esas voces, que además suelen hacer hincapié en las profundas diferencias entre ambos dirigentes, Rousseff había manejado la posibilidad de nombrar a Lula coordinador de campaña, reveló el diario Folha de São Paulo citando fuentes cercanas a la mandataria. Esto supuestamente se iba a hablar antes del encuentro nacional, en una reunión entre los dos dirigentes, pero durante los discursos posteriores no se informó sobre ninguna posibilidad en este sentido. En el encuentro, Lula aseguró que él estará “donde el partido lo necesite”.

En este sentido, Falcão agregó el sábado que Lula se encargará de orientar la estrategia del PT, sobre todo en materia de alianzas, pero no estará a cargo de atender la campaña periódicamente. “Lula es el gran comandante del partido y de la campaña para la reelección. Su importancia trasciende una posición formal”, dijo el presidente del PT.

Su discurso en el Encuentro Nacional no estuvo exento de críticas a los opositores. Entre ellos, se refirió particularmente, aunque sin nombrarla, a la alianza entre el Partido Socialista Brasileño de Eduardo Campos y la Rede Sustentabilidade de Marina Silva, y aseguró que algunas mezclas “causan indigestión”. Por su parte, Lula reconoció que la campaña electoral “no será fácil”, por lo que será necesario “el esfuerzo de todos y la unidad de la militancia”.

En el encuentro, en el que participaron 11 de los 37 ministros, la presidenta Rousseff aceptó la candidatura como un honor y un “desafío” y, tras dirigir algunos elogios a Lula, agregó que “Brasil no va a retroceder porque el pueblo no lo va a permitir”.

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