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Cristina Fernández en la Casa Rosada, en Buenos Aires, el 4 de mayo. Foto: Presidencia Argentina, s/d de Autor

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A pedido de la presidenta Cristina Fernández se despeja el panorama electoral kirchnerista hacia octubre.

Los dirigentes kirchneristas aseguran que aunque la presidenta Cristina Fernández no pueda ser candidata a un tercer mandato, seguirá conduciendo el Frente para la Victoria, sea quien sea el que gane las elecciones del 25 de octubre en Argentina. En estos días dejó su liderazgo más que claro, al lograr que en respuesta a una simple frase suya tres precandidatos de su partido a gobernar la provincia de Buenos Aires y dos aspirantes a la presidencia abandonaran la contienda electoral.

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En un acto en la provincia de Chaco, la semana pasada, Fernández pidió a los dirigentes kirchneristas que se dieran “un baño de humildad”. Lo dijo de cara a las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) que definirán los candidatos para las elecciones en distintas provincias, en un proceso que culminará el 25 de octubre, cuando se celebren las elecciones presidenciales y las de nueve provincias, entre ellas Buenos Aires.

La presidenta llamó a los dirigentes kirchneristas a que “reconozcan y acompañen a quien está mejor capacitado para una función” y dijo que “un buen dirigente debe tener humildad como para servir en cualquier puesto”. Lo dijo en referencia a Jorge Capitanich, gobernador de Chaco, que fue jefe de Gabinete hasta febrero, probable candidato a presidente en un momento, y que finalmente anunció que se va a postular a la intendencia de Resistencia, la capital de su provincia. Esta declaración fue la que desencadenó una avalancha de pasos al costado.

El martes, el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, anunció que abandonaba sus aspiraciones presidenciales. Sin embargo, aclaró ayer que su nombre va a estar en las boletas de las PASO de agosto. “Ya veremos en qué lugar”, agregó. “Yo me siento un militante más y seguiré ayudando desde el lugar que me toque”, concluyó. En su momento, Urribarri figuró entre los favoritos para ser sucesor de Fernández, debido a que fue reelecto gobernador de su provincia en las últimas elecciones con 57% de los votos.

Ayer también el ministro de Defensa, Agustín Rossi, descartó postularse a la presidencia y lo hizo, dijo, en respuesta al “pedido de la presidenta”. Rossi era uno de los precandidatos kirchneristas que más reivindicaban su cercanía con la mandataria y la ascendencia que seguirá teniendo ella cuando finalice su mandato en diciembre. El ministro estaba en campaña desde hacía meses, pero su candidatura no despegaba.

Con estas bajas, sólo siguen en carrera en el gobernante Frente para la Victoria Daniel Scioli, el gobernador de Buenos Aires, que es favorito de las encuestas aunque su relación con la mandataria no siempre fue de las mejores; el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo; y el ex canciller Jorge Taiana, candidato del Movimiento Evita. Este último también podría dejar atrás su candidatura; dijo que dependerá de lo que defina su organización. Está cada vez más claro que lo que busca la presidenta es encaminarse hacia una primaria en la que se enfrenten Scioli y Randazzo. Gracias a la reducción de la cantidad de candidatos, este último podría contar con el apoyo conjunto de los dirigentes cercanos a la presidenta.

Randazzo ratificó su candidatura ayer, luego de que se conociera que -por disposición del Ejecutivo- la Dirección Nacional Electoral (Dine), a cargo de organizar las elecciones nacionales, ya no dependerá de su cartera, para evitar sospechas. “Es un halago que la presidenta confíe en mi persona”, dijo el funcionario en una entrevista con la emisora argentina Radio 10, al comentar esa disposición. Además, aclaró que la Dine, que quedó en la órbita del Ministerio de Justicia, “es auxiliar de la Justicia” pero que “quien lleva la elección nacional es la Cámara Nacional Electoral” y “no el Poder Ejecutivo”. “Seguramente competiremos con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, y somos respetuosos de las visiones que tenemos, aunque me parece importante una discusión sobre la gestión”, dijo, y aprovechó para criticar a Scioli (como también lo hicieron otros dirigentes cercanos a la mandataria) por su participación en el programa de Marcelo Tinelli, donde se lo vio junto a los otros dos principales candidatos a la presidencia, el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, y el intendente de Tigre, Sergio Massa. “No comparto que la política deba darse en los programas de entretenimiento, en los programas cómicos, y mucho menos [que participen] aquellos que pretenden conducir los destinos del país”, dijo Randazzo, antes de considerar que la actitud de los tres precandidatos fue “absolutamente poco seria”. Mostrando el tono que puede tomar la interna presidencial oficialista, agregó: “Yo elijo una sociedad que no premie ese tipo de actitudes”.

La provincia también

En la carrera para conquistar la provincia de Buenos Aires, donde el kirchnerismo aparece como favorito en las encuestas, también hubo unas cuantas bajas. Fue el caso del intendente de Berazategui, Patricio Mussi, que retiró su candidatura, anunció que se postulará a la reelección y pidió “sumar al proyecto y no ser caprichosos”. Explicó: “Yo tomé la decisión, lo he conversado con la presidenta [...] Es importante que cuidemos nuestras intendencias y nuestros territorios para seguir desarrollando el modelo nacional”.

También descartaron postularse a gobernador de Buenos Aires el viceministro de Desarrollo Social, Carlos Castagneto, y el titular de la Administración Nacional de Seguridad Social, Diego Bossio. “Lo hago como un gesto hacia usted [en referencia a Cristina Fernández] y hacia todo el peronismo”, dijo Bossio en una carta pública.

Con estas renuncias aún quedan unos cuantos aspirantes a liderar la provincia: el jefe de Gabinete argentino, Aníbal Fernández; el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez; el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza; el secretario de Seguridad, Sergio Berni; el jefe de los diputados kirchneristas bonaerenses, Fernando Navarro; y el empresario sciolista Santiago Montoya, presidente del banco Grupo Provincia de Buenos Aires. Ayer Aníbal Fernández adelantó que habrá más bajas. “Estamos en el ante baño [de humildad] y en pocos días más algunos tendrán que decidir”.

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