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Mario Bravo (c), el nieto recuperado número 119, en rueda de prensa con Abuelas de Plaza de Mayo, ayer, en Buenos Ares. Foto: Eitan Abramovich, AFP

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Fue presentado oficialmente Mario Bravo, el nieto 119 en recuperar su identidad, y el sexto que pudo reencontrarse con su madre.

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La organización Abuelas de Plaza de Mayo presentó oficialmente a Mario Bravo, el nieto encontrado número 119, en una conferencia de prensa que brindó ayer en su sede. “Tengo la suerte de haber encontrado a mi mamá con vida, y eso es un milagro”, dijo Bravo, que nació hace 39 años, algún día de mayo o de junio de 1976, mientras su madre estaba detenida desaparecida en la cárcel de Villa Urquiza, en la provincia argentina de Tucumán. Sobre su madre, se informó que se llama Sara, que fue detenida en julio de 1975, que estuvo presa hasta noviembre de 1976 y que le arrebataron a su hijo cuando dio a luz.

Ayer, la presidenta de Abuelas, Estela de Carlotto, relató el proceso de búsqueda. Contó que a Sara le costó 30 años superar el miedo, por “el martirio que le tocó vivir”, y que recién en ese momento, “a través de una persona conocida y acompañada por la agrupación HIJOS, se puso en contacto con la Secretaría de Derechos Humanos de Tucumán, en 2004”. Dos años más tarde, narró De Carlotto, Sara se contactó con la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, que hizo intervenir a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi), organismo que se ocupó de que su muestra de sangre llegara al Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG).

“A pesar de las condiciones extremas en las que lo gestó y alumbró, Sara siempre consideró su hijo a ese bebé que le arrebataron, al que no llegó a conocer pero escuchó llorar segundos después de parir”, dijo De Carlotto.

Mientras tanto, Bravo también buscaba. “Desde muy chico sospechaba que no era hijo de quienes lo criaron, y si bien a él nunca le confirmaron esta duda, personas de su entorno sí conocían su situación”, dijo la presidenta de Abuelas. “En febrero de este año, se animó a presentarse en la filial de Abuelas de Rosario, se le brindó el apoyo y el acompañamiento que se ofrece a todos los que se acercan para averiguar su origen, y se derivó su caso a la Conadi. En agosto se cursó el pedido al BNDG para que se le efectuara la extracción de sangre, y el 19 de noviembre se informó el resultado del entrecruzamiento, que confirmó que es hijo de Sara”, concluyó. “Hoy comienza nuestra vida”, dijo Bravo, y expresó alegría y agradecimiento por haber recuperado su verdadera identidad.

De Carlotto concluyó la conferencia de prensa denunciando que “desde algunos sectores políticos, mediáticos y judiciales se intenta dar voz a la idea de reconciliación”, lo que “evidencia una vez más la necesidad de profundizar las investigaciones”, porque “aún hay desaparecidos con vida y graves delitos por juzgar”.

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