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Yishai Schlissel, judío ortodoxo y presunto autor del ataque durante la Marcha del Orgullo Gay, es detenido por la Policía, ayer, en Jerusalén, Israel. Foto: Emil Salman, Efe

Un fanático religioso hirió a seis personas en la Marcha del Orgullo Gay en Jerusalén

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La Policía israelí desplegó cientos de sus funcionarios, guardias de frontera y un helicóptero ayer para vigilar la Marcha del Orgullo Gay en Jerusalén, una ciudad en la que judíos ultraortodoxos han actuado contra esa movilización. Colocó un vallado en el Parque de la Independencia, de donde partiría la marcha, en la que participaron varios miles de personas. Sin embargo, ese operativo de seguridad no impidió que el mismo judío ultraortodoxo que hace diez años atacó a quienes participaban en la marcha volviera a hacerlo ayer.

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Yishai Schlissel salió hace algunas semanas de la cárcel, después de cumplir una pena de diez años por intento de homicidio. En 2005 atacó con un cuchillo a los participantes de la Marcha del Orgullo Gay en Jerusalén, y dejó tres heridos. Cuando confesó ese ataque dijo que había actuado “en nombre de Dios”, porque “no podía permitirse semejante abominación” en esa ciudad santa para su religión.

Ayer fue el responsable de un ataque muy similar, según informó la Policía. Se escondió detrás del muro de un supermercado a esperar el paso de la marcha, y cuando llegó hasta allí comenzó a apuñalar a los participantes con un cuchillo. “La gente corría en todas las direcciones”, dijo al Canal 2 de Israel uno de los manifestantes, Yishai Avior, según informó la BBC. “Fue todo tan rápido, cuestión de segundos, que no pudimos distinguir de quién se trataba”, dijo a la agencia de noticias Efe Idi Mozes, una activista por los derechos de los homosexuales. “Fue como un atentado, todo estaba lleno de sangre. Es una situación insoportable. Nadie es consciente de la homofobia que hay en nuestras calles, y no sólo de los ortodoxos, también de los laicos”, agregó. Una de las personas heridas estaba ayer en estado crítico, otras dos habían sufrido heridas graves y tres tenían heridas leves.

El portavoz de la Policía, Luba Samri, dijo que no existía ni siquiera una orden de restricción para que Schlissel no se acercara a la marcha. A su vez, el jefe de la Policía de Jerusalén, Moshe Edry, dijo que no se contaba con información de inteligencia que indicara que él estaba en la zona. “Estábamos preparados para todos los escenarios, pero nuestro perímetro de seguridad fue violado. Se trata de un incidente grave, lo que nos obliga a investigar la causa de esta brecha”, dijo, según citó el diario Haaretz.

A lo ocurrido también se refirió el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en un comunicado. “Es un caso muy grave y llevaremos ante la Justicia a los responsables de este acto”, dijo, y agregó: “En el Estado de Israel la libertad de elección del individuo es uno de los valores básicos. Debemos garantizar que todo hombre y toda mujer vivan con seguridad cualesquiera que sean sus elecciones”. También el presidente, Reuvén Rivlin, y representantes de la oposición condenaron el ataque.

La Marcha del Orgullo Gay es resistida cada año por ultraortodoxos y por activistas como los de la organización ultraderechista Lehava, que llaman a una antimarcha. Ayer el presidente de este grupo, Benzi Gobstein, aclaró acerca del ataque: “No tiene que ver con nosotros. Nosotros no apoyamos la violencia y no creemos que ningún judío tenga que apuñalar a ningún judío”.

Después del ataque, cuando Schlissel fue inmovilizado y detenido, la marcha continuó, y terminó su recorrido por el centro de Jerusalén, ya sin música, en silencio.

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